lunes 19 2013

'' EL JOVEN SE RETIRÓ ENTRISTECIDO, PORQUE POSEÍA MUCHOS BIENES '' ( Mateo 19, 16 - 22 )

Lunes de la vigésima semana del tiempo ordinario

Libro de los Jueces 2,11-19.
 

Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos del Señor y sirvieron a los Baales.
Abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había hecho salir de Egipto; fueron detrás de otros dioses - los dioses de los pueblos vecinos - y se postraron delante de ellos, provocando así la indignación del Señor.
Abandonaron al Señor para servir a Baal y a Astarté.
Por eso, la ira del Señor se encendió contra Israel: él los puso en manos de salteadores, que los despojaron; los entregó a los enemigos que tenían a su alrededor, y no pudieron oponerles resistencia.
En todas las campañas, la mano del Señor se ponía en contra de ellos para hacerles mal, como el mismo Señor lo había dicho y jurado. Así se encontraron en una situación muy angustiosa.
Entonces el Señor suscitaba jueces, que salvaban a los israelitas del poder de los salteadores.
Pero los israelitas no escuchaban a sus jueces, sino que se prostituían, yendo detrás de otros dioses y postrándose delante de ellos. Se desviaban muy pronto del camino seguido por sus padres, que habían obedecido los mandamientos del Señor. Ellos, en cambio, no hacían lo mismo.
Cuando el Señor les suscitaba jueces, estaba con el juez y los salvaba de las manos de sus enemigos mientras vivía el juez, porque se compadecía de los gemidos que les provocaban sus opresores y perseguidores.
Pero cuando moría el juez, volvían a pervertirse más aún que sus antepasados: iban detrás de otros dioses para servirlos y postrarse delante de ellos, sin renunciar en nada a sus malas acciones y a su conducta obstinada.
 
 
 



Salmo 106(105),34-35.36-37.39-40.43ab.44.
 

No acabaron con los pueblos
que el Señor les había ordenado;
se mezclaron con los paganos
y aprendieron sus modos de comportarse.

Sirvieron a los ídolos,
que fueron una trampa para ellos;
sacrificaron sus hijos y
sus hijas a los demonios

Se mancharon con esas acciones,
se prostituyeron con tales prácticas.
La cólera del Señor se encendió contra su pueblo
y tuvo horror de su propia gente.

¡Cuántas veces no los liberó!
Pero ellos, rebeldes a sus consejos,
se sumían en su culpa.
Mas apenas los veía en la miseria
y escuchaba sus clamores.
 
 




Evangelio según San Mateo 19,16-22.
  
 
 
 
 

Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?".
Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo".
El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?".
"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
 




Leer el comentario del Evangelio por : Papa Francisco
“El joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes”
 
 

¿Adoramos al Señor? ¿Acudimos a Dios sólo para pedir, para agradecer, o nos dirigimos a él también para adorarlo? Pero, entonces, ¿qué quiere decir adorar a Dios? Significa aprender a estar con él, a pararse a dialogar con él, sintiendo que su presencia es la más verdadera, la más buena, la más importante de todas. Cada uno de nosotros, en la propia vida, de manera consciente y tal vez a veces sin darse cuenta, tiene un orden muy preciso de las cosas consideradas más o menos importantes. Adorar al Señor quiere decir darle a él el lugar que le corresponde; adorar al Señor quiere decir afirmar, creer – pero no simplemente de palabra – que únicamente él guía verdaderamente nuestra vida; adorar al Señor quiere decir que estamos convencidos ante él de que es el único Dios, el Dios de nuestra vida, el Dios de nuestra historia.

    Esto tiene una consecuencia en nuestra vida: despojarnos de tantos ídolos, pequeños o grandes, que tenemos, y en los cuales nos refugiamos, en los cuales buscamos y tantas veces ponemos nuestra seguridad. Son ídolos que a menudo mantenemos bien escondidos; pueden ser la ambición, el carrerismo, el gusto del éxito, el poner en el centro a uno mismo, la tendencia a estar por encima de los otros, la pretensión de ser los únicos amos de nuestra vida, algún pecado al que estamos apegados, y muchos otros. Esta tarde quisiera que resonase una pregunta en el corazón de cada uno, y que respondiéramos a ella con sinceridad: ¿He pensado en qué ídolo oculto tengo en mi vida que me impide adorar al Señor? Adorar es despojarse de nuestros ídolos, también de esos más recónditos, y escoger al Señor como centro, como vía maestra de nuestra vida.
 


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LA CONSUMACIÓN DEL REINO DE LOS CIELOS

SAN MATEO,  CAPÍTULO 19
 
 


El matrimonio y el divorcio
Mateo 5, 27-30 / Mateo 5, 31-32 / Marcos 9, 43-47; Marcos 10, 1-12 / Lucas 16, 18

19:1 Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán.
19:2 Lo siguió una gran multitud y allí curó a los enfermos.
19:3 Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?"
19:4 Él respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; Génesis 1, 27 Génesis 2, 24 Génesis 5, 2 Marcos 10, 6-8 1 Corintios 6, 16 Efesios 5, 31
19:5 y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne?
19:6 De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
19:7 Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?" Deuteronomio 24, 1 Mateo 5, 31 Marcos 10, 4
19:8 Él les dijo: "Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así.
19:9 Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio". Mateo 5, 32 Marcos 10, 11-12 Lucas 16, 18 1 Corintios 7, 10-11

La continencia voluntaria
19:10 Los discípulos le dijeron: "Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse".
19:11 Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido.
19:12 En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!"

Jesús y los niños
Marcos 10, 13-16 / Lucas 18, 15-17

19:13 Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron,
19:14 pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos".
19:15 Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.

El joven rico
Marcos 10, 17-22 / Lucas 18, 18-23

19:16 Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?"
19:17 Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
19:18 "¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, Génesis 9, 6 Éxodo 20, 13 Levítico 24, 17 Deuteronomio 5, 17 Mateo 5, 21 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 Santiago 2, 11 no cometerás adulterio, Éxodo 20, 14 Levítico 18, 20 Levítico 20, 10 Deuteronomio 5, 18 Mateo 5, 27 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 Santiago 2, 11 no robarás, Éxodo 20, 15 Levítico 19, 11 Deuteronomio 5, 19 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 no darás falso testimonio, Éxodo 20, 16 Éxodo 23, 1 Deuteronomio 5, 20 Levítico 19, 11 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9
19:19 honrarás a tu padre y a tu madre, Éxodo 20, 12 Levítico 19, 3 Deuteronomio 5, 16 Deuteronomio 27, 16 Ezequiel 22, 7 Mateo 15, 4 Marcos 7, 10 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Efesios 6, 2 y amarás a tu prójimo como a ti mismo". Levítico 19, 18 Mateo 5, 43 Mateo 22, 39 Marcos 12, 31 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8
19:20 El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?"
19:21 "Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
19:22 Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

El peligro de las riquezas
Marcos 10, 23-27 / Lucas 18, 24-27

19:23 Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos.
19:24 Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos".
19:25 Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?"
19:26 Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible".

La recompensa prometida a los discípulos
Marcos 10, 28-31 / Lucas 18, 28-30 / Lucas 22, 28-30

19:27 Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?"
19:28 Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, Mateo 25, 31 ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Lucas 22, 30
19:29 Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.
19:30 Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros. Mateo 20, 16 Marcos 10, 31 Lucas 13, 30
 


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