lunes 15 2013

'' QUIEN QUIERA GUARDAR SU VIDA, LA PERDERÁ; PERO EL QUE LA PIERDA POR MI CAUSA, LA SALVARÁ '' ( Mateo 10, 34 - 42. 11, 1. )

Lunes de la decimoquinta semana del tiempo ordinario

Libro del Exodo 1,8-14.22.
 

Mientras tanto, asumió el poder en Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José.
El dijo a su pueblo: "El pueblo de los israelitas es más numeroso y fuerte que nosotros.
Es preciso tomar precauciones contra él, para impedir que siga multiplicándose. De lo contrario, en caso de guerra se pondrá de parte de nuestros enemigos, combatirá contra nosotros y se irá del país"
Entonces los egipcios pusieron a Israel a las órdenes de capataces, para que lo oprimieran con trabajos forzados. Así Israel construyó para el Faraón las ciudades de almacenamiento de Pitóm y Ramsés.
Pero a medida que aumentaba la opresión, más se multiplicaba y más se expandía. Esto hizo que la presencia de los israelitas se convirtiera en un motivo de inquietud.
Por eso, los egipcios redujeron a los israelitas a la condición de esclavos,
y les hicieron insoportable la vida, forzándolos a realizar trabajos extenuantes: la preparación de la arcilla, la fabricación de ladrillos y toda clase de tareas agrícolas.
Entonces el Faraón dio esta orden a su pueblo: "Arrojen al Nilo a todos los varones recién nacidos, pero dejen con vida a las niñas".






Salmo 124(123),1-3.4-6.7-8.


De no estar el Señor en favor nuestro,
que lo diga Israel,
de no estar el Señor en favor nuestro,
cuando el mundo se lanzó contra nosotros,
nos habrían devorado vivos
en el fuego de su cólera.

Entonces las aguas nos habrían arrollado
y el torrente pasado por encima,
entonces habrían pasado sobre nuestra alma
las aguas impetuosas.
Bendito sea el Señor que no nos dio
por presa de sus dientes.

Nuestra alma como pájaro escapó
de la red que puso el cazador.
La malla se rompió
y nosotros escapamos.
Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.





Evangelio según San Mateo 10,34-42.11,1.

 
 






No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.
Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra;
y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.




Leer el comentario del Evangelio por : Juan Taulero
“Quien quiera guardar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, la salvará”


 Reflexionemos sobre esta palabra de nuestro Señor: que quiere "atraer todas las cosas hacia si" (Jn 12,32 tipos de Vulg). El que quiere atraer todas las cosas, las reúne primero y luego las atrae. Así hace nuestro Señor: recuerda primero al hombre sus divagaciones exteriores y sus dispersiones, haciéndole recoger sus sentidos, sus facultades, palabras, obras, y en el interior sus pensamientos, su intención, su imaginación, sus deseos, sus inclinaciones, su inteligencia, su voluntad y su amor.

    Cuando todo está bien recordado, Dios atrae al hombre, porque primero hay que separarte de todo bien exterior o interior al cual te ataste poniendo en eso tu satisfacción plena. Este despego es una cruz penosa, tanto más penosa cuanto más firme y más fuerte era el afecto... ¿Por qué permitió Dios que el día y noche de hoy se parecieran al día y a la noche que preceden? ¿Por qué lo que te ayudaba a la devoción hoy no te será de ningún socorro mañana? ¿Por qué tienes una muchedumbre de imágenes y de pensamientos que no acaban en nada?

    Querido hijo, acepta de Dios esta cruz y sopórtala: se te transformará en una cruz muy amable, si pudieras entregarle estas pruebas a Dios, aceptarlas, con un abandono verdadero, y agradecimiento por todo a Dios: "proclama mi alma la grandeza del Señor" (cf Lc 1,46). Que Dios coja o dé, el Hijo del hombre debe ser elevado sobre la cruz... Querido hijo, deja todo esto y aplícate más bien a un abandono verdadero, y piensa en aceptar mucho más la cruz de la tentación que buscar la flor de la dulzura espiritual... Nuestro Señor dijo: "el que quiera venirse conmigo, tome su cruz y me siga" (Lc 9,23). 



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INSTRUCCIÓN A LOS MISIONEROS
SAN MATEO,  CAPÍTULO 10



Institución de los Doce
Marcos 3, 13-19 / Lucas 6, 12-16

10:1 Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.
10:2 Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;
10:3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;
10:4 Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

Misión de los Doce
Marcos 6, 7-13 / Lucas 9, 1-6

10:5 A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos.
10:6 Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
10:7 Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Lucas 10, 11
10:8 Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.
10:9 No lleven encima oro ni plata, ni monedas, Lucas 10, 4-12
10:10 ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Lucas 10, 7 1 Corintios 9, 14 1 Timoteo 5, 18
10:11 Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.
10:12 Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella.
10:13 Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
10:14 Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Marcos 6, 11 Lucas 9, 5 Lucas 10, 11 Hechos 13, 51
10:15 Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra Génesis 19, 25 Mateo 11, 23-24 Lucas 10, 12 Lucas 17, 29 2 Pedro 2, 6 Judas 7 serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad. Mateo 11, 23-24

La persecución a los Apóstoles
Marcos 13, 9-13 / Lucas 10, 3 / Lucas 12, 11-12 / Lucas 21, 12-19

10:16 Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: Lucas 10, 3 sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
10:17 Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas.
10:18 A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.
10:19 Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
10:20 porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre Marcos 13, 11 Lucas 12, 11-12 Lucas 21, 14-15 hablará en ustedes.
10:21 El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Marcos 13, 9-12 Lucas 12, 11-12 Lucas 21, 12-16
10:22 Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, Mateo 24, 9 Marcos 13, 13 Lucas 21, 17 pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Mateo 24, 13 Marcos 13, 13
10:23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.

La valentía de los Apóstoles
10:24 El discípulo no es más que el maestro Lucas 6, 40 Juan 13, 16 Juan 15, 20 ni el servidor más que su dueño. Juan 13, 16 Juan 15, 20
10:25 Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, Mateo 9, 34 Mateo 12, 24 Marcos 3, 22 Lucas 11, 15 ¡cuánto más a los de su casa!
10:26 No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Marcos 4, 22 Lucas 8, 17 Lucas 12, 2-9
10:27 Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
10:28 No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.
10:29 ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.
10:30 Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
10:31 No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
10:32 Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Marcos 8, 38 Lucas 9, 26 Lucas 12, 8 Apocalipsis 3, 5
10:33 Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres. Lucas 12, 9 2 Timoteo 2, 12

Jesús, signo de contradicción
Lucas 12, 51-53

10:34 No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.
10:35 Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra;
10:36 y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. Miqueas 7, 6 Lucas 12, 53
10:37 El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
10:38 El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. Mateo 16, 24 Marcos 8, 34 Lucas 9, 23 Lucas 14, 26-27
10:39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Mateo 16, 25 Marcos 8, 35 Lucas 9, 24 Lucas 17, 33 Juan 12, 25

La manera de recibir a los Apóstoles
Marcos 9, 38-41 / Lucas 9, 49-50

10:40 El que los recibe a ustedes, Lucas 10, 16 Juan 13, 20 me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió. Mateo 18, 5 Marcos 9, 37 Marcos 9, 41 Lucas 9, 48 Lucas 10, 16 Juan 13, 20
10:41 El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
10:42 Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".



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