miércoles 15 2010

EL EVANGELIO DEL DIA 15 DE DICIEMBRE DE 2010

Primera Lectura (Lectio Divina)

    Isaias 45, 6-8. 18. 21-25

    “Yo soy el Señor y no hay otro. Yo soy el artífice de la luz y el creador de las tinieblas, el autor de la felicidad y el hacedor de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al salvador y que brote juntamente la justicia. Yo, el Señor, he creado todo esto”. Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el mismo Dios que plasmó y consolidó la tierra; él no la hizo para que quedara vacía, sino para que fuera habitada: “Yo soy el Señor y no hay otro. ¿Quién fue el que anunció esto desde antiguo? ¿Quién lo predijo entonces? ¿No fui yo, el Señor? Fuera de mí no hay otro Dios. Soy un Dios justo y salvador y no hay otro fuera de mí. Vuélvanse a mí y serán salvados, pueblos todos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay otro. Lo juro por mí mismo, de mi boca sale la verdad, las palabras irrevocables: ante mí se doblará toda rodilla y por mí jurará toda lengua, diciendo: ‘Sólo el Señor es justo y poderoso’. A él se volverán avergonzados todos los que lo combatían con rabia. Gracias al Señor, triunfarán gloriosamente todos los descendientes de Israel”.



+ Meditatio

    Isaías resalta la omnipotencia de Dios, el creador de todo cuanto existe, de lo que es visible y lo que no se puede ver; pero su Dios, el Dios en quien creemos, no es un ser arbitrario, alguien que se mueve por malicia y buscando reconocimiento. Yavéh, es un Dios que obra la salvación y como don suyo, surgen los justos o santos que practican la justicia. Dios se mueve por el amor y la compasión, salva a quien le busca, perdona siempre porque en su naturaleza está ser rico y generoso para con el hombre, todo cuanto existe es para ponerlo al servicio del hombre. Su poder se muestra en su justicia que da sin medida, a tal grado que en Jesús, Dios se da a sí mismo. Dios está al servicio del hombre en la persona de su Hijo, quien vino para salvarnos y ser nuestro servidor al grado de dar su vida en la cruz. La navidad celebra el don de Dios en el que Él se vacía a sí mismo para ser ofrenda para el hombre.



+ Oratio


    Dios y Padre generoso que nos das tus dones a manos llenas para mostrarnos tu benevolencia y en tu amado Hijo Jesucristo te das a ti mismo, haz que nosotros, a ejemplo suyo, seamos capaces de brindarnos en servicio a nuestros hermanos al grado de dar la vida por ellos en la vida de cada día.



+ Operatio


    El día de hoy, me vaciaré de mi mismo y me entregaré como don a mis padres, o cónyuge o hijos, para hacerles notar que Dios les ama con ternura infinita.



Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

El Evangelio de hoy

    Lucas 7, 19-23

    En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: "Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro". En aquel momento, Jesús curó a muchos de varias enfermedades y dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la vista. Después contestó a los enviados. "Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que no se escandalice de mí".



+ Reflexión
    En medio de este mundo fragmentado por el pecado, no falta aun entre nuestros hermanos, quienes se pregunten si realmente Jesús es el Mesías enviado por Dios para salvar a su pueblo. El hambre, la guerra, el egoísmo, la misma muerte, parecerían ser aun los tiranos que oprimen al hombre. Este pasaje de la Escritura, sin embargo, nos presenta la realidad de todos aquellos que se han acercado a Jesús: ciegos que ven; mudos que hablan; paralíticos que caminan. Si el mundo continúa siendo tiranizado por el pecado y sus consecuencias es por que no se ha acercado a Jesús, o no ha dejado que lo sane y lo libere. Muchos permanecen sólo a distancia como observadores pasivos lamentándose de todas sus dolencias y esclavitudes. Dios nos ha ofrecido la salvación y la vida del Reino por medio de Jesús, pues solo él es "el camino, la verdad y la vida". Acércate a Jesús y deja que él te sane y libere para que así te puedas convertir tú también en testigo de que ya no hay que esperar a nadie más, pues en Cristo, Dios nos ha dado la libertad y la paz.



Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

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