martes 27 2013

'' PREPARAR UN CAMINO EN NUESTRO CORAZÓN ''

Martes de la vigésima primera semana del tiempo ordinario

Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2,1-8.


Ustedes saben muy bien, hermanos, que la visita que les hicimos no fue inútil.
Después de ser maltratados e insultados en Filipos, como ya saben, Dios nos dio la audacia necesaria para anunciarles su Buena Noticia en medio de un penoso combate.
Nuestra predicación no se inspira en el error, ni en la impureza, ni en el engaño.
Al contrario, Dios nos encontró dignos de confiarnos la Buena Noticia, y nosotros la predicamos, procurando agradar no a los hombres, sino a Dios, que examina nuestros corazones.
Ustedes saben -y Dios es testigo de ello- que nunca hemos tenido palabras de adulación, ni hemos buscado pretexto para ganar dinero.
Tampoco hemos ambicionado el reconocimiento de los hombres, ni de ustedes ni de nadie,
si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer. Al contrario, fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos.
Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos.





Salmo 139(138),1-3.4-6.


Señor, tú me examinas y conoces,
sabes si me siento o me levanto,
tú conoces de lejos lo que pienso.
Ya esté caminando o en la cama me escudriñas,
eres testigo de todos mis pasos.

Aún no está en mi lengua la palabra
cuando ya tú, Señor, la conoces entera.
Me aprietas por detrás y por delante
y colocas tu mano sobre mí.

Me supera ese prodigio de saber,
son alturas que no puedo alcanzar.





Evangelio según San Mateo 23,23-26.
 
 






¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno!
¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.




Leer el comentario del Evangelio por : Orígenes
“Preparar un camino en nuestro corazón”


Nosotros leemos en el profeta Isaías esta palabra: “Voz que clama en el desierto: ¡preparad el camino al Señor! Allanad todas sus sendas” (40,3).El señor quiere encontrar un camino donde el pueda entrar en nuestros corazones y allí caminar... ¿Qué camino nosotros vamos a preparar al Señor? ¿Es un camino material? Pero ¿la Palabra de Dios puede valerse de un tal camino? ¿No hará falta más bien preparar al Señor un camino interior y trazar en nuestro corazón las rutas derechas y unidas? Si, ahí está el camino por donde entra la Palabra de Dios en el corazón humano capaz de acogerla.

    ¡Qué grande, es el corazón del hombre! ¡Qué largo y qué capaz con tal, que sea puro! ¿Quieres tú conocer su grandeza y su largueza? Veas tú los amplios conocimientos divinos que abarca... Date cuenta que su grandeza no viene de su dimensión sino de la fuerza de pensamiento por la que es capaz de conocer tantas verdades...

    Ahora bien, si él no es pequeño, y si puede coger tantas cosas, puede preparar un camino al Señor y trazar una ruta derecha donde caminará la Palabra, la Sabiduría de Dios. Prepara un camino al Señor con buena conciencia, allana la ruta para que el Verbo de Dios camine en ti sin tropiezos y te dará el conocimiento de sus misterios y de su venida.



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SAN MATEO,  CAPÍTULO 23

 
La hipocresía y la vanidad de los escribas y fariseos
Marcos 12, 38-40 / Lucas 20, 45-47

23:1 Entonces Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
23:2 "Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;
23:3 ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
23:4 Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Lucas 11, 46
23:5 Todo lo hacen para que los vean: Mateo 6, 1 agrandan las filacterias Deuteronomio 6, 8 y alargan los flecos Números 15, 38 Deuteronomio 22, 12 de sus mantos;
23:6 les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
23:7 ser saludados en las plazas y oírse llamar "mi maestro" por la gente.
23:8 En cuanto a ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.
23:9 A nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial.
23:10 No se dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
23:11 El más grande entre ustedes será el que los sirva, Mateo 20, 27 Marcos 9, 35 Marcos 10, 43-44 Lucas 22, 26
23:12 porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado". Lucas 14, 11 Lucas 18, 14 1 Pedro 5, 6

Invectivas contra los escribas y los fariseos
Lucas 11, 37-54

23:13 "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.
23:15 ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes!
23:16 ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: "Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale"!
23:17 ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro?
23:18 Ustedes dicen también: "Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar"
23:19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda?
23:20 Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él.
23:21 Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita.
23:22 Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios Isaías 66, 1 Mateo 5, 34 y por aquel que está sentado en él.
23:23 ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, Levítico 27, 30 Lucas 11, 42 y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
23:24 ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!
23:25 ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno!
23:26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
23:27 ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: Lucas 11, 44 Hechos 23, 3 hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre!
23:28 Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
23:29 ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos,
23:30 diciendo: "Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas"!
23:31 De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas.
23:32 ¡Colmen entonces la medida de sus padres!
23:33 ¡Serpientes, raza de víboras! Mateo 3, 7 Mateo 12, 34 Lucas 3, 7 ¿Cómo podrán escapar a la condenación de la Gehena?
23:34 Por eso, yo voy a enviarles profetas, sabios y escribas; ustedes matarán y crucificarán a unos, azotarán a otros en las sinagogas, y los perseguirán de ciudad en ciudad.
23:35 Así caerá sobre ustedes toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde la sangre del justo Abel, Génesis 4, 8 Lucas 11, 51 1 Juan 3, 12 hasta la sangre de Zacarías, 2 Crónicas 24, 21 Lucas 11, 51 hijo de Baraquías, al que ustedes asesinaron entre el santuario y el altar.
23:36 Les aseguro que todo esto sobrevendrá a la presente generación.

Reproche de Jesús a Jerusalén
Lucas 13, 34-35

23:37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!
23:38 Por eso, a ustedes la casa les quedará desierta.
23:39 Les aseguro que ya no me verán más, hasta que digan:
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!" Salmo 118, 26 Mateo 21, 9 Marcos 11, 9 Lucas 13, 35 Lucas 19, 38 Juan 12, 13



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