jueves 21 2014

ELLOS NO QUISIERON VENIR A LA FIESTA

Día litúrgico: Jueves XX del tiempo ordinario




Texto del Evangelio (Mt 22,1-14):
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a los grandes sacerdotes y a los notables del pueblo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía a otros siervos, con este encargo: ‘Decid a los invitados: Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’. Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».

Comentario: Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)


Mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda
 

Hoy, la parábola evangélica nos habla del banquete del Reino. Es una figura recurrente en la predicación de Jesús. Se trata de esa fiesta de bodas que sucederá al final de los tiempos y que será la unión de Jesús con su Iglesia. Ella es la esposa de Cristo que camina en el mundo, pero que se unirá finalmente a su Amado para siempre. Dios Padre ha preparado esa fiesta y quiere que todos los hombres asistan a ella. Por eso dice a todos los hombres: «Venid a la boda» (Mt 22,4).

La parábola, sin embargo, tiene un desarrollo trágico, pues muchos, «sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio...» (Mt 22,5). Por eso, la misericordia de Dios va dirigiéndose a personas cada vez más lejanas. Es como un novio que va a casarse e invita a sus familiares y amigos, pero éstos no quieren ir; llama después a conocidos y compañeros de trabajo y a vecinos, pero ponen excusas; finalmente se dirige a cualquier persona que encuentra, porque tiene preparado un banquete y quiere que haya invitados a la mesa. Algo semejante ocurre con Dios.

Pero, también, los distintos personajes que aparecen en la parábola pueden ser imagen de los estados de nuestra alma. Por la gracia bautismal somos amigos de Dios y coherederos con Cristo: tenemos un lugar reservado en el banquete. Si olvidamos nuestra condición de hijos, Dios pasa a tratarnos como conocidos y sigue invitándonos. Si dejamos morir en nosotros la gracia, nos convertimos en gente del camino, transeúntes sin oficio ni beneficio en las cosas del Reino. Pero Dios sigue llamando.

La llamada llega en cualquier momento. Es por invitación. Nadie tiene derecho. Es Dios quien se fija en nosotros y nos dice: «¡Venid a la boda!». Y la invitación hay que acogerla con palabras y hechos. Por eso aquel invitado mal vestido es expulsado: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?» (Mt 22,12).


www.evangeli.net











EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

CAPÍTULO 22

 
La parábola del banquete nupcial
Lucas 14, 15-24

22:1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:
22:2 "El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Apocalipsis 19, 9
22:3 Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
22:4 De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas".
22:5 Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;
22:6 y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
22:7 Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
22:8 Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
22:9 Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren".
22:10 Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
22:11 Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
22:12 "Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?" El otro permaneció en silencio.
22:13 Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes". Mateo 8, 12 Mateo 25, 30 Lucas 13, 28
22:14 Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos".

El impuesto debido a la autoridad
Marcos 12, 13-17 / Lucas 20, 20-26

22:15 Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.
22:16 Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.
22:17 Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?"
22:18 Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?
22:19 Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto". Ellos le presentaron un denario.
22:20 Y él les preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?"
22:21 Le respondieron: "Del César". Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Marcos 12, 17 Lucas 20, 25 Romanos 13, 7
22:22 Al oír esto, quedaron admirados y, dejando a Jesús, se fueron.

Discusión sobre la resurrección de los muertos
Marcos 12, 18-27 / Lucas 20, 27-40

22:23 Aquel mismo día se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, Marcos 12, 18 Hechos 23, 8 y le propusieron este caso:
22:24 "Maestro, Moisés dijo: "Si alguien muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda". Génesis 38, 8 Deuteronomio 25, 6 Marcos 12, 19 Lucas 20, 28
22:25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y como murió sin tener hijos, dejó su esposa al hermano.
22:26 Lo mismo ocurrió con el segundo, después con el tercero, y así sucesivamente hasta el séptimo.
22:27 Finalmente, murió la mujer.
22:28 Respóndenos: cuando resuciten los muertos, ¿de cuál de los siete será esposa, ya que lo fue de todos?"
22:29 Jesús les dijo: "Están equivocados, porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios.
22:30 En la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que todos serán como ángeles en el cielo.
22:31 Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído la palabra de Dios, que dice:
22:32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Éxodo 3, 6.15.16 Marcos 12, 26 Hechos 3, 13 Hechos 7 ,32 ¡Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes!"
22:33 La multitud, que había oído esto, quedó asombrada de su enseñanza.

El mandamiento principal
Marcos 12, 28-34 / Lucas 10, 25-28

22:34 Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar,
22:35 y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: Marcos 12, 28-34 Lucas 10, 25-28
22:36 "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?"
22:37 Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Deuteronomio 6, 5 Marcos 12, 30 Lucas 10, 27
22:38 Este es el más grande y el primer mandamiento.
22:39 El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Levítico 19, 18 Mateo 5, 43 Mateo 19, 19 Marcos 12, 31 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8
22:40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".

El Mesías, hijo y Señor de David
Marcos 12, 35-37 / Lucas 20, 41-44

22:41 Mientras los fariseos estaban reunidos, Jesús les hizo esta pregunta:
22:42 "¿Qué piensan acerca del Mesías? ¿De quién es hijo?" Ellos le respondieron: "De David".
22:43 Jesús les dijo: "¿Por qué entonces, David, movido por el Espíritu, lo llama "Señor", cuando dice:
22:44 Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies? Salmo 8, 7 Salmo 110, 1 Marcos 12, 36 Lucas 20, 42-43 Hechos 2, 34-35 1 Corintios 15, 25 1 Corintios 15, 27 Efesios 1, 20-22 Colosenses 3, 1 Hebreos 1, 13 Hebreos 2, 8 Hebreos 8, 1 Hebreos 10, 12-13
22:45 Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?"
22:46 Ninguno fue capaz de responderle una sola palabra, y desde aquel día nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


www.evangeli.net

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Traducir este sitio a tu idioma