domingo 23 2012

EL HIJO DEL HOMBRE VA A SER ENTREGADO. QUIEN QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA EL SERVIDOR DE TODOS.


Sabiduría 2, 12. 17-20


Se dijeron los impíos: "Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él."




Salmo 53


Oh Dios, sálvame por tu nombre, / sal por mí con tu poder. / Oh Dios, escucha mi súplica, / atiende mis palabras. R.

Porque unos insolentes se alzan contra mí, / y hombres violentos me persiguen a muerte, / sin tener presente a Dios. R.

Pero Dios es mi auxilio, / el Señor sostiene mi vida. / Te ofreceré un sacrificio voluntario, / dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.



Santiago 3, 16-4, 3


Queridos hermanos: Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante y sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros?¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.




Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará." Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: "¿De qué discutíais por el camino?" Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó llamó a los Doce y les dijo: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos." Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado."



COMENTARIO


1. El discurso de la maldad, desenmascarado


1.1 Fue siempre estrategia de la maldad esconderse; siempre fue fuerza del bien desenmascarar a la maldad. Y eso es lo que encontramos en los textos de la liturgia de hoy, cada uno desde su propio ángulo.

1.2 En la primera lectura está el discurso de los perversos: su altanería, su impaciencia y su intolerancia, el cinismo de su propuesta cruel, que se apoya sólo en sí misma.

1.3 En la segunda lectura, el horizonte cambia. Santiago, la voz ruda del Nuevo Testamento, nos obliga a asomarnos a nuestro propio corazón y a sacar de él, como de un sótano enmohecido, las alimañas de la codicia, la violencia y la concupiscencia. ¡Y esto entre cristianos, porque no le escribía él a gente pagana!

1.4 El evangelio de hoy, por su parte, nos presenta en clave positiva todo este tema. Es Jesús quien demuestra con su propia valentía, cuánto sabe del mal que se le viene encima, y cómo lo asume con una coherencia y una capacidad de donación de sí mismo que impresionaron a sus inmediatos discípulos y nos impactan a nosotros.

2. Vencedor de la maldad, Jesucristo

2.1 Ahora bien, Jesús no es sólo un "denunciador" de la maldad, sino su vencedor. Mostrándonos aquel niño, indicó en qué dirección iban las preferencias del corazón de Dios, es decir, qué corazones quería y quiere encontrar.

2.2 Una y otra vez el niño se vuelve una pregunta. El niño que muere sin alcanzar a pronunciar su propio nombre. El niño que tiene ya una pregunta y nos irrita tal vez con su impertinencia. El niño que pide dinero en una calle. O el niño que llevamos dentro, silenciado a fuerza de reprimirnos en tantas cosas.

2.3 Por eso, "ser como niños" no es una asignatura en la que un día uno se "gradúe". Nadie se ha "graduado" de niño. Es una actitud, es un camino, es un modo de escapar de la red haciéndose pequeño, de modo que no haya cedazo que nos atrape.



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