domingo 10 2013

'' NO ES UN DIOS DE MUERTOS, SINO DE VIVOS ''

Trigésimo segundo Domingo del tiempo ordinario

Segundo Libro de Macabeos 7,1-2.9-14.


También fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo: "¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres".
Y cuando estaba por dar el último suspiro, dijo: "Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes".
Después de este, fue castigado el tercero. Apenas se lo pidieron, presentó su lengua, extendió decididamente sus manos
y dijo con valentía: "Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de él".
El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no hacía ningún caso de sus sufrimientos.
Una vez que murió este, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos suplicios.
Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: "Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por él. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida".






Salmo 17(16),1.5-6.8.15.


Escuha mi grito, Señor,
atiende a mis clamores,
presta atención a mi plegaria,
pues no hay engaño en mis labios.

Afirma mis pasos en tus caminos
para que no tropiecen mis pies.
A ti te llamo, oh Dios,
esperando tu respuesta;
inclina a mí tu oído
y escucha mi ruego.

Guárdame como a la niña de tus ojos,
escóndeme a la sombra de tus alas,
Y yo, como justo,
contemplaré tu rostro,
y al despertar,
me saciaré de tu semblante.







Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2,16-17.3,1-5.


Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza,
los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.
Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes.
Rueguen también para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos tienen fe.
Pero el Señor es fiel: él los fortalecerá y los preservará del Maligno.
Nosotros tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo nuestras disposiciones.
Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de Cristo.






Evangelio según San Lucas 20,27-38.
 








Se le acercaron algunos saduceos, que niegan la resurrección,
y le dijeron: "Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda.
Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos.
El segundo
se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia.
Finalmente, también murió la mujer.
Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?".
Jesús les respondió: "En este mundo los hombres y las mujeres se casan,
pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán.
Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él".





Leer el comentario del Evangelio por : Teodoro de Mopsuestia
"No es un Dios de muertos, sino de vivos"



El fundamento de nuestra condición presente, es Adán; pero para nuestra vida futura, es Cristo, nuestro Señor. Lo mismo que Adán fue el primer hombre mortal y que más tarde todos somos mortales a causa de él, así Cristo es el primero que ha resucitado de entre los muertos, y les dio el germen de la resurrección a los que vendrán después de él. Venimos a esta vida visible por el nacimiento corporal, y por eso somos totalmente perecederos; pero en la vida futura, seremos transformados por la fuerza del Espíritu Santo, y por eso resucitaremos imperecederos.
   
    Esto se realizará sólo cuando este germen de vida se abra, pero desde ahora, Cristo nuestro Señor quiso transportarnos allí de manera simbólica otorgándonos el bautismo, este nuevo nacimiento en sí mismo. Este nacimiento espiritual ya es la prefiguración de la resurrección y de la regeneración que se realizará plenamente en nosotros cuando pasemos a la otra vida. Por eso el bautismo es llamado también regeneración…

    Cuando el apóstol Pablo habla de la vida futura, quiere tranquilizar a sus auditores con estas palabras: "no sólo la creación, sino que nosotros también que recibimos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, esperando la redención de nuestro cuerpo" (Rm 8,23). Porque si recibimos desde ahora las primicias de la gracia, esperamos recibirlas en plenitud cuando nos sea dada la felicidad de la resurrección.



www.levangileauquotidien.org








Lucas 20

 
1 Y sucedió que un día enseñaba al pueblo en el Templo y anunciaba la Buena Nueva; se acercaron los sumos sacerdotes y los escribas junto con los ancianos,
2 y le preguntaron: «Dinos: ¿Con qué autoridad haces esto, o quién es el que te ha dado tal autoridad?»
3 El les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa. Decidme:
4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres?»
5 Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: "Del cielo", dirá: "¿Por qué no le creísteis?"

6 Pero si decimos: "De los hombres", todo el pueblo nos apedreará, pues están convencidos de que Juan era un profeta.»
7 Respondieron, pues, que no sabían de dónde era.
8 Jesús entonces les dijo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»
9 Se puso a decir al pueblo esta parábola: «Un hombre plantó una viña y la arrendó a unos labradores, y se ausentó por mucho tiempo.
10 «A su debido tiempo, envió un siervo a los labradores, para que le diesen parte del fruto de la viña. Pero los labradores, después de golpearle, le despacharon con las manos vacías.

11 Volvió a enviar otro siervo, pero ellos, después de golpearle e insultarle, le despacharon con las manos vacías.
12 Tornó a enviar un tercero, pero ellos, después de herirle, le echaron.
13 Dijo, pues, el dueño de la viña: "¿Qué haré? Voy a enviar a mi hijo querido; tal vez le respeten."
14 Pero los labradores, al verle, se dijeron entre sí: "Este es el heredero; matémosle, para que la herencia sea nuestra."
15 Y, echándole fuera de la viña, le mataron. «¿Qué hará, pues, con ellos el dueño de la viña?

16 Vendrá y dará muerte a estos labradores, y entregará la viña a otros.» Al oír esto, dijeron: «De ninguna manera.»
17 Pero él clavando en ellos la mirada, dijo: «Pues, ¿qué es lo que está escrito: = La piedra que los constructores desecharon en piedra angular se ha convertido? =
18 Todo el que caiga sobre esta piedra, se destrozará, y a aquel sobre quien ella caiga, le aplastará.»
19 Los escribas y los sumos sacerdotes trataron de echarle mano en aquel mismo momento - pero tuvieron miedo al pueblo - porque habían comprendido que aquella parábola la había dicho por ellos.

20 Quedándose ellos al acecho, le enviaron unos espías, que fingieran ser justos, para sorprenderle en alguna palabra y poderle entregar al poder y autoridad del procurador.
21 Y le preguntaron: «Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud, y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios:
22 ¿Nos es lícito pagar tributo al César o no?»
23 Pero él, habiendo conocido su astucia, les dijo:
24 «Mostradme un denario. ¿De quién lleva la imagen y la inscripción?» Ellos dijeron: «Del César.»

25 El les dijo: «Pues bien, lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»
26 No pudieron sorprenderle en ninguna palabra ante el pueblo y, maravillados por su respuesta, se callaron.
27 Acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron:
28 «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.

29 Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos;
30 y la tomó el segundo,
31 luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos.
32 Finalmente, también murió la mujer.
33 Esta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer.»
34 Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido;
35 pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido,

36 ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
37 Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor = el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. =
38 No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.»
39 Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.»
40 Pues ya no se atrevían a preguntarle nada.
41 Les preguntó: «¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?

42 Porque David mismo dice en el libro de los Salmos: = Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra
43 hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies. =
44 David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?»
45 Estando todo el pueblo oyendo, dijo a los discípulos:
46 «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje y quieren ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas, y los primeros puestos en los banquetes;

47 y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa.»



www.ewtn.com

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Traducir este sitio a tu idioma