jueves 06 2013

EL AMOR DE DIOS Y DE LOS HOMBRES ( Marcos 12, 28-34 )

Jueves de la novena semana del tiempo ordinario



Libro de Tobías 6,10-11.7,1.9-16.8,4-9a.
 
Ya habían entrado a Media y se aproximaban a Ecbatana,
cuando Rafael dijo al joven: «¡Hermano Tobías!» Este respondió: «¿Qué quieres?» El ángel le dijo: «Esta noche vamos a alojarnos en casa de tu pariente Ragüel; es de tu familia y tiene una hija llamada Sara.
Al llegar a Ecbatana, Tobías dijo a Azarías: «Llévame inmediatamente a casa de nuestro hermano Ragüel. Lo llevó a la casa de Ragüel, quien estaba sentado cerca de la puerta del patio. Lo saludaron y él respondió: «Buenas tardes, hermanos, bienvenidos a mi casa». Y los hizo pasar a la casa.
Entonces Tobías dijo a Rafael: «Hermano Azarías, ¿y si le pido ahora a Ragüel que me dé a mi hermana Sara?»
Al oír esas palabras, Ragüel dijo al joven: «Come y bebe. No eches a perder esta velada, nadie más que tú tiene derecho a casarse con mi hija Sara, hermano mío. Yo no soy libre de dársela a otro ya que tú eres nuestro pariente más cercano. Ahora, hijo mío, te hablaré francamente.
Se la di sucesivamente a siete de nuestros hermanos, y todos murieron la primera noche cuando se acercaron a ella. Por ahora, hijo mío, come y bebe. El Señor te concederá su gracia y su paz».
Pero Tobías exclamó: «¡No comeré ni beberé mientras no hayas arreglado este asunto!» Ragüel respondió: «¡Muy bien! Ya que según la ley de Moisés te pertenece, el Cielo ha decidido dártela; recibe pues a tu hermana. En adelante tú serás su hermano y ella, tu hermana, te la doy ahora para siempre. El Señor del Cielo vendrá a ayudarlos esta noche, hijo mío, y les dará su gracia y su paz».
Ragüel llamó a su hija Sara; le tomó la mano y la puso en la de Tobías, diciendo: «Recíbela según la Ley y los decretos escritos en el libro de Moisés, quien te la da como esposa. Tómala, que llegue felizmente contigo a la casa de tu padre. Que el Dios del Cielo les conceda que tengan un buen viaje sin incidentes».
Se dirigió luego a la madre y le pidió que fuera a buscar una hoja de papiro para escribir. Redactó luego el contrato de matrimonio y lo firmaron. Después de eso, se pusieron a la mesa, comieron y bebieron.
Ragüel llamó a su mujer Edna y le dijo: «Hermana, prepara la segunda pieza a donde la llevarás».
Ella se fue a hacer la cama del dormitorio, como se lo había pedido, y llevó allá a su hija. Luego se puso a llorar sobre ella y enjugándose las lágrimas, decía:
Los padres, sin embargo, habían salido y cerrado la puerta. Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: «Levántate, hermana mía. Oremos los dos, supliquémosle a nuestro Señor para obtener su gracia y su protección».
Ella se levantó y juntos se pusieron a orar por su salvación: «Bendito eres, Dios de nuestros padres y bendito sea tu Nombre por los siglos de los siglos. ¡Los cielos y todas las criaturas te bendigan de siglo en siglo!
Tú creaste a Adán, tú creaste a Eva, su mujer, para que fuera su compañera y su ayuda, y de ambos nació toda la raza humana. Tu dijiste: No es bueno que el hombre esté solo, hagámosle una compañera semejante a él.
Ahora no he buscado el placer al casarme con esta hermana, lo hago con un corazón sincero. Ten piedad de ella y de mí y llévanos juntos hasta la vejez».
Terminaron diciendo juntos: «¡Amén, Amén!»
Luego se acostaron para pasar la noche. Ragüel estaba en pie. Había llamado a sus sirvientes y había salido con ellos a cavar una tumba.






Salmo 128(127),1-2.3.4-5.

 
Felices los que temen al Señor
y siguen sus caminos.
Comerás del trabajo de tus manos,
esto será tu fortuna y tu dicha.

Tu esposa será como vid fecunda
en medio de tu casa,
tus hijos serán como olivos nuevos
alrededor de tu mesa.

Así será bendito
el hombre que teme al Señor.
¡Que el Señor te bendiga desde Sión:
puedas ver la dicha de Jerusalén
durante todos los días de tu vida!
¡Que veas a los hijos de tus hijos
y en Israel, la paz!






Evangelio según San Marcos 12,28-34.
 
 







Entonces se adelantó un maestro de la Ley. Había escuchado la discusión y estaba admirado de cómo Jesús les había contestado. Entonces le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un único Señor.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas.
Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos.»
El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él,
y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios.»
Jesús vio que ésta era respuesta sabia y le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y después de esto, nadie más se atrevió a hacerle nuevas preguntas.



Leer el comentario del Evangelio por : San [Padre] Pio de Pietrelcina
El amor de Dios y de los hombres



Me consume una doble llama: el amor de Dios y el amor a los hombres. Jesús ha puesto un volcán siempre en erupción, dentro de mi corazón tan pequeño....

         ¡Dios mío, estate siempre conmigo en mi pobre corazón y acaba la obra que has comenzado! Oigo en mi interior más íntimo esta voz que me repite: “¡Santifícate y santifica a los demás!”

    Esto es lo que quiero, querido hijito mío, a quien escribo todo esto, aunque no sé por dónde comenzar. ¡Ayúdame! Sé que Jesús te quiere mucho y tú lo mereces. ¡Háblale, pues, de mí! Le pido que me conceda ser un hijo menos indigno de San Francisco, que pueda servir como ejemplo a mis hermanos de manera que guarden ellos su fervor y lo guarde yo también hasta llegar a ser un perfecto capuchino.



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SAN MARCOS,  CAPÍTULO 12

 

La parábola de los viñadores homicidas
Mateo 21, 33-46 / Lucas 20, 9-19

12:1 Jesús se puso a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña, Isaías 5, 1 Mateo 21, 33 Lucas 20, 9 la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
12:2 A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía.
12:3 Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
12:4 De nuevo les envió a otro servidor, y a este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes.
12:5 Envió a un tercero, y a este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros.
12:6 Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: "Respetarán a mi hijo".
12:7 Pero los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra".
12:8 Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
12:9 ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros.
12:10 ¿No han leído este pasaje de la Escritura:
La piedra que los constructores rechazaron
ha llegado a ser la piedra angular: Salmo 118, 22 Mateo 21, 42 Lucas 20, 17 Hechos 4, 11 1 Pedro 2, 7
12:11 esta es la obra del Señor,
admirable a nuestros ojos?" Salmo 118, 23 Mateo 21, 42
12:12 Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron.

El impuesto debido a la autoridad
Mateo 22, 15-22 / Lucas 20, 20-26

12:13 Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones.
12:14 Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarlo o no?"
12:15 Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario".
12:16 Cuando se lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Respondieron: "Del César".
12:17 Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Mateo 22, 21 Lucas 20, 25 Romanos 13, 7 Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.

Discusión sobre la resurrección de los muertos
Mateo 22, 23-33 / Lucas 20, 27-40

12:18 Se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, Mateo 22, 23 Hechos 23, 8 y le propusieron este caso:
12:19 "Maestro, Moisés nos ha ordenado lo siguiente: "Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda". Génesis 38, 8 Deuteronomio 25, 6 Mateo 22, 24 Lucas 20, 28
12:20 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos.
12:21 El segundo se casó con la viuda y también murió sin tener hijos; lo mismo ocurrió con el tercero;
12:22 y así ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos ellos, murió la mujer.
12:23 Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?"
12:24 Jesús les dijo: "¿No será que ustedes están equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios?
12:25 Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el cielo.
12:26 Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído en el Libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Éxodo 3, 6.15.16 Mateo 22, 32 Hechos 3, 13 Hechos 7, 32
12:27 Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes. Ustedes están en un grave error".

El mandamiento principal
Mateo 22, 34-40 / Lucas 10, 25-28

12:28 Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: Mateo 22, 35-40 Lucas 10, 25-28 "¿Cuál es el primero de los mandamientos?"
12:29 Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor;
12:30 y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6, 4-5 Mateo 22, 37 Lucas 10, 27
12:31 El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Levítico 19, 18 Mateo 5, 43 Mateo 19, 19 Mateo 22, 39 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8 No hay otro mandamiento más grande que estos".
12:32 El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, Deuteronomio 4, 35
12:33 y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Oseas 6, 6 Mateo 9, 13 Mateo 12, 7
12:34 Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

El Mesías, hijo y Señor de David
Mateo 22, 41-46 / Lucas 20, 41-44

12:35 Jesús se puso a enseñar en el Templo y preguntaba: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David?
12:36 El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies. Salmo 8, 7 Salmo 110, 1 Mateo 22, 44 Lucas 20, 42-43 Hechos 2, 34-35 1 Corintios 15, 25 1 Corintios 15, 27 Efesios 1, 20-22 Colosenses 3, 1 Hebreos 1, 13 Hebreos 2, 8 Hebreos 8, 1 Hebreos 10, 12-13
12:37 Si el mismo David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?"

Advertencia de Jesús contra los escribas
Mateo 23, 6-7 / Lucas 20, 45-47

La multitud escuchaba a Jesús con agrado.
12:38 Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas
12:39 y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes;
12:40 que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad".

La ofrenda de la viuda
Lucas 21, 1-4

12:41 Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia.
12:42 Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
12:43 Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros,
12:44 porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".



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