martes 09 2013

NADIE HA SUBIDO AL CIELO, SINO EL QUE BAJÓ DEL CIELO, EL HIJO DEL HOMBRE ( Juan 3, 11-15 )


Hechos 4,32-37
 
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.





Salmo 92
 
El Señor reina, vestido de majestad, / el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

Así está firme el orbe y no vacila. / Tu trono está firme desde siempre, / y tú eres eterno. R.

Tus mandatos son fieles y seguros; / la santidad es el adorno de tu casa, / Señor, por días sin término. R.






Juan 3, 11-15
 





En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu." Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede suceder eso?" Le contestó Jesús: "Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna."



COMENTARIO

1. ¿Un Cuadro Idealizado?
 

1.1 Empezamos hoy preguntando: ¿fueron las cosas tan bellas, tan perfectas, tan felices como lo presenta la primera lectura de hoy? ¿De veras fue posible alguna vez la convivencia humana en términos tan hermosos y tan fecundos? ¿Fue todo ello como un sueño realizado de ese comunismo que algunos estiman que existió en los orígenes de la humanidad misma?

1.2 Hay dos cosas, aparentemente contradictorias entre sí, de las que podemos estar seguros. Primera: el Evangelio tuvo un efecto maravilloso de transformación de aquellas gentes. No tengamos miedo de afirmar que hay poder en la gracia de Dios, y que ese poder derriba barreras y hace que el egoísmo se vea superado por la solidaridad y el odio pierda terreno ante la fuerza del perdón.

1.3 Pero hay un segundo aspecto: el mismo libro de los Hechos de los Apóstoles, que estamos escuchando en Pascua, muestra que las comunidades vivieron distintos momentos. Desde lo más "idílico" y bello hasta lo más prosaico y crudo. Es decir: no podemos desgajar este pasaje del conjunto de una obra que nos muestra también que hubo discusiones, desacuerdos, rivalidades y en fin todo aquello que acompaña nuestra fragilidad humana.

1.4 Y sin embargo, el recorrido mismo de la Palabra y de la obra del Espíritu Santo muestra que ni la fragilidad interior ni la persecución exterior logran detener la difusión maravillosa de la Buena Noticia. Guiados por ese mismo Espíritu y alimentados por esa misma Palabra, también nosotros tenemos un mensaje de gracia para el mundo.

2. Nacer de Nuevo

2.1 La semana pasada, la de la Octava, nos habíamos dedicado, como era lo más natural, a seguir con espiritual deleite los relatos de las primeras apariciones del Resucitado. A partir de esta semana y durante casi toda la Pascua escucharemos generosas porciones del evangelio según san Juan. Desde ayer hemos empezado con el diálogo de Jesús con Nicodemo, que ocupará esta segunda semana de Pascua, y luego vendrán otros textos, sobre todo de tono eucarístico y en preparación a la llegada del Espíritu Santo.

2.2 El diálogo con Nicodemo, si lo miramos bien, es sólo diálogo en su forma literaria, pero en realidad no pretende registrar, como si fuera con magnetófono, una conversación sucedida así como se cuenta. Hasta cierto punto, es más la puesta en escena de una enseñanza o de una serie de enseñanzas que quieren que nosotros como lectores y oyentes de la predicación podamos percibir la maravillosa novedad que llega con Jesucristo.

2.3 Esto no significa que Nicodemo no haya existido ni que no haya habido uno o más diálogos entre este personaje y Jesús; lo que estamos diciendo es que la estructura del escrito que nos ha llegado es más el resumen teológico del sentido o significado que Cristo podía tener delante de la enseñanza judía de aquella época. Y el propósito claramente es mostrar cómo con Jesús y sólo con Jesús se hace posible la vida nueva; con Jesús y sólo con Jesús llega al mundo la victoria sobre el pecado y el camino hacia la gloria del cielo.



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EL RENACIMIENTO ESPIRITUAL

SAN JUAN, CAPÍTULO 3

 

El diálogo de Jesús con Nicodemo
3:1 Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.
3:2 Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él".
3:3 Jesús le respondió:
"Te aseguro
que el que no renace de lo alto
no puede ver el Reino de Dios".
3:4 Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?"
3:5 Jesús le respondió:
"Te aseguro
que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.
3:6 Lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del Espíritu es espíritu.
3:7 No te extrañes de que te haya dicho:
"Ustedes tienen que renacer de lo alto".
3:8 El viento sopla donde quiere:
tú oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni adónde va.
Lo mismo sucede
con todo el que ha nacido del Espíritu".
3:9 "¿Cómo es posible todo esto?", le volvió a preguntar Nicodemo.
3:10 Jesús le respondió: "¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas?
3:11 Te aseguro
que nosotros hablamos de lo que sabemos
y damos testimonio de lo que hemos visto,
pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
3:12 Si no creen
cuando les hablo de las cosas de la tierra,
¿cómo creerán
cuando les hable de las cosas del cielo?
3:13 Nadie ha subido al cielo,
sino el que descendió del cielo,
el Hijo del hombre que está en el cielo.
3:14 De la misma manera que Moisés
levantó en alto la serpiente en el desierto, Números 21, 9 2 Reyes 18, 4
también es necesario
que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
3:15 para que todos los que creen en él
tengan Vida eterna.
3:16 Porque Dios amó tanto al mundo,
que entregó a su Hijo único
para que todo el que cree en él no muera,
sino que tenga Vida eterna.
3:17 Porque Dios no envió a su Hijo
para juzgar al mundo,
sino para que el mundo se salve por él.
3:18 El que cree en él, no es condenado;
el que no cree, ya está condenado,
porque no ha creído
en el nombre del Hijo único de Dios.
3:19 En esto consiste el juicio:
la luz vino al mundo,
y los hombres prefirieron
las tinieblas a la luz,
porque sus obras eran malas.
3:20 Todo el que obra mal
odia la luz y no se acerca a ella,
por temor de que sus obras sean descubiertas.
3:21 En cambio, el que obra conforme a la verdad
se acerca a la luz,
para que se ponga de manifiesto
que sus obras han sido hechas en Dios".

El último testimonio de Juan el Bautista
3:22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a Judea. Permaneció allí con ellos y bautizaba.
3:23 Juan seguía bautizando en Enón, cerca de Salim, porque había mucha agua en ese lugar y la gente acudía para hacerse bautizar.
3:24 Juan no había sido encarcelado todavía.
3:25 Se originó entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío, acerca de la purificación.
3:26 Fueron a buscar a Juan y le dijeron: "Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán y del que tú has dado testimonio, también bautiza y todos acuden a él".
3:27 Juan respondió:
"Nadie puede atribuirse nada
que no haya recibido del cielo.
3:28 Ustedes mismos son testigos de que he dicho:
"Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de él".
3:29 En las bodas, el que se casa es el esposo;
pero el amigo del esposo,
que esta allí y lo escucha,
se llena de alegría al oír su voz.
Por eso mi gozo es ahora perfecto.
3:30 Es necesario que él crezca
y que yo disminuya.
3:31 El que viene de lo alto
está por encima de todos.
El que es de la tierra
pertenece a la tierra y habla de la tierra.

El que vino del cielo
3:32 da testimonio de lo que ha visto y oído,
pero nadie recibe su testimonio.
3:33 El que recibe su testimonio
certifica que Dios es veraz.
3:34 El que Dios envió
dice las palabras de Dios,
porque Dios le da el Espíritu sin medida.
3:35 El Padre ama al Hijo
y ha puesto todo en sus manos. Mateo 11, 27 Lucas 10, 22
3:36 El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. 1 Juan 5, 11
El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida,
sino que la ira de Dios pesa sobre él".



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