Día litúrgico: Lunes II de Cuaresma
Texto del Evangelio (Lc 6,36-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».
Comentario: Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)
Dad y se os dará
Hoy, el Evangelio de Lucas nos proclama un mensaje más denso que breve, ¡y eso que es muy breve! Lo podemos reducir a dos puntos: un encuadramiento de misericordia y un contenido de justicia.
En primer lugar, un encuadramiento de misericordia. En efecto, la consigna de Jesús sobresale como una norma y resplandece como un ambiente. Norma absoluta: si nuestro Padre del cielo es misericordioso, nosotros, como hijos suyos, también lo hemos de ser. Y el Padre, ¡es tan misericordioso! El versículo anterior afirma: «(...) y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos» (Lc 6,35).
En segundo lugar, un contenido de justicia. En efecto, nos encontramos ante una especie de “ley del talión” en las antípodas de (inversa a) la rechazada por Jesús («Ojo por ojo, diente por diente»). Aquí, en cuatro momentos sucesivos, el divino Maestro nos alecciona, primero, con dos negaciones; después, con dos afirmaciones. Negaciones: «No juzguéis y no seréis juzgados»; «No condenéis y no seréis condenados». Afirmaciones: «Perdonad y seréis perdonados»; «Dad y se os dará».
Apliquémoslo concisamente a nuestra vida de cada día, deteniéndonos especialmente en la cuarta consigna, como hace Jesús. Hagamos un valiente y claro examen de conciencia: si en materia familiar, cultural, económica y política el Señor juzgara y condenara nuestro mundo como el mundo juzga y condena, ¿quién podría sostenerse ante el tribunal? (Al volver a casa y leer el periódico o al escuchar las noticias, pensamos sólo en el mundo de la política). Si el Señor nos perdonara como lo hacen ordinariamente los hombres, ¿cuántas personas e instituciones alcanzarían la plena reconciliación?
Pero la cuarta consigna merece una reflexión particular, ya que, en ella, la buena ley del talión que estamos considerando deviene de alguna manera superada. En efecto, si damos, ¿nos darán en la misma proporción? ¡No! Si damos, recibiremos —notémoslo bien— «una medida buena, apretada, remecida, rebosante» (Lc 6,38). Y es que es a la luz de esta bendita desproporción que somos exhortados a dar previamente. Preguntémonos: cuando doy, ¿doy bien, doy mirando lo mejor, doy con plenitud?
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EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
CAPÍTULO 6
Discusión sobre el sábado
Mateo 12, 1-8 / Marcos 2, 23-28
6:1 Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían. Deuteronomio 23, 25 Mateo 12, 1 Marcos 2, 23
6:2 Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?"
6:3 Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
6:4 cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, Levítico 24, 9 1 Samuel 21, 1-6 Mateo 12, 3-4 Marcos 2, 25-26 que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?"
6:5 Después les dijo: "El Hijo del hombre es dueño del sábado".
Curación de un hombre en sábado
Mateo 12, 9-14 / Marcos 3, 1-6
6:6 Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
6:7 Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.
6:8 Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". Él se levantó y permaneció de pie.
6:9 Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?"
6:10 Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". Él la extendió y su mano quedó curada.
6:11 Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Institución de los Doce
Mateo 10, 1-4 / Marcos 3, 13-19
6:12 En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.
6:13 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles:
6:14 Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,
6:15 Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote,
6:16 Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
La multitud sigue a Jesús
Mateo 9, 35-38 / Marcos 3, 7-12
6:17 Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón,
6:18 para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados;
6:19 y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Las Bienaventuranzas
Mateo 5, 1-12
6:20 Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo:
"¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!
6:21 ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!
¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán!
6:22 ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban su nombre, considerándolo infame, a causa del Hijo del hombre! 1 Pedro 4, 14 Mateo 5, 11
6:23 ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! 2 Crónicas 36, 16 Mateo 5, 12 Hechos 7, 52
La falsa felicidad
6:24 Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!
6:25 ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre!
¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!
6:26 ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!
El amor a los enemigos
Mateo 5, 38-48
6:27 Pero yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian.
6:28 Bendigan a los que los maldicen, Romanos 12, 14 rueguen por los que los difaman.
6:29 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica.
6:30 Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames.
6:31 Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Mateo 7, 12
6:32 Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman.
6:33 Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores.
6:34 Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.
6:35 Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos.
La misericordia y la benevolencia para juzgar
Mateo 7, 1-5
6:36 Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
6:37 No juzguen y no serán juzgados; Mateo 7, 1 Romanos 2, 1 no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
6:38 Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes". Mateo 7, 2 Marcos 4, 24
6:39 Les hizo también esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? Mateo 15, 14
6:40 El discípulo no es superior al maestro; Mateo 10, 24 Juan 13, 16 Juan 15, 20 cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.
6:41 ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
6:42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo", tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.
La raíz de las buenas y de las malas obras
Mateo 7, 16-18 / Mateo 12, 33-35
6:43 No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos:
6:44 cada árbol se reconoce por su fruto. Mateo 7, 20 Mateo 12, 33 No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.
6:45 El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Mateo 12, 34 Mateo 15, 18
Necesidad de practicar la Palabra de Dios
Mateo 7, 21.24-27 / Lucas 13, 26-27
6:46 ¿Por qué ustedes me llaman: "Señor, Señor", y no hacen lo que les digo?
6:47 Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica.
6:48 Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida.
6:49 En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande".
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