lunes 11 2011

LA VIDA DE SAN BENITO

Vida de San Benito Abad
por San Gregorio Magno


Entre las obras del papa San Gregorio Magno (540-604 dC) se encuentra el Libro de los Diálogos, donde relata la vida de varios santos de la península itálica venerados en su época. El segundo capítulo lo dedica enteramente a San Benito, nacido en Nursia (Umbria) hacia el año 480 dC. San Gregorio pudo informarse sobre la vida del monje y abad Benito a través de varios discípulos directos. Siendo Benito un joven estudiante en Roma, decide cambiar radicalmente su vida y se hace monje. Una hermana suya, de nombre Escolástica, ya había sido consagrada a Dios desde su infancia. Al inicio de su nueva vida, Benito habita en una cueva de la región montañosa de Subiaco, donde más tarde establecerá varios monasterios con sus discípulos. Años después se traslada a la región de Montecassino, donde funda un nuevo monasterio, en el cual reside hasta su muerte. Allí aumenta su irradiación espiritual, y escribe la conocida Regla de los monjes ("Regula monachorum"), que a lo largo de los siglos tendría amplísima difusión. El abad Benito muere santamente rodeado de sus discípulos alrededor del año 547 dC.

El texto que narra la Vida de San Benito corresponde al Libro Segundo de los Diálogos, escrito aproximadamente 40 años después de la muerte del santo. Tuvo amplísima difusión e influencia a lo largo de toda la Edad Media, y fué luego traducido a todas las lenguas modernas. Está redactado usando la forma de un diálogo entre el propio autor del libro y un personaje ficticio: el diácono Pedro. Al abordar un texto tan antiguo, es importante tener presente no solo el género literario utilizado, o sea: la narración de una serie de hechos milagrosos que jalonan la vida del santo, sino también su intención: escribir no una biografía en el sentido moderno de la palabra, sino más bien mostrar a los fieles la imagen de un verdadero santo, un hombre de Dios, un amigo de Dios, que por serlo participa de los dones divinos de poder y de ciencia (milagros, profecías). El autor nos dice en su relato que no se informó de todos los detalles de la vida de San Benito, y que tampoco refiere en su libro todo lo que sabía acerca de él. San Benito representa para Gregorio el ideal del monje perfecto, y la narración de su biografía es como un programa de vida que presenta a los lectores de su época.

La traducción castellana completa que ofrecemos fué realizada por D. Ernesto Zaragoza Pascual osb, y está tomada de la obra: "Vida de San Benito Abad" (Zamora, España, Ediciones Monte Casino, 1995).
 
Breve historia de la Medalla de San Benito

 
• En la Vida de San Benito escrita por el papa San Gregorio Magno cuarenta años después de su muerte, el abad Benito muestra una especial devoción hacia la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, signo de salvación. En uno de los milagros narrados por su biógrafo, un vaso que contenía veneno se quiebra cuando San Benito hace la señal de la cruz sobre él. En otra oportunidad, uno de sus discípulos se siente perturbado por el maligno, y el santo le manda hacer la señal de la cruz sobre su corazón para verse librado. En su "Regla de los monjes", San Benito indica que cuando un monje iletrado presenta su carta de profesión monástica ante el altar, debe usar como firma una cruz. Estos y otros muchos indicios invitaban a los discípulos del abad San Benito a considerar la Cruz como una señal bienhechora que simboliza la pasión salvadora de Cristo, por la cual fue vencido el poder del mal y de la muerte.
 


• Las investigaciones históricas sobre el origen de la Cruz-Medalla de San Benito han mostrado que su difusión comenzó probablemente en la región de Baviera (sur de Alemania) hacia el año 1647. En esa época, durante un proceso judicial, unas mujeres consideradas hechiceras declararon que no habían podido dañar a la cercana Abadía de Metten, porque estaba protegida por el signo de la Cruz. En dicho monasterio se hallaron pinturas con representaciones de la Cruz junto a las iniciales que acompañan hoy a la Medalla. Pero esas letras no pudieron ser interpretadas hasta que, en un manuscrito de la biblioteca del monasterio, se encontró la imagen de San Benito junto a la oración compuesta por las iniciales. En realidad, un manuscrito más antiguo procedente de Austria (siglo XIV), que aún se conserva, parece haber sido el origen de la imagen y de la oración. A pesar de que en el siglo XVII algunos la tuvieron por supersticiosa, debido justamente a las enigmáticas iniciales que acompañaban a la imagen, en el año 1742 el Papa Benedicto XIV decidió aprobar el uso de la Cruz-Medalla de San Benito para todos los fieles. 
 
• En el siglo XIX se dió un renovado fervor por la Medalla de San Benito. En los trabajos escritos de Dom Prosper Guéranger, abad de Solesmes, y Dom Zelli Iacobuzzi, monje de San Pablo Extramuros, se estudia detenidamente el origen y la historia de la medalla. Desde este último monasterio, ubicado en Roma, foco de irradiación benedictina, se difundió también la devoción a la Medalla. La representación más popular de la misma es la llamada "medalla del jubileo", diseñada en la Abadía de Beuron (Alemania), y acuñada especialmente para el Jubileo benedictino del año 1880, conmemoración de los 1400 años del nacimiento de San Benito Abad. Los abades benedictinos de todo el mundo se reunieron para aquella ocasión en la Abadía de Montecassino, y desde allí la Medalla de San Benito se diseminó por todo el mundo.



Fuente:   www.sbenito.org

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