miércoles 23 2011

EVANGELIO DEL DÍA 23 DE FEBRERO DE 2011


Primera Lectura (Lectio Divina)
Eclesiástico 4, 12-22

La sabiduría instruye a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan.  El que ama la sabiduría, ama la vida; el que madruga para encontrarla, será colmado de gozo; el que la abraza, heredará la gloria y recibirá la bendición del Señor en todo lo que emprenda.  Los que sirven a la sabiduría, sirven al Señor, que es santo, y el Señor ama a aquellos que la aman.  Quien la escucha, juzgará con rectitud; quien le hace caso, vivirá tranquilo.   El que confía en ella, llegará a poseerla y la dejará en herencia a sus descendientes.   Al principio, la sabiduría lo llevará por caminos sin rumbo y lo atormentará con sustos y temores, lo hará sufrir con la conducta que le impone, y lo pondrá a prueba con sus órdenes.   Pero, una vez que la acepte de corazón, la sabiduría lo conducirá gozoso por el camino recto y le revelará sus secretos; pero si él no le hace caso, ella lo abandonará y lo dejará seguir su camino de perdición.

+ Meditatio
La sabiduría que viene de Dios supone un esfuerzo de parte del hombre para encontrarla, para someterse a ella y para permitir que le guíe en todos los campos de su vida.  Este principio tiene que ver ante todo, con la obediencia a Dios, pues en este caso sabiduría se identifica con docilidad a la Palabra de Dios, a sus leyes y a su alianza.   Quien permanece fiel a Dios en todos los momentos de su vida, se puede decir que es una persona “sabia”.   Y ante esta sabiduría se mantienen las mismas actitudes que hay que mantener ante Dios: buscarla, amarla, servirla, escucharla, obedecerla, confiar en ella.   Y una vez que el hombre se deja guiar por ese don divino, es que el hombre gozará de todas las bendiciones que Dios le da.

+ Oratio
Oh, Sabiduría, salida de la boca del Padre, ven a liberarnos con el poder de tu gracia, de tu amor, de tu misericordia, para que todos los hombres que hemos sido convocados por tu muerte y resurrección, merezcamos poseer la vida eterna que nos has ganado por amor.  Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.   Amén.

+ Operatio
El día de hoy, dejaré que el Espíritu Santo me recuerde las palabras de Jesús respecto al amor, servicio y solidaridad para con mi hermano.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

El Evangelio de hoy
Marcos 9, 38-40

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús:  "Hemos visto a uno que expulsa a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se los prohibimos". Pero Jesús le respondió:  "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí.  Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor".

+ Reflexión
Una de las cosas que evitan que se dé la unidad en nuestra Iglesia es lo que se conoce como "Capillismo", es decir, esa tendencia a pensar que sólo nuestro grupo, nuestro movimiento, es el único que tiene la verdad y que los otros no tienen ni siquiera razón de existir; esta actitud sucede incluso cuando se piensa que tal o cual sacerdote o tal o cual líder religioso es el que tiene la exclusiva para la construcción del Reino.  Este pasaje nos muestra que no es algo nuevo sino que es algo que ya desde el tiempo de Jesús existía, por lo que en este pasaje les hace ver que en la Iglesia, que es decir en la construcción del Reino, hay diferentes carismas y diferentes maneras de proponer el mensaje evangélico.  Y así encontramos que desde la Teología de la Liberación, que propone un evangelio más encarnado e inculturado desde los más pobres, hasta la Renovación en el Espíritu Santo que busca una renovación del individuo desde el corazón, lo que se busca es la edificación de la sociedad del amor, la vida vivida de acuerdo al Espíritu y la propagación del amor de Dios a toda la humanidad.  Cada uno coopera de diferente manera a la única misión de la Iglesia que es evangelizar.  No seamos, pues, de los que criticamos u obstaculizamos la extensión del Reino, sino unámonos en un solo Espíritu a fin de que, como nos lo proponen los Obispos de Latinoamérica, podamos llegar a la unidad en la diversidad.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida.   Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

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