viernes 13 2014

'' TODO EL QUE MIRA A UNA MUJER DESEÁNDOLA, YA COMETIÓ ADULTERIO ''

Día litúrgico: Viernes X del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Mt 5,27-32): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.

»También se dijo: ‘El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio’. Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio».

Comentario: Pare Josep LIÑÁN i Pla SchP (Sabadell, Barcelona, España)


«Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio»
 

Hoy, Jesús continúa profundizando en la exigencia del Sermón de la Montaña. No deroga la Ley, sino que le da plenitud; por eso, su observancia es algo más que el simple cumplimiento de unas condiciones mínimas para tener en regla los papeles. Dios nos da la Ley del amor para llegar a la cima, pero nosotros buscamos el modo de convertirla en la ley del mínimo esfuerzo. ¡Dios nos pide tanto...! Sí, pero también nos ha dado lo máximo que puede dar, ya que se ha dado a sí mismo.

Hoy, Jesucristo apunta alto al manifestar su autoridad sobre el sexto y el noveno mandamiento, los preceptos que se refieren a la sexualidad y a la pureza de pensamiento. La sexualidad es un lenguaje humano para significar el amor y la alianza, por tanto, no puede ser banalizada, como tampoco podemos convertir a los demás en objetos de placer, ¡ni siquiera con el pensamiento!, de aquí esta afirmación tan severa de Jesús: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón» (Mt 5,28). Es preciso, pues, cortar el mal de raíz y evitar pensamientos y ocasiones que nos llevarían a obrar lo que Dios aborrece; esto es lo que quieren indicar tales palabras, que pueden parecernos radicales y exageradas, pero que los oyentes de Jesús entendían en su expresividad: saca, corta, arroja...

Finalmente, la dignidad del matrimonio debe ser protegida siempre, pues forma parte del proyecto de Dios para el hombre y la mujer, para que en el amor y en la mutua donación se conviertan en una sola carne, y al mismo tiempo es signo y participación en la Alianza de Cristo con la Iglesia. El cristiano no puede vivir la relación hombre-mujer ni la vida conyugal según el espíritu mundano: «No debéis creer que por haber escogido el estado matrimonial os es permitido continuar con una vida mundana y abandonaros a la ociosidad y la pereza; al contrario, eso mismo os obliga a trabajar con mayor esfuerzo y a velar con más cuidado por vuestra salvación» (San Basilio).



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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

EL EVANGELIO DE LA INFANCIA DE JESÚS


EL SERMÓN DE LA MONTAÑA

CAPÍTULO 5



Las Bienaventuranzas
Lucas 6, 20-23

5:1 Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
5:2 Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
5:3 "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
5:4 Felices los afligidos, porque serán consolados. Isaías 61, 2
5:5 Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Salmo 37, 11
5:6 Felices los que tienen hambre y sed Isaías 55, 1-2 Apocalipsis 21, 6 Apocalipsis 22, 17 de justicia, porque serán saciados.
5:7 Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
5:8 Felices los que tienen el corazón puro, Salmo 24, 4 porque verán a Dios.
5:9 Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
5:10 Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, 1 Pedro 3, 14 porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
5:11 Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. 1 Pedro 4, 14 Lucas 6, 22
5:12 Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas 2 Crónicas 36, 16 Lucas 6, 23 Hechos 7, 52 que los precedieron.

La sal de la tierra y la luz del mundo
Marcos 9, 49-50 / Lucas 14, 34-35

5:13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Marcos 9, 50 Lucas 14, 34-35
5:14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Juan 8, 12 Juan 9, 5
5:15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero Marcos 4, 21 Lucas 8, 16 Lucas 11, 33 para que ilumine a todos los que están en la casa.
5:16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. 1 Pedro 2, 12

Jesús y la Ley
Lucas 16, 16-17

5:17 No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
5:18 Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. Lucas 16, 17
5:19 El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
5:20 Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.

El homicidio
Lucas 12, 58-59

5:21 Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, Génesis 9, 6 Éxodo 20, 13 Levítico 24, 17 Deuteronomio 5, 17 Mateo 19, 18 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 Santiago 2, 11 y el que mata, será condenado por el tribunal.
5:22 Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego.
5:23 Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
5:24 deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
5:25 Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
5:26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

El adulterio y divorcio
Mateo 5, 31-32 / Mateo 19, 1-9 / Marcos 9, 43-47; Marcos 10, 1-12 / Lucas 16, 18

5:27 Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Éxodo 20, 14 Levítico 18, 20 Levítico 20, 10 Deuteronomio 5, 18 Mateo 19, 18 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 Santiago 2, 11
5:28 Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
5:29 Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Mateo 18, 9 Marcos 9, 47
5:30 Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Mateo 18, 8 Marcos 9, 43

El divorcio
Mateo 5, 27-30 / Mateo 19, 1-9 / Marcos 9, 43-47; Marcos 10, 1-12 / Lucas 16, 18

5:31 También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. Deuteronomio 24, 1 Mateo 19, 7 Marcos 10, 4
5:32 Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. Mateo 19, 9 Marcos 10, 11-12 Lucas 16, 18 1 Corintios 7, 10-11

El juramento
5:33 Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Éxodo 20, 7 Levítico 19, 12 Números 30, 3 Deuteronomio 5, 11 Deuteronomio 23, 22-24 Jueces 11, 35
5:34 Pero yo les digo que no juren de ningún modo: Santiago 5, 12 ni por el cielo, porque es el trono de Dios; Isaías 66, 1 Mateo 23, 22
5:35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; Isaías 66, 1 ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. Salmo 48, 3
5:36 No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
5:37 Cuando ustedes digan "sí", que sea sí, y cuando digan "no", que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.

La ley del talión
Lucas 6, 27-35

5:38 Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Éxodo 21, 24 Levítico 24, 19 Deuteronomio 19, 21
5:39 Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
5:40 Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
5:41 y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
5:42 Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

El amor a los enemigos
Lucas 6, 27-35

5:43 Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Levítico 19, 18 Mateo 19, 19 Mateo 22, 39 Marcos 12, 31 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8
5:44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
5:45 así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
5:46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
5:47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
5:48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo. Deuteronomio 18, 13.



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