En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?" Él les respondió: "Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos". Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.
+ Reflexión
En la reflexión judía, así como David es el rey por excelencia, Elías es el profeta por excelencia y en la era mesiánica, tanto David como Elías regresarían para darle a Israel el esplendor y la gloria que un día tuvieron y que perdieron. Dios levantaría para su pueblo un nuevo rey y un nuevo profeta; el rey les devolvería la gloria y el profeta restauraría la amistad con Dios mediante la promulgación de una nueva alianza. En Jesús tenemos al mesías esperado que restaura el reino de Dios, pero con una nueva visión, no se trata de gloria ni honor, no se trata de poder y derrotas; se trata de servicio, de entrega, de solidaridad y de amor. Esta nueva visión, es preparada por Juan Bautista, el profeta movido por el espíritu de Elías, es decir, el mismo Espíritu de Dios, que no deja de llamar al hombre y al cristiano, al cambio de vida, a la justicia, al servicio, mediante la apertura a la ley de Dios que se resumirá siempre en caridad solidaria con el hermano que sufre.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
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