Isaías 25,6-10a
Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera;
manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que
cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la
muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo ha dicho el Señor-.
Aquel día se dirá: "Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos
salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará
sobre este monte."
Salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me falta: / en verdes praderas me hace
recostar; / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. / Aunque camine
por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado
me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la
cabeza con perfume, / y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, /
y habitaré en la casa del Señor / por años sin término. R.
Mateo 15,29-37
En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y
se sentó en él. Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados,
sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba. La gente se
admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos
y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de la gente,
porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero
despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino." Los
discípulos le preguntaron: "¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes
suficientes para saciar a tanta gente?" Jesús les preguntó: "¿Cuántos
panes tenéis?" Ellos contestaron: "Siete y unos pocos peces." Él
mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces,
dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los
discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras:
siete cestas llenas.
COMENTARIO
1. Un banquete delicioso
1.1 Un banquete no es solamente una gran cantidad o una buena calidad de
comida. Es un punto alto y bello de la relación entre los parientes o amigos.
Por lo menos así lo ha entendido siempre el Oriente, donde invitar a comer es
un modo elocuente de abrir el corazón.
1.2 Y sin embargo, la abundancia importa; no sólo por la satisfacción
deleitable del paladar y los sentidos, sino por lo que ello implica de descanso
y confianza hacia el futuro. Abundancia de algún modo significa provisión
futura. Por eso, en la lectura del profeta Isaías del día de hoy, junto a la
imagen del banquete abundante está el triunfo sobre la muerte. He aquí la
victoria que aguarda el profeta: vida que se hace fuerte por el alimento y vida
que recibe defensa contra la muerte. Fuertes por dentro y protegidos por fuera:
esa es la imagen de los redimidos.
2. El Banquete de Cristo y Cristo como alimento
2.1 Cristo prepara un banquete para los suyos, con lo que cumple de modo
magnífico y pleno lo vislumbrado por el profeta. Un banquete sobrio en cuanto a
las viandas pero delicioso en su manera de manifestar la providencia.
2.2 Miremos más de cerca las características de esta cena peculiar: se
trata de la comida que ha nacido de su compasión; se trata de alimento para que
no desfallezcan por el camino, es decir: es comida para el camino; se trata de
comida que reparten sus discípulos; se trata, finalmente, de comida "en
acción de gracias", capaz de saciar a todos.
2.3 Estas características son propias del mismo Cristo. Su presencia entre
nosotros nace de la compasión; está a nuestro lado sosteniendo nuestro caminar;
llega a nosotros por ministerio de sus apóstoles y predicadores; él es nuestra
Eucaristía y puede saciar todo corazón y todo anhelo.
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SAN MATEO, CAPÍTULO 15
Jesús y las tradiciones de los antepasados
Marcos 7, 1-13
15:1 Entonces, unos fariseos y escribas de Jerusalén se acercaron a Jesús y
le dijeron:
15:2 "¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros
antepasados y no se lavan las manos antes de comer?"
15:3 Él les respondió: "¿Y por qué ustedes, por seguir su tradición,
no cumplen el mandamiento de Dios?
15:4 En efecto, Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre Éxodo 20, 12
Levítico 19, 3 Deuteronomio 5, 16 Deuteronomio 27, 16 Ezequiel 22, 7 Mateo 19,
19 Marcos 7, 10 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Efesios 6, 2 y: El que maldice a su
padre o a su madre, será condenado a muerte. Éxodo 21, 17 Levítico 20, 9 Marcos
7, 10
15:5 Pero ustedes afirman: El que diga a su padre o a su madre: "He
ofrecido al Templo los bienes que tenía para ayudarte",
15:6 está libre de los deberes hacia ellos. Así ustedes, en nombre de su
tradición, han anulado la Palabra de Dios.
15:7 ¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo:
15:8 Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí. Isaías 29, 13 Marcos 7, 6-7
15:9 En vano me rinden culto:
las doctrinas que enseñan
no son sino preceptos humanos". Isaías 29, 13 Marcos 7, 7
La enseñanza sobre lo puro y lo impuro
Marcos 7, 14-23
15:10 Jesús llamó a la multitud y le dijo: "Escuchen y comprendan.
15:11 Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que
sale de ella".
15:12 Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: "¿Sabes que
los fariseos se escandalizaron al oírte hablar así?"
15:13 Él les respondió: "Toda planta que no haya plantado mi Padre
celestial, será arrancada de raíz.
15:14 Déjenlos: son ciegos que guían a otros ciegos. Pero si un ciego guía
a otro, los dos caerán en un pozo". Lucas 6, 39
15:15 Pedro, tomando la palabra, le dijo: "Explícanos esta
parábola".
15:16 Jesús le respondió: "¿Ni siquiera ustedes son capaces de
comprender?
15:17 ¿No saben que lo que entra por la boca pasa al vientre y se elimina
en lugares retirados?
15:18 En cambio, lo que sale de la boca procede del corazón, Mateo 12, 34
Lucas 6, 45 y eso es lo que mancha al hombre.
15:19 Del corazón proceden las malas intenciones, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las
difamaciones.
15:20 Estas son las cosas que hacen impuro al hombre, no el comer sin
haberse lavado las manos".
Curación de la hija de una cananea
Marcos 7, 24-30
15:21 Jesús se dirigió hacia el país de Tiro y de Sidón.
15:22 Entonces una mujer cananea, que salió de aquella región, comenzó a
gritar: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está
terriblemente atormentada por un demonio".
15:23 Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le
pidieron: "Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos".
15:24 Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas
perdidas del pueblo de Israel".
15:25 Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor,
socórreme!"
15:26 Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para
tirárselo a los cachorros".
15:27 Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las
migas que caen de la mesa de sus dueños!"
15:28 Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se
cumpla tu deseo!" Y en ese momento su hija quedó curada.
Curaciones junto al lago
15:29 Desde allí, Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la
montaña, se sentó.
15:30 Una gran multitud acudió a él, llevando paralíticos, ciegos,
lisiados, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y él los curó.
15:31 La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos
quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y
todos glorificaban al Dios de Israel.
La segunda multiplicación de los panes
Marcos 8, 1-10
15:32 Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da pena
esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer.
No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino".
15:33 Los discípulos le dijeron: "¿Y dónde podríamos conseguir en este
lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?"
15:34 Jesús les dijo: "¿Cuántos panes tienen?" Ellos
respondieron: "Siete y unos pocos pescados".
15:35 Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo;
15:36 después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los
dio a los discípulos. Y ellos los distribuyeron entre la multitud.
15:37 Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron se
llenaron siete canastas.
15:38 Los que comieron eran cuatro mil hombres, Mateo 16, 10 sin contar las
mujeres y los niños.
15:39 Después que despidió a la multitud, Jesús subió a la barca y se
dirigió al país de Magadán.
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