jueves 20 2013

'' DÁNOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA '' ( Mateo 6, 7 - 15 )

Jueves de la undécima semana del tiempo ordinario


Carta II de San Pablo a los Corintios 11,1-11.


¡Ojalá me aguantaran algunas tonterías! ¡Claro que las aguantan!
Estoy celoso de ustedes, y son celos de Dios, pues los he ofrecido a Cristo como una joven virgen a la que yo he desposado con el único esposo.
Y mi temor es que la serpiente que sedujo a Eva con astucia, podría también pervertirles la mente a ustedes, para que dejen de ser sinceros con Cristo.
Ahora vienen a predicarles a otro Jesús, no como se lo predicamos, y les proponen un espíritu diferente del que recibieron, y un evangelio diferente del que abrazaron. ¡Y lo aceptan sin dificultad!
Sin embargo, no creo ser inferior en nada a esos superapóstoles.
¿Que mi oratoria deja mucho que desear? Tal vez; pero no mi conocimiento, como se lo he probado ya de mil maneras y en cualquier asunto.
¿No habrá sido mi pecado el haberme rebajado para que ustedes crecieran? Yo les he entregado el Evangelio sin cobrarles nada.
A otras Iglesias despojé, recibiendo de ellas el sustento para servirlos a ustedes.
Cuando me encontraba entre ustedes y estuve necesitado, no molesté a nadie, sino que los hermanos venidos de Macedonia me dieron lo necesario. Me cuidé de ser un peso para ustedes, y todavía me cuidaré:
ahí está mi desafío, y se lo digo por la verdad de Cristo que está en mí, nadie en la tierra de Acaya me igualará en este punto.
¿Por qué? ¿Acaso porque no los amo? ¡Dios lo sabe!





Salmo 111(110),1-2.3-4.7-8.
 

¡Aleluya!
Doy gracias al Señor de todo corazón
en la reunión de los justos y en la asamblea.
Grandiosas son las obras del Señor,
las profundizan los que en ellas se complacen.

Toda su obra es grandeza y esplendor
y su justicia dura para siempre.
Quiso que se recordaran sus milagros,
¿no es el Señor clemente y compasivo?

Verdad y justicia son obra de sus manos,
todos sus decretos son seguros,
apoyados en una base inamovible,
portadores de verdad y rectitud.




Evangelio según San Mateo 6,7-15.

 






Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga.
No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.
Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy el pan que nos corresponde;
y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.
Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes.
Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes.




Leer el comentario del Evangelio por : San Francisco de Asís
“Danos hoy nuestro pan de cada día” (Mt 6,11)
 

 "Danos hoy el pan de este día”
Tu Hijo amado, Nuestro Señor Jesucristo
para que recordemos, comprendamos y veneremos mejor
el amor que nos tiene y todo lo que por nosotros ha dicho, hecho y sufrido.

“Perdónanos nuestras ofensas”
Por tu misericordia inefable
por la fuerza de la Pasión de tu Hijo amado
por los méritos y por la intercesión de la Virgen María
y de todos los elegidos.

“Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”
aunque no perdonamos plenamente
Tú, Señor, haz que sepamos perdonar plenamente;
Que amemos de verdad a nuestros enemigos, gracias a Ti,
Que sepamos orar sinceramente por ellos
Que a nadie devolvamos mal por mal
Antes bien procuremos hacer el bien a todo el mundo, por Ti.

“No nos dejes caer en la tentación”
sea manifiesta o encubierta
repentina o latente y prolongada.

“Y líbranos del mal”
pasado, presente y futuro. Amén.




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SAN MATEO,  CAPÍTULO 6

 

La limosna
6:1 Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: Mateo 23, 5 de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
6:2 Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
6:3 Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha,
6:4 para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

La oración
6:5 Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Lucas 18, 10-14 Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
6:6 Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta Isaías 26, 20 y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
6:7 Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
6:8 No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

El Padre nuestro
Lucas 11, 1-4

6:9 Ustedes oren de esta manera:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
6:10 que venga tu Reino,
que se haga tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
6:11 Danos hoy nuestro pan de cada día.
6:12 Perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos han ofendido.
6:13 No nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del mal. 1 Crónicas 29, 11
6:14 Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
6:15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes. Marcos 11, 25-26

El ayuno
6:16 Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
6:17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
6:18 para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

El verdadero tesoro
Lucas 12, 33-34

6:19 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, Santiago 5, 2-3 y los ladrones perforan las paredes y los roban.
6:20 Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.
6:21 Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.

La luz interior
Lucas 11, 34-36

6:22 La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado.
6:23 Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!

Dios y las riquezas
Lucas 16, 13

6:24 Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.

La confianza en la Providencia
Lucas 12, 22-31

6:25 Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
6:26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
6:27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
6:28 ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
6:29 Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, 1 Reyes 10, 4-7 2 Crónicas 9, 3-6 se vistió como uno de ellos.
6:30 Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
6:31 No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?"
6:32 Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
6:33 Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
6:34 No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.


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