lunes 03 2013

AGARRARON AL HIJO QUERIDO, LO MATARON Y LO ARROJARON FUERA DE LA VIÑA ( Marcos 12, 1-12 )

Tobías 1,3;2,1b-8
 
Yo, Tobit, procedí toda mi vida con sinceridad y honradez, e hice muchas limosnas a mis parientes y compatriotas deportados conmigo a Nínive de Asiria.
En nuestra fiesta de Pentecostés, la fiesta de las Semanas, me prepararon una buena comida. Cuando me puse a la mesa, llena de platos variados, dije a mi hijo Tobías: "Hijo, anda a ver si encuentras a algún pobre de nuestros compatriotas deportados a Nínive, uno que se acuerde de Dios con toda el alma, y tráelo para que coma con nosotros. Te espero, hijo, hasta que vuelvas." Tobías marchó a buscar a algún israelita pobre y, cuando volvió, me dijo: "Padre." Respondí: "¿Qué hay, hijo?" Repuso: "Padre, han asesinado a un israelita. Lo han estrangulado hace un momento, y lo han dejado tirado ahí, en la plaza." Yo pegué un salto, dejé la comida sin haberla probado, recogí el cadáver de la plaza y lo metí en una habitación para enterrarlo cuando se pusiera el sol. Cuando volví, me lavé y comí entristecido, recordando la frase del profeta Amós contra Betel: "Se cambiarán vuestras fiestas en luto, vuestros cantos en elegías." Y lloré. Cuando se puso el sol, fui a cavar una fosa y lo enterré.

Los vecinos se me reían: "¡Ya no tiene miedo! Lo anduvieron buscando para matarlo por eso mismo, y entonces se escapó; pero ahora ahí lo tenéis, enterrando muertos."







Salmo 111
 
Dichoso quien teme al Señor / y ama de corazón sus mandatos. / Su linaje será poderoso en la tierra, / la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia, / su caridad es constante, sin falta. / En las tinieblas brilla como una luz / el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta, / y administra rectamente sus asuntos. / El justo jamás vacilará, / su recuerdo será perpetuo. R.







Marcos 12,1-12
 
 




En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: "Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. Les envió otro criado; a éste lo insultaron y lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían. Pero los labradores se dijeron: "Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia." Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Que hará el dueño de la viña? Acabará con los ladrones y arrendará la viña a otros. ¿No habéis leído aquel texto: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?" Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.




COMENTARIO

1. Coraje y Compasión


1.1 El vocablo coraje alude fortaleza interior; la compasión, en cambio, se refiere a una gran sensibilidad. Aparentemente estas dos virtudes se contraponen y habrá quien piense que se contradicen pero la primera lectura está ahí para demostrarnos que no es así. Tobías es un hombre lleno de coraje y de compasión.

1.2 Coraje y valor, para desobedecer las leyes injustas. No todas las leyes son buenas, ni las hace buenas el solo hecho de ser promulgadas por la autoridad competente. Tobías nos muestra que saber desobedecer es un acto de valentía y de coraje. Cosa que necesitamos, por ejemplo, cuando las leyes nuestras consideran como lícito lo que es un crimen. Pensemos en el caso del aborto "legal" en tantas partes del mundo.

1.3 Pero Tobías es un hombre compasivo. Sabe incluso posponer sus alegrías justas y naturales, como la cena de familia, por buscar a quién servir. No se encierra en su placer, sino que habla con palabras que son un verdadero desafío para nuestro modo usual de pensar: "Hijo mío, ve y cuando encuentres a un pobre de entre los hermanos nuestros... Anda, hijo mío, te espero hasta que regreses." Aquí hay misericordia, solidaridad y un tremendo dominio de sí mismo. Estas tres virtudes las necesitamos todos, pero especialmente son requeridas en los países llamados desarrollados o entre las personas que tienen una vida cómoda y desahogada. Les tentará siempre encerrarse en su deleite. Sea bienvenido Tobías para que nos enseñe a salir de nosotros mismos.

2. Rechazado por los Expertos

2.1 El evangelio de hoy nos presenta a Cristo en plena conciencia de un hecho durísimo de su misión: los expertos lo han evaluado y consideran que no cumple con los requerimientos. Ha sido oficialmente rechazado. Los escribas lo consideran un ignorante que enseña cosas sin base en las tradiciones oficiales; los sumos sacerdotes lo evalúan como un peligro público que pueda echar a perder el delicado equilibrio que hasta ahora ellos han logrado con el Imperio Romano; los "ancianos" lo miran como un advenedizo, un impertinente que causa mucho desorden y alboroto entre la gente ignorante. Conclusión: Cristo no sirve.

2.2 Ante este rechazo, Cristo no adopta la actitud conciliadora de quien buscara un término medio. Tampoco toma la posición del mendigo de amistades, poder o prestigio, como si pensara que lejos de la gente influyente está perdido. Su postura, en cambio, es mostrar que este rechazo es la lógica consecuencia de las rebeldías que han caracterizado desde siempre al pueblo de Dios. En su mensaje en parábola muestra también que esa cadena de desobediencias se va agravando y que llegará hasta el extremo: "Aquellos viñadores se dijeron: Este es el heredero. Matémoslo y será nuestra la herencia."

2.3 Según esto, ser rechazado por los expertos no es otra cosa, en el caso de Cristo y de los cristianos, sino señal de elección divina. Aunque a veces cuesta bastante verlo así, si somos sinceros.




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SAN MARCOS,  CAPÍTULO 12

 

La parábola de los viñadores homicidas
Mateo 21, 33-46 / Lucas 20, 9-19

12:1 Jesús se puso a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña, Isaías 5, 1 Mateo 21, 33 Lucas 20, 9 la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
12:2 A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía.
12:3 Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
12:4 De nuevo les envió a otro servidor, y a este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes.
12:5 Envió a un tercero, y a este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros.
12:6 Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: "Respetarán a mi hijo".
12:7 Pero los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra".
12:8 Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
12:9 ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros.
12:10 ¿No han leído este pasaje de la Escritura:
La piedra que los constructores rechazaron
ha llegado a ser la piedra angular: Salmo 118, 22 Mateo 21, 42 Lucas 20, 17 Hechos 4, 11 1 Pedro 2, 7
12:11 esta es la obra del Señor,
admirable a nuestros ojos?" Salmo 118, 23 Mateo 21, 42
12:12 Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron.

El impuesto debido a la autoridad
Mateo 22, 15-22 / Lucas 20, 20-26

12:13 Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones.
12:14 Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarlo o no?"
12:15 Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario".
12:16 Cuando se lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Respondieron: "Del César".
12:17 Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Mateo 22, 21 Lucas 20, 25 Romanos 13, 7 Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.

Discusión sobre la resurrección de los muertos
Mateo 22, 23-33 / Lucas 20, 27-40

12:18 Se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, Mateo 22, 23 Hechos 23, 8 y le propusieron este caso:
12:19 "Maestro, Moisés nos ha ordenado lo siguiente: "Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda". Génesis 38, 8 Deuteronomio 25, 6 Mateo 22, 24 Lucas 20, 28
12:20 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos.
12:21 El segundo se casó con la viuda y también murió sin tener hijos; lo mismo ocurrió con el tercero;
12:22 y así ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos ellos, murió la mujer.
12:23 Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?"
12:24 Jesús les dijo: "¿No será que ustedes están equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios?
12:25 Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el cielo.
12:26 Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído en el Libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Éxodo 3, 6.15.16 Mateo 22, 32 Hechos 3, 13 Hechos 7, 32
12:27 Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes. Ustedes están en un grave error".

El mandamiento principal
Mateo 22, 34-40 / Lucas 10, 25-28

12:28 Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: Mateo 22, 35-40 Lucas 10, 25-28 "¿Cuál es el primero de los mandamientos?"
12:29 Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor;
12:30 y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6, 4-5 Mateo 22, 37 Lucas 10, 27
12:31 El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Levítico 19, 18 Mateo 5, 43 Mateo 19, 19 Mateo 22, 39 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8 No hay otro mandamiento más grande que estos".
12:32 El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, Deuteronomio 4, 35
12:33 y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Oseas 6, 6 Mateo 9, 13 Mateo 12, 7
12:34 Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

El Mesías, hijo y Señor de David
Mateo 22, 41-46 / Lucas 20, 41-44

12:35 Jesús se puso a enseñar en el Templo y preguntaba: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David?
12:36 El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies. Salmo 8, 7 Salmo 110, 1 Mateo 22, 44 Lucas 20, 42-43 Hechos 2, 34-35 1 Corintios 15, 25 1 Corintios 15, 27 Efesios 1, 20-22 Colosenses 3, 1 Hebreos 1, 13 Hebreos 2, 8 Hebreos 8, 1 Hebreos 10, 12-13
12:37 Si el mismo David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?"

Advertencia de Jesús contra los escribas
Mateo 23, 6-7 / Lucas 20, 45-47

La multitud escuchaba a Jesús con agrado.
12:38 Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas
12:39 y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes;
12:40 que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad".

La ofrenda de la viuda
Lucas 21, 1-4

12:41 Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia.
12:42 Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
12:43 Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros,
12:44 porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".



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