viernes 14 2011

NO HAY NADA OCULTO QUE NO DEBA SER REVELADO

Reflexión bíblica
“No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.” Lc 12, 1-7

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant






Evangelio según San Lucas

En aquel tiempo, se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas. A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquél que, después de matar, tiene el poder de arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ése. ¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros".
Palabra del Señor.



Comienza el Evangelio; “En aquel tiempo, se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. “



Por mucho esfuerzo que hicieran los fariseos para tratar de que la gente no tuviera contacto con Jesús, nada les resultaba. Tampoco fueron capaces de sorprender a Jesús en algo que lo pudiera condenar. Todo se volvía contra ellos. Entonces acudían cada día a millares de personas deseando aproximarse a Jesús, hasta empujarse mutuamente. Esto nos demuestra que tan poderosa es en todas partes la verdad y tan débil el engaño.


Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

Jesús al decir esto a sus discípulos, nos advierte de aquello que corrompe las intenciones de los hombres, El llama levadura a la hipocresía, porque penetra y altera, lo mismo que hace la hipocresía con las buenas costumbres. Basta una pequeña dosis de levadura para corromper la masa, basta que aparezca la hipocresía para corromper el alma, la sinceridad y la verdad.


Jesús dice; “No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.”


Toda una gran verdad, una sabiduría plena esta enseñanza, para no hacer que nuestras obras se contradigan con nuestras palabras porque en el último día el secreto de nuestra conciencia y las diferentes reflexiones, que en nuestro interior nos acusan o nos defienden, serán conocidas y manifiestas.



Romanos 2, 15-16 “Ellos muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, mientras que su conciencia concuerda en su testimonio; y sus razonamientos se acusan o se excusan unos a otros, en el Día en que, conforme a mi evangelio, Dios juzgue los secretos de los hombres, por medio de Cristo Jesús. “



En aquel día Dios juzgará los secretos de los hombres. Algunos pretenderán ocultar las buenas acciones de otros por medio de infamias, pero el bien no puede estar oculto para el Señor.


A los apóstoles los llamaran con distintos nombres calumniosos, pero al final toda la verdad se sabrá. Por eso los enviados de Jesús no deben temer proclamar la palabra del Evangelio con la frente en alto.

Jesús dice; “Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.”




Así mismo todo lo que predicaron, proclamaron o dijeron los apóstoles en las tinieblas de la persecución, en la clandestinidad, entre cuatro paredes o en las sombras de las cárceles, debe luego de predicarse públicamente con la lectura de sus hechos en la Iglesia extendida por todo el mundo. “Será proclamado desde lo alto de las casas.” Esto es al descubierto para que todos oigan. (Nuestras casas tienen techos con declives para ambos lados, la de aquellos tiempos eran planas y se acostumbraba estar sobre ellos)



“A ustedes, mis amigos, les digo:



Que amorosa forma de dirigirse a los apóstoles, “ustedes, mis amigos”. Nos acerca con confianza. Entonces nosotros no podemos equivocar, podemos caer en falta, pero no por ellos estaremos asustados por el miedo sabiendo que Dios nos conoce de todo corazón y sabe de nuestra buena o mala intencionalidad. Dios sabe bien quienes le aman de todo corazón.


(Rom 8,35): ¿Quién nos Separará del amor de Cristo?, ¿Tribulación?, ¿angustia? ¿Persecución?, ¿hambre?, ¿desnudez?, ¿peligros?, ¿espada?; Dice Jesús; “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. (Jn 15,13). Entonces ¿Por qué, pues, no ha de ser muy conveniente que devolvamos a Cristo lo que de El hemos recibido?



Dice Jesús; “No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más.”



Muchos han sido perseguidos y luego martirizados, quitándoles la vida o atormentados por su fe, pero esto no impide a Dios que los premie con la resurrección, ellos no pueden hacerle mas daño. Pero Dios, sabrá premiar a todos los que han sufrido persecución.


Jesús sigue; “Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquél que, después de matar, tiene el poder de arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ése.”


El alma es inmortal. La muerte física es el fin de la naturaleza, pero no de la pena. Esto es el término de los sufrimientos corporales, pero la pena del alma es eterna. Por cuya razón sólo a Dios debe temerse, cuyo poder no limita la naturaleza, sino que le está sometida. Para los pecadores la muerte es un suplicio, porque después de los sufrimientos que ocasiona la muerte, vienen a caer en las penas del infierno.



Pero Jesús dice “Aquel tiene poder de arrojar al infierno”. Bien entendido esto es una invitación a orar por nuestros difuntos, porque no todos los que mueren en pecado irán definitivamente al infierno, esa es facultad de Dios. Entonces no dejemos de orar por los difuntos.
¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros".

Jesús se inspira en el amor de la sencillez, utilizando un sencillo ejemplo de los pajaritos, como diciendo: ¿Si Dios no se olvida de los pájaros, cómo se olvidará de los hombres?, y luego prosigue “Ustedes tienen contados todos sus cabellos:”, De este modo indica que Dios nos conoce perfectamente en todo; porque las cuentas manifiestan un cuidado solícito y diligente.


Por comprender todo esto, Gracias Señor.



Fuente:   www.autorescatolicos.org

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