sábado 14 2013

'' LA GLORIA DE LA CRUZ '' ( Juan 3, 13 - 17 )

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

Libro de los Números 21,4b-9.
 

Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia
y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!".
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes". Moisés intercedió por el pueblo,
y el Señor le dijo: "Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado".
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado.






Salmo 78(77),1-2.34-35.36-37.38.
 

Atiende, pueblo mío, a mi enseñanza,
toma en serio estas palabras de mi boca.
En parábolas voy a abrir mi boca,
evocaré los enigmas del pasado.

Cuando él los masacraba, lo buscaban,
se volvían y le hacían la corte;
se acordaban que Dios era su Roca
y el Dios altísimo, su redentor.

Pero todo se quedaba en palabras,
y con su lengua sólo le mentían;
pues su corazón no se dio a fondo,
ni tampoco tenían fe en su alianza.

El, empero, siempre bueno y compasivo,
perdonaba su culpa en vez de destruirlos,
¡cuántas veces no refrenó su cólera
en vez de desatar toda su ira!





Evangelio según San Juan 3,13-17.

 






Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.





Leer el comentario del Evangelio por : San Bernardo de Claraval
“La gloria de la Cruz”

 

 Lejos de mí el pensar de gloriarme fuera de la cruz de mi Señor Jesucristo (Ga 6, 14). La cruz es tu gloria, la cruz es tu imperio. He aquí tu imperio sobre tus espaldas (Is 9,5). Quien lleva tu cruz, lleva tu gloria. Así la cruz, que causa miedo a los infieles, es para los fieles más hermosa que todos los árboles del paraíso. ¿Ha temido Cristo la cruz? ¿Y Pedro? ¿Y Andrés? Por el contrario, la han deseado. Cristo se ha alzado sobre ella como un valiente para recorrer su carrera (Sal 19,6): “He deseado ardientemente comer esta Pascua con vosotros antes de morir”(Lc 22,15). El ha comido la Pascua sufriendo su pasión, al pasar de este mundo a su Padre. Sobre la cruz el comió y bebió, el se embriagó y durmió...

    ¿Quién podrá desde ahora temer la  cruz? Temo, Señor, rodear el cielo y la tierra, el mar y las estepas, pero ¡jamás te encontraré sino en la cruz! Allí tu duermes, allí apacientas tu rebaño, allí tú reposas al mediodía (Ct 1,7). Sobre esta cruz quien está unido a su Señor cuenta con su dulzura: “Tú, Señor, escucho que me rodeas, tu levantas mi cabeza” (Sal 3, 4). No hay persona que te busque y no te encuentre, sino sobre la cruz. Oh cruz de gloria, enraízate en mi, para que yo pueda encontrarme en ti.




www.levangileauquotidien.org






EL RENACIMIENTO ESPIRITUAL

SAN JUAN, CAPÍTULO 3




El diálogo de Jesús con Nicodemo
3:1 Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.
3:2 Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él".
3:3 Jesús le respondió:
"Te aseguro
que el que no renace de lo alto
no puede ver el Reino de Dios".
3:4 Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?"
3:5 Jesús le respondió:
"Te aseguro
que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.
3:6 Lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del Espíritu es espíritu.
3:7 No te extrañes de que te haya dicho:
"Ustedes tienen que renacer de lo alto".
3:8 El viento sopla donde quiere:
tú oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni adónde va.
Lo mismo sucede
con todo el que ha nacido del Espíritu".
3:9 "¿Cómo es posible todo esto?", le volvió a preguntar Nicodemo.
3:10 Jesús le respondió: "¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas?
3:11 Te aseguro
que nosotros hablamos de lo que sabemos
y damos testimonio de lo que hemos visto,
pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
3:12 Si no creen
cuando les hablo de las cosas de la tierra,
¿cómo creerán
cuando les hable de las cosas del cielo?
3:13 Nadie ha subido al cielo,
sino el que descendió del cielo,
el Hijo del hombre que está en el cielo.
3:14 De la misma manera que Moisés
levantó en alto la serpiente en el desierto, Números 21, 9 2 Reyes 18, 4
también es necesario
que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
3:15 para que todos los que creen en él
tengan Vida eterna.
3:16 Porque Dios amó tanto al mundo,
que entregó a su Hijo único
para que todo el que cree en él no muera,
sino que tenga Vida eterna.
3:17 Porque Dios no envió a su Hijo
para juzgar al mundo,
sino para que el mundo se salve por él.
3:18 El que cree en él, no es condenado;
el que no cree, ya está condenado,
porque no ha creído
en el nombre del Hijo único de Dios.
3:19 En esto consiste el juicio:
la luz vino al mundo,
y los hombres prefirieron
las tinieblas a la luz,
porque sus obras eran malas.
3:20 Todo el que obra mal
odia la luz y no se acerca a ella,
por temor de que sus obras sean descubiertas.
3:21 En cambio, el que obra conforme a la verdad
se acerca a la luz,
para que se ponga de manifiesto
que sus obras han sido hechas en Dios".

El último testimonio de Juan el Bautista
3:22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a Judea. Permaneció allí con ellos y bautizaba.
3:23 Juan seguía bautizando en Enón, cerca de Salim, porque había mucha agua en ese lugar y la gente acudía para hacerse bautizar.
3:24 Juan no había sido encarcelado todavía.
3:25 Se originó entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío, acerca de la purificación.
3:26 Fueron a buscar a Juan y le dijeron: "Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán y del que tú has dado testimonio, también bautiza y todos acuden a él".
3:27 Juan respondió:
"Nadie puede atribuirse nada
que no haya recibido del cielo.
3:28 Ustedes mismos son testigos de que he dicho:
"Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de él".
3:29 En las bodas, el que se casa es el esposo;
pero el amigo del esposo,
que esta allí y lo escucha,
se llena de alegría al oír su voz.
Por eso mi gozo es ahora perfecto.
3:30 Es necesario que él crezca
y que yo disminuya.
3:31 El que viene de lo alto
está por encima de todos.
El que es de la tierra
pertenece a la tierra y habla de la tierra.

El que vino del cielo
3:32 da testimonio de lo que ha visto y oído,
pero nadie recibe su testimonio.
3:33 El que recibe su testimonio
certifica que Dios es veraz.
3:34 El que Dios envió
dice las palabras de Dios,
porque Dios le da el Espíritu sin medida.
3:35 El Padre ama al Hijo
y ha puesto todo en sus manos. Mateo 11, 27 Lucas 10, 22
3:36 El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. 1 Juan 5, 11
El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida,
sino que la ira de Dios pesa sobre él".



www.vicariadepastoral.org.mx

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Traducir este sitio a tu idioma