miércoles 19 2013

TU PADRE, QUE VE EN LO ESCONDIDO, TE RECOMPENSARÁ ( Mateo 6, 1 - 6. 16 - 18 )

2 Corintios 9,6-11
 
Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; y el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: "Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta." El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia. Siempre seréis ricos para ser generosos, y así, por medio nuestro, se dará gracias a Dios.







Salmo 111
 
Dichoso quien teme al Señor / y ama de corazón sus mandatos. / Su linaje será poderoso en la tierra, / la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia, / su caridad es constante, sin falta. / En las tinieblas brilla como una luz / el que es justo, clemente y compasivo. R.

Reparte limosna a los pobres; / su caridad es constante, sin falta, / y alzará la frente con dignidad. R.







Mateo 6,1-6.16-18
 






En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará."




COMENTARIO

1. Invitación a la generosidad


1.1 Pablo alienta a los corintios a ser generosos con un proyecto que para él significa mucho más que recoger dinero: es la colecta con la que él mismo espera socorrer en algo las necesidades de los cristianos convertidos del judaísmo y habitantes de Palestina.

1.2 Hay en el alma humana, una vez herida por el pecado, una tendencia muy fuerte a encerrarse en sí misma. Semejante encierro, que realmente acaba por encarcelar al corazón en su poquedad, es tal vez un modo por el que pretendemos asegurar un poco de vida, de amor, de placer o de cualquier otra cosa. Con esta lógica almacenamos dinero, economizamos sonrisas, intentamos no preocuparnos sino de nuestras cosas, regalamos poco y desconfiamos mucho.

1.3 Sin embargo, el efecto final de todas esas "economías", es desastroso: hacemos al mundo invivible, cargamos de desconfianza el aire que respiramos y nos privamos a nosotros mismos de la ayuda que un día necesitaremos. Un mundo de egoístas, en efecto, puede ser soportable para quien todavía tiene fuerzas, pero es homicida para el pequeño, el enfermo, el que se equivocó de camino, el que cometió un error grave, el emigrante, el cansado, el triste... en fin, es un mundo imposible para todos esos que un día seremos nosotros mismos, si es que no lo somos ahora mismo!

2. Generosidad discreta

2.1 El evangelio de hoy sigue enseñándonos sobre la generosidad. No sólo hay que dar, hay que saber dar. Cosa que me hace recordar una frase que se atribuye a San Vicente de Paúl: "hacer el bien no es difícil; lo difícil es hacer bien el bien".

2.2 Con todo, el texto de hoy no se limita a la limosna. La idea, en los tres casos que nos presenta este fragmento del sermón de la montaña, apunta a las tres grande prácticas piadosas de la religión judía: la limosna, la oración y el ayuno, En los tres casos Jesús manda evitar la recompensa emocional que viene del reconocimiento de los otros.

2.3 No depender del reconocimiento ajeno es obrar con mayor libertad, sinceridad y constancia. Mayor libertad, porque quien paga, manda, así el pago sea en sonrisas, elogios o agradecimientos. Mayor sinceridad, porque las motivaciones falsas no soportan obrar sin testigos. Mayor constancia, porque tiene adentro sus razones siempre llega más lejos.



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SAN MATEO,  CAPÍTULO 6

 

La limosna
6:1 Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: Mateo 23, 5 de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
6:2 Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
6:3 Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha,
6:4 para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

La oración
6:5 Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Lucas 18, 10-14 Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
6:6 Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta Isaías 26, 20 y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
6:7 Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
6:8 No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

El Padre nuestro
Lucas 11, 1-4

6:9 Ustedes oren de esta manera:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
6:10 que venga tu Reino,
que se haga tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
6:11 Danos hoy nuestro pan de cada día.
6:12 Perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos han ofendido.
6:13 No nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del mal. 1 Crónicas 29, 11
6:14 Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
6:15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes. Marcos 11, 25-26

El ayuno
6:16 Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
6:17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
6:18 para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

El verdadero tesoro
Lucas 12, 33-34

6:19 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, Santiago 5, 2-3 y los ladrones perforan las paredes y los roban.
6:20 Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.
6:21 Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.

La luz interior
Lucas 11, 34-36

6:22 La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado.
6:23 Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!

Dios y las riquezas
Lucas 16, 13

6:24 Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.

La confianza en la Providencia
Lucas 12, 22-31

6:25 Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
6:26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
6:27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
6:28 ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
6:29 Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, 1 Reyes 10, 4-7 2 Crónicas 9, 3-6 se vistió como uno de ellos.
6:30 Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
6:31 No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?"
6:32 Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
6:33 Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
6:34 No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.


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