La historia…
Todo comenzó en los primeros días de diciembre cuando Juan Diego caminaba por el cerro, una virgen se le apareció y le pidió que fuera a ver al obispo, en ese entonces Fray Juan de Zumárraga, y le expresara su deseo de que se construyera un templo en su nombre, en el cerro del Tepeyac.
Como era de esperarse no le creyeron y le pidieron una prueba a Juan Diego, la Virgen de Guadalupe le pidió que fuera a la punta del cerro a cortar unas flores, rosas blancas para ser exactos, siendo que en ésa época del año no se daban en ese rumbo, Juan Diego las encontró, las cortó y las guardó en su manto.
La virgen las tomó en sus manos y le pidió que se las llevara al obispo en señal de su petición. Juan Diego las llevó frente al obispo, le contó todo lo que había oído y visto; y después de extender su manto y sacar las flores se dieron cuenta que la imagen de la virgen había quedado impresa en la tilma, manto o ayate.
Los números…
Jorge Valencia, experto e investigador en asuntos relacionados a la Virgen de Guadalupe, explicó que al comparar la imagen con la descripción que se hace en el capítulo 12 del Apocalipsis, en el Nuevo Testamento, sobre una "Mujer vestida de Sol, que lleva sobre su cabeza una corona de doce estrellas ", y "que estando encinta está en dolores de parto", se encuentran grandes coincidencias.
"El relato está descrito en el capítulo 12, lo que coincide con la fecha de su aparición, el 12 de diciembre, es decir el 12 del 12, desde ahí se ve una relación".
Las estrellas y las constelaciones…
Eso no es todo, en la imagen de La Guadalupana, además de las estrellas en el manto, también están las flores grabadas en su vestido. Son nueve flores grandes y nueve pequeñas y cada una lleva nueve pétalos, la que está en el centro, que es única y diferente a los demás, marca el vientre que carga al niño Jesús y simboliza el centro del cosmos.
Lo que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño como la córnea de un ojo situado en una imagen de tamaño natural, aún el más experto miniaturista lograra pintar todas esas imágenes que ha sido necesario ampliar dos mil veces para poderlas advertir.
En ella se aprecia las personas que estuvieron presentes cuando Juan Diego extendió su ayate y vieron por primera vez la imagen de la Virgen de Guadalupe, la Virgen María, la Madre de Dios, la Madre de Jesús, la Señora del Cielo, la Reina de México, la Emperatriz de América, La Virgen Morena y la "Patrona de México".
Las incógnitas…
La tela está hecha con una fibra de ayate mexicano que se descompone por putrefacción a los veinte años, como ha sucedido con varias reproducciones de la imagen que se han fabricado en esta misma clase de tejido, sin embargo lleva años, sin desgarrarse, ni descomponerse.
La pintura que cubre la tela es otro misterio. El alemán Kuhn, premio Nobel en Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta dejó atónitos a los oyentes: "estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales".
El fervor guadalupano y la era del Internet…
La Basílica de Guadalupe es el segundo templo de todo el mundo que recibe más visitantes, sólo superado por la Plaza de San Pedro en el Vaticano, anualmente recibe más de 20 millones de visitantes.
Pero para aquellos que no pueden llegar hasta el santuario mariano, basta con que escriban su petición en http://www.virgendeguadalupe.org.mx , para que al día siguiente ésta se encuentre a los pies del milagroso ayate de la Virgen de Guadalupe.
Diariamente se reciben más 250 plegarias por Internet, pero en diciembre llegan a 900 diarias. Nadie lee lo que piden pues así como llegan se guardan en un disco que se pone a las nueve de la mañana bajo el ayate en el que está la imagen de la Virgen de Guadalupe, La Patrona de México.
Y Victoria…
El Santuario es su casa, allí donde asiste la gente cuando tiene algún problema, desea una ayuda o simplemente para visitar a la Patrona de México y ya entrada la noche cantarle las mañanitas a la virgen de Guadalupe, la más querida de todos los mexicanos y mexicanas… o usted qué opina estimado lector o lectora…
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