sábado 27 2013

QUIEN ME HA VISTO A MI HA VISTO AL PADRE ( Juan 14, 7-14 )



Hechos 13,44-52

El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: "Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."" Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.






Salmo 97

Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: /su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios./ Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.




 


Juan 14,7-14
  





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."



COMENTARIO

1. ¿Qué detiene al Evangelio?


1.1 Cuando uno medita, como hacemos en tiempo de Pascua, en todas las riquezas, bondades y bellezas del Evangelio de Cristo, no puede sino preguntarse por qué una noticia tan llena de bondad para todos aún no llega a todos. La primera lectura de hoy puede darnos claves de comprensión en este sentido.

1.2 Pablo y Bernabé tenían un modo de obrar muy claro en la difusión del Evangelio. No iban simplemente de un lado a otro. ¿Qué hacían? Su punto de partida evidente son las comunidades judías de la dispersión, o “diáspora”.

2. Historia de una dispersión

2.1 Y aquí hay algo admirable, que conviene conocer y meditar despacio. Los judíos, según la promesa que Dios hizo a Abraham, habitaban la tierra que les fue prometida, bien que con sobresaltos por los ataques de las naciones vecinas y con incoherencias por sus propios pecados de injusticia e idolatría.

2.2 Acosados por los intereses de esos otros pueblos y debilitados interiormente por su conciencia de infidelidad, terminaron siendo desterrados a comienzos del siglo VI a. C. Tuvieron entonces que ir a Babilonia y a otras naciones. Esto dio origen a la “dispersión”. Y aunque un número de ellos regresó a Jerusalén y a Judea cuando Ciro de Persia lo permitió a finales del mismo siglo VI a. C., la mayor parte nunca regresó a la tierra que Dios había prometido.

2.3 Las comunidades judías de la dispersión tuvieron como centro de vida espiritual ya no el templo ni los sacrificios, sino la sinagoga, lugar de estudio y de oración en torno a las Santas Escrituras, que correspondían entonces a lo que nosotros llamamos hoy el Antiguo Testamento.

2.4 Cuando Pablo y Bernabé empiezan su misión de predicación del Evangelio no parten de cero sino de su propia experiencia. Ellos como judíos han encontrado en Jesucristo que Dios ha cumplido las promesas que fueron hechas a los patriarcas y pregonadas por los profetas. Y es eso precisamente lo que llevan como noticia gozosa a las comunidades de judíos de la dispersión. Era un ambiente que Pablo especialmente conocía bien, porque él mismo había nacido en Tarso, en la actual Turquía, a cientos de kilómetros de la amada Jerusalén.

3. ¿Demasiado tarde?

3.1 Así pues, enviados por el Espíritu Santo y acompañados del mandato y la oración de la Iglesia, Bernabé y Pablo avanzan por el Asia Menor, la actual Turquía, con su noticia feliz: ¡Dios ha enviado la redención a su pueblo! ¡Dios ha cumplido su promesa!

3.2 Esta noticia encuentra varios tipos de acogida. Hay alegría, pero también perplejidad; alabanza a Dios, pero también dura oposición e incluso persecución. ¿Por qué?

3.3 Una posible explicación es que la noticia, por decirlo así, llegó demasiado tarde para algunos. Imaginemos un naufragio y pensemos que los marineros han llegado a acostumbrarse tanto al bote salvavidas que luego no quieren buscar la playa ni subir al barco que viene a rescatarlos. En ese bote salvavidas ya se han definido modos de autoridad y posiciones sociales; ya hay una organización que resulta beneficiosa y gratificante para los dirigentes. lo que debía ser un modo temporal de superar un momento trágico se ha convertido en un modo de vida. Ellos, pues, no quieren perder el cargo de “General en Jefe del Bote Salvavidas” para convertirse en simples “náufragos”, junto con sus compañeros de infortunio. Nace así la desconfianza en los líderes, que pronto da paso a la envidia y luego a la sorna, la burla cruel, la intriga y la persecución abierta. La consecuencia de todo esto: oposición al Evangelio entre los judíos.

3.4 ¡Atención! A nosotros nos puede suceder lo mismo. Esta vida, si la miramos en su conjunto es también una estación, un momento de paso. Y todos los habitantes de esta tierra somos como náufragos de una desventura que se llama el pecado.

3.5 Todo, pues, lo que hacemos en este bote salvavidas que es nuestra condición temporal ha de ser visto como un recurso temporal, como algo que no debemos apropiarnos. Desde la orilla, Cristo, el Cristo de la Pascua, nos aguarda a todos, pues todos hemos sido salvos sólo por su gracia. Los cargos, los ministerios, las dignidades eclesiásticas, los estudios avanzados, las experiencias pastorales no pueden ser barreras que nos separan ni ganchos que nos amarran al bote salvavidas. Pasando el mar, en la playa está Jesús, y allí, teniendo invitado a su pueblo de redimidos, prepara una fogata de amor... con los maderos del bote salvavidas.



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SAN JUAN,  CAPÍTULO 14


Jesús, camino hacia el Padre
14:1 "No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
14:2 En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones;
si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes.
Yo voy a prepararles un lugar.
14:3 Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar,
volveré otra vez para llevarlos conmigo,
a fin de que donde yo esté,
estén también ustedes.
14:4 Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
14:5 Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?"
14:6 Jesús le respondió:
"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Nadie va al Padre, sino por mí.
14:7 Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre.
Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Jesús, revelación del Padre
14:8 Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
14:9 Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?
El que me ha visto, ha visto al Padre.
¿Cómo dices: "Muéstranos al Padre"?
14:10 ¿No crees
que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías:
el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
14:11 Créanme:
yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras.
14:12 Les aseguro
que el que cree en mí
hará también las obras que yo hago,
y aun mayores,
porque yo me voy al Padre.
14:13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14:14 Si ustedes me piden algo en mi Nombre,
yo lo haré.

La promesa del Espíritu Santo
14:15 Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. 1 Juan 5, 3
14:16 Y yo rogaré al Padre,
y él les dará otro Paráclito
para que esté siempre con ustedes:
14:17 el Espíritu de la Verdad,
a quien el mundo no puede recibir,
porque no lo ve ni lo conoce.
Ustedes, en cambio, lo conocen,
porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
14:18 No los dejaré huérfanos,
volveré a ustedes.
14:19 Dentro de poco el mundo ya no me verá,
pero ustedes sí me verán,
porque yo vivo y también ustedes vivirán.
14:20 Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre,
y que ustedes están en mí y yo en ustedes.
14:21 El que recibe mis mandamientos y los cumple,
ese es el que me ama;
y el que me ama será amado por mi Padre,
y yo lo amaré y me manifestaré a él".
14:22 Judas —no el Iscariote— le dijo: "Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?"
14:23 Jesús le respondió:
"El que me ama
será fiel a mi palabra,
y mi Padre lo amará;
iremos a él
y habitaremos en él.
14:24 El que no me ama no es fiel a mis palabras.
La palabra que ustedes oyeron no es mía,
sino del Padre que me envió.
14:25 Yo les digo estas cosas
mientras permanezco con ustedes.
14:26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo,
que el Padre enviará en mi Nombre,
les enseñará todo
y les recordará lo que les he dicho.
14:27 Les dejo la paz,
les doy mi paz,
pero no como la da el mundo.
¡No se inquieten ni teman!
14:28 Me han oído decir:
"Me voy y volveré a ustedes".
Si me amaran,
se alegrarían de que vuelva junto al Padre,
porque el Padre es más grande que yo.
14:29 Les he dicho esto antes que suceda,
para que cuando se cumpla, ustedes crean.
14:30 Ya no hablaré mucho más con ustedes,
porque está por llegar el Príncipe de este mundo:
él nada puede hacer contra mí,
14:31 pero es necesario que el mundo sepa
que yo amo al Padre
y obro como él me ha ordenado.
Levántense, salgamos de aquí.



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