martes 30 2025

MIÉRCOLES 31 DE DICIEMBRE DE 2025 -- Jn 1,1-18 -- «EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS»

 







Evangelio (Jn 1,1-18): En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.


Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.


La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.


Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.


El pasaje de Juan 1:1-18, conocido como el Prólogo de San Juan, es un himno teológico que resume la identidad de Jesucristo como el Verbo (Palabra) de Dios encarnado. 


Su significado principal se divide en tres pilares fundamentales:


1. La Divinidad y Eternidad de Jesús (vv. 1-5)

El pasaje establece que antes de la creación, ya existía la Palabra (Logos). Se afirma explícitamente que "la Palabra era Dios", subrayando que Jesús no es un ser creado, sino alguien que comparte la misma esencia divina y eterna con el Padre. Él es el origen de la vida y la luz que vence a las tinieblas. 


2. La Encarnación: El Verbo hecho Carne (vv. 14)

Significa que Dios, sin dejar de ser Dios, se hizo plenamente humano en la persona de Jesús. La expresión "habitó entre nosotros" (en griego, eskenosen) alude a que Dios puso su "tienda" o morada en medio de la humanidad, cumpliendo la promesa de estar presente con su pueblo. 


3. La Misión y la Revelación (vv. 16-18)

El pasaje concluye explicando por qué vino Jesús:


Revelación: A Dios nadie lo ha visto jamás; Jesús es quien lo ha dado a conocer plenamente.


Gracia sobre Gracia: Mientras que la Ley fue dada por Moisés, la salvación definitiva (la gracia y la verdad) llega a través de Jesucristo.


Filiación Adoptiva: A quienes creen en Él y lo reciben, se les concede el poder de llegar a ser hijos de Dios. 


Este pasaje es central durante la Navidad, pues celebra el misterio del Dios que se hace hombre para redimir a la humanidad. 



lunes 29 2025

MARTES 30 DE DICIEMBRE DE 2025 -- Lucas 2, 36-40 -- EL ENCUENTRO DE ANA CON EL NIÑO JESÚS

Santo Evangelio según San Lucas 2, 36-40. Día Sexto de la Octava de Navidad.



Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!


Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)


Señor Jesús, aumenta mi fe, para creer con sentimientos vivísimos, que Tú te has quedado realmente en el sacramento de la eucaristía para saberme amado por Ti, y que en este preciso momento estás aquí conmigo, me estás acompañando, estás a mi lado y quieres compartir este momento de oración junto a mí. Señor, aumenta mi esperanza para saberme acompañado por tu gran misericordia y que, algún día, yo llegaré a ese cielo que Tú me prometiste; pero ayúdame a esperar con fidelidad, pues Tú sabes de qué estoy hecho y sabes que te puedo fallar, mas dame la fuerza necesaria para no hacerlo. Señor, aumenta mi caridad, primero para amarte a Ti por encima de todo, de mis vanidades, de mi orgullo, de mi propio amor; y a mi prójimo que pueda y aprenda amarlo en Ti, con un amor puro, desinteresado, que pueda buscarle no por lo que me pueda dar, sino por lo que es, tu hijo y mi hermano, sabiendo que juntos estamos llamados a ser santos y llegar a la patria celestial.


Evangelio del día (para orientar tu meditación)




Del santo Evangelio según Lucas 2, 36-40








En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y María entraban en el templo para la presentación del niño). Ana se acercó, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.


Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia del Dios estaba con él.


Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Parece que Ana tenía muy claro lo primordial, lo que es esencial y a lo que estamos llamados todos nosotros:  "Servir a Dios nuestro Señor". Ella, después de haber quedado viuda, después de entregar su único amor terrenal (marido), quiere buscar a Aquél que da la verdadera felicidad en esta tierra, y en la eternidad, de una manera inexplicable. Y yo, ¿qué estoy dispuesto a dejar para entregarle mi felicidad a Jesús para que pueda transformarla en felicidad verdadera? Cristo conoce muy bien toda mi entrega, todos mis pequeños sacrificios, mis molestias, mis dolores, puesto que mi dolor es también el dolor de Cristo. De ahí que Ana experimenta gran alegría al ver al niño Jesús, al tenerle en los brazos, al contemplar su rostro, al saber que para Cristo no es indiferente, como me pasa a mí cuando pongo mis oraciones y mis sacrificios en sus manos.


"Crecer en el Nazaret de mi hogar de la mano del niño Jesús". Lo único que sé de la infancia y juventud de Jesús por medio del Evangelio es que, "regresó a Nazaret"(Lc 2, 39) y que "el niño crecía en gracia y sabiduría delante de Dios y de los hombres" (Lc 2, 40). No debo tener miedo de traer a este Niño a mi hogar, a ir creciendo de la mano del Niño Jesús, de María santísima y san José; que ellos sean las columnas fundamentales en mi hogar para ir creciendo en gracia y santidad delante de Dios. Basta contemplar cómo hablaban, cómo rezaban, cómo era el trato que tenía entre ellos y preguntarme, ¿Cómo estoy creciendo en mi hogar?


Pondré todas las intenciones en manos de María Santísima, para que ella las presente a su Hijo y me conceda las gracias que tanto necesito.


Cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo. La familia puede ser bendición para el mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo. Durante este año, […], os pediría, como familias, que fuerais especialmente conscientes de vuestra llamada a ser discípulos misioneros de Jesus. Esto significa estar dispuestos a salir de vuestras casas y atender a nuestros hermanos y hermanas más necesitados.

(Homilía de S.S. Francisco, 16 de enero de 2015).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.


Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.


Haré una visita al Niño Jesús y le daré la prioridad en mi vida.


Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.


¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!


Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.


 Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org




domingo 28 2025

LUNES 29 DE DICIEMBRE DE 2025 -- Lucas 2, 22-35 -- LLEVARON A JESÚS A JERUSALÉN PARA PRESENTARLE AL SEÑOR

 

Navidad. Simeón y Ana esperaron toda la vida para verte y yo te tengo presente en la Eucaristía.



Por: Lucas Ongaro Arcie, L.C. | Fuente: Catholic.net





Del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-35









Cuando se cumplieron los días de la purificación de María, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.

Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, y una espada te atravesará el alma a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.


Oración introductoria

Señor, quiero tomar conciencia de tu presencia y cercanía junto a mí. Señor, cambia mi corazón frío de piedra por un corazón caliente de carne, que sepa descubrirte y ver tu Amor en mis hermanos, en la eucaristía, en un nuevo amanecer, en la brisa suave… que en todo lo que me rodea, me asombre de tu Amor.


Petición

Niño Jesús, ayúdame a encontrarte en los demás, en la Eucaristía. Y concédeme ser consciente de tu presencia en mi corazón.


Meditación del Papa 

El Pueblo de Dios es invitado en cada época histórica a contemplar esta luz. Luz que quiere iluminar a las naciones. Así, lleno de júbilo, lo expresaba el anciano Simeón. Luz que quiere llegar a cada rincón de esta ciudad, a nuestros conciudadanos, a cada espacio de nuestra vida.


“El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”. Una de las particularidades del pueblo creyente pasa por su capacidad de ver, de contemplar en medio de sus “oscuridades” la luz que Cristo viene a traer. Ese pueblo creyente que sabe mirar, que saber discernir, que sabe contemplar la presencia viva de Dios en medio de su vida, en medio de su ciudad. Con el profeta hoy podemos decir: el pueblo que camina, respira, vive entre el “smog”, ha visto una gran luz, ha experimentado un aire de vida. [...]


¿Cómo es esta luz que transita nuestras calles? ¿Cómo encontrar a Dios que vive con nosotros en medio del “smog” de nuestras ciudades? ¿Cómo encontrarnos con Jesús vivo y actuante en el hoy de nuestras ciudades pluriculturales? (Homilía de S.S. Francisco, 26 de septiembre de 2015).


Reflexión

Muchas veces, con la agitación del día, no percibo la presencia de Cristo, olvido que Él está siempre a mi lado. Vivo la vida pensando en mis problemas, dificultades, responsabilidades… es decir, en mi egoísmo; no me doy cuenta de que Él quiso permanecer en la eucaristía por amor a mí, y que tengo el mayor tesoro: ¡la vida de gracia y su permanencia fiel en mi corazón!


Cristo escogió la forma más sencilla y necesaria para hacerse sacramentalmente presente. Un simple pedazo de pan que es su cuerpo, comida y bebida para mi peregrinar rumbo al cielo.


Propósito

Hoy haré una visita a Cristo Eucaristía o una comunión espiritual durante algunos instantes de silencio.


Diálogo con Cristo

Señor, Simeón y Ana esperaron toda la vida para verte y yo te tengo presente en la Eucaristía y en mi corazón por la vida de gracia. Ayúdame a valorar la eucaristía, mi amistad contigo, y a estar decidido a morir antes que ofenderte.


"Pidámosle que nos atraiga cada vez más hacia sí mismo con la sagrada Comunión. Pidámosle que nos ayude a no tener nuestra vida sólo para nosotros mismos, sino a entregársela a él y así actuar junto con él, a fin de que los hombres encuentren la vida, la vida verdadera, que sólo puede venir de quien es el camino, la verdad y la vida. Amén." (Benedicto XVI, Basílica de San Juan de Letrán, Jueves Santo, 5 de abril de 2007 )

 

Por: Lucas Ongaro Arcie, L.C. | Fuente: Catholic.net





VIDEO : 28 DE DICIEMBRE -- FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA -- P. Eduardo Michel Flores


 

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