miércoles 10 2015

'' NO HE VENIDO A ABOLIR, SINO A DAR CUMPLIMIENTO ''

Día litúrgico: Miércoles X del tiempo ordinario





Texto del Evangelio (Mt 5,17-19):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos».

Comentario: Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)


         No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento
 
Hoy escuchamos del Señor: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas; (...), sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). En el Evangelio de hoy, Jesús enseña que el Antiguo Testamento es parte de la Revelación divina: Dios primeramente se dio a conocer a los hombres mediante los profetas. El Pueblo escogido se reunía los sábados en la sinagoga para escuchar la Palabra de Dios. Así como un buen israelita conocía las Escrituras y las ponía en práctica, a los cristianos nos conviene la meditación frecuente —diaria, si fuera posible— de las Escrituras.

En Jesús tenemos la plenitud de la Revelación. Él es el Verbo, la Palabra de Dios, que se ha hecho hombre (cf. Jn 1,14), que viene a nosotros para darnos a conocer quién es Dios y cómo nos ama. Dios espera del hombre una respuesta de amor, manifestada en el cumplimiento de sus enseñanzas: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos» (Jn 14,15).

Del texto del Evangelio de hoy encontramos una buena explicación en la Primera Carta de san Juan: «En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados» (1Jn 5,3). Guardar los mandamientos de Dios garantiza que le amamos con obras y de verdad. El amor no es sólo un sentimiento, sino que —a la vez— pide obras, obras de amor, vivir el doble precepto de la caridad.

Jesús nos enseña la malicia del escándalo: «El que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19). Porque —como dice san Juan— «quien dice: ‘Yo le conozco’ y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él» (1Jn 2,4).

A la vez enseña la importancia del buen ejemplo: «El que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19). El buen ejemplo es el primer elemento del apostolado cristiano.


www.evangeli.net

















EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
 
EL EVANGELIO DE LA INFANCIA DE JESÚS

EL SERMÓN DE LA MONTAÑA

CAPÍTULO 5



Las Bienaventuranzas
Lucas 6, 20-23

5:1 Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
5:2 Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
5:3 "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
5:4 Felices los afligidos, porque serán consolados. Isaías 61, 2
5:5 Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Salmo 37, 11
5:6 Felices los que tienen hambre y sed Isaías 55, 1-2 Apocalipsis 21, 6 Apocalipsis 22, 17 de justicia, porque serán saciados.
5:7 Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
5:8 Felices los que tienen el corazón puro, Salmo 24, 4 porque verán a Dios.
5:9 Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
5:10 Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, 1 Pedro 3, 14 porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
5:11 Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. 1 Pedro 4, 14 Lucas 6, 22
5:12 Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas 2 Crónicas 36, 16 Lucas 6, 23 Hechos 7, 52 que los precedieron.

La sal de la tierra y la luz del mundo
Marcos 9, 49-50 / Lucas 14, 34-35

5:13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Marcos 9, 50 Lucas 14, 34-35
5:14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Juan 8, 12 Juan 9, 5
5:15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero Marcos 4, 21 Lucas 8, 16 Lucas 11, 33 para que ilumine a todos los que están en la casa.
5:16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. 1 Pedro 2, 12

Jesús y la Ley
Lucas 16, 16-17

5:17 No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
5:18 Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. Lucas 16, 17
5:19 El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
5:20 Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.

El homicidio
Lucas 12, 58-59

5:21 Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, Génesis 9, 6 Éxodo 20, 13 Levítico 24, 17 Deuteronomio 5, 17 Mateo 19, 18 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 Santiago 2, 11 y el que mata, será condenado por el tribunal.
5:22 Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego.
5:23 Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
5:24 deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
5:25 Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
5:26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

El adulterio y divorcio
Mateo 5, 31-32 / Mateo 19, 1-9 / Marcos 9, 43-47; Marcos 10, 1-12 / Lucas 16, 18

5:27 Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Éxodo 20, 14 Levítico 18, 20 Levítico 20, 10 Deuteronomio 5, 18 Mateo 19, 18 Marcos 10, 19 Lucas 18, 20 Romanos 13, 9 Santiago 2, 11
5:28 Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
5:29 Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Mateo 18, 9 Marcos 9, 47
5:30 Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Mateo 18, 8 Marcos 9, 43

El divorcio
Mateo 5, 27-30 / Mateo 19, 1-9 / Marcos 9, 43-47; Marcos 10, 1-12 / Lucas 16, 18

5:31 También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. Deuteronomio 24, 1 Mateo 19, 7 Marcos 10, 4
5:32 Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. Mateo 19, 9 Marcos 10, 11-12 Lucas 16, 18 1 Corintios 7, 10-11

El juramento
5:33 Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Éxodo 20, 7 Levítico 19, 12 Números 30, 3 Deuteronomio 5, 11 Deuteronomio 23, 22-24 Jueces 11, 35
5:34 Pero yo les digo que no juren de ningún modo: Santiago 5, 12 ni por el cielo, porque es el trono de Dios; Isaías 66, 1 Mateo 23, 22
5:35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; Isaías 66, 1 ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. Salmo 48, 3
5:36 No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
5:37 Cuando ustedes digan "sí", que sea sí, y cuando digan "no", que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.

La ley del talión
Lucas 6, 27-35

5:38 Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Éxodo 21, 24 Levítico 24, 19 Deuteronomio 19, 21
5:39 Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
5:40 Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
5:41 y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
5:42 Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

El amor a los enemigos
Lucas 6, 27-35

5:43 Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Levítico 19, 18 Mateo 19, 19 Mateo 22, 39 Marcos 12, 31 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8
5:44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
5:45 así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
5:46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
5:47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
5:48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo. Deuteronomio 18, 13


www.vicariadepastoral.org.mx

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Traducir este sitio a tu idioma