jueves 23 2015

" ¡... DICHOSOS VUESTROS OJOS, PORQUE VEN, Y VUESTROS OÍDOS, PORQUE OYEN ! "

Día litúrgico: Jueves XVI del tiempo ordinario
Santoral 23 de Julio: Santa Brígida, religiosa, patrona de Europa





Texto del Evangelio (Mt 13,10-17): En aquel tiempo, acercándose los discípulos dijeron a Jesús: «¿Por qué les hablas en parábolas?». Él les respondió: «Es que a vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. En ellos se cumple la profecía de Isaías: ‘Oír, oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los sane’.

»¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».


«¡... dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!»


Rev. D. Manel MALLOL Pratginestós 
(Terrassa, Barcelona, España)

Hoy, recordamos la "alabanza" dirigida por Jesús a quienes se agrupaban junto a Él: «¡dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!» (Mt 13,16). Y nos preguntamos: ¿Van dirigidas también a nosotros estas palabras de Jesús, o son únicamente para quienes lo vieron y escucharon directamente? Parece que los dichosos son ellos, pues tuvieron la suerte de convivir con Jesús, de permanecer física y sensiblemente a su lado. Mientras que nosotros nos contaríamos más bien entre los justos y profetas -¡sin ser justos ni profetas!- que habríamos querido ver y oír.

No olvidemos, sin embargo, que el Señor se refiere a los justos y profetas anteriores a su venida, a su revelación: «Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron» (Mt 13,17). Con Él llega la plenitud de los tiempos, y nosotros estamos en esta plenitud, estamos ya en el tiempo de Cristo, en el tiempo de la salvación. Es verdad que no hemos visto a Jesús con nuestros ojos, pero sí le hemos conocido y le conocemos. Y no hemos escuchado su voz con nuestros oídos, pero sí que hemos escuchado y escuchamos sus palabras. El conocimiento que la fe nos da, aunque no es sensible, es un auténtico conocimiento, nos pone en contacto con la verdad y, por eso, nos da la felicidad y la alegría.

Agradezcamos nuestra fe cristiana, estemos contentos de ella. Intentemos que nuestro trato con Jesús sea cercano y no lejano, tal como le trataban aquellos discípulos que estaban junto a Él, que le vieron y oyeron. No miremos a Jesús yendo del presente al pasado, sino del presente al presente, estemos realmente en su tiempo, un tiempo que no acaba. La oración -hablar con Dios- y la Eucaristía -recibirle- nos aseguran esta proximidad con Él y nos hacen realmente dichosos al mirarlo con ojos y oídos de fe. «Recibe, pues, la imagen de Dios que perdiste por tus malas obras» (San Agustín).


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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
CAPÍTULO 12



Discusión sobre el sábado
Marcos 2, 23-28 / Lucas 6, 1-5

12:1 En aquel tiempo, Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas. Deuteronomio 23, 25-26 Marcos 2, 23 Lucas 6, 1
12:2 Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado".
12:3 Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
12:4 cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, Levítico 24, 9 1 Samuel 21, 1-6 Marcos 2, 25-26 Lucas 6, 3-4 que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes? Levítico 24, 5-9 1 Samuel 21, 7
12:5 ¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta? Números 28, 10
12:6 Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
12:7 Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, Oseas 6, 6 Mateo 9, 13 Marcos 12, 33 no condenarían a los inocentes.
12:8 Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".

Curación de un hombre en sábado
Marcos 3, 1-6 / Lucas 6, 6-11

12:9 De allí, Jesús fue a la sinagoga de los fariseos,
12:10 donde se encontraba un hombre que tenía una mano paralizada. Para poder acusarlo, ellos le preguntaron: "¿Está permitido curar en sábado?"
12:11 Él les dijo: "¿Quién de ustedes, si tiene una sola oveja y esta cae a un pozo en sábado, no la va a sacar? Lucas 14, 5
12:12 ¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer una buena acción en sábado".
12:13 Entonces dijo al hombre: "Extiende tu mano". Él la extendió, y la mano enferma quedó tan sana como la otra.
12:14 En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.
Jesús, el "Servidor del Señor"
12:15 Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos.
12:16 Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer,
12:17 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías:
12:18 Este es mi servidor, a quien elegí,
mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Isaías 42, 1 Mateo 3, 17 Mateo 17, 5 Marcos 1, 11 Marcos 9, 7 Lucas 3, 22 Lucas 9, 35 2 Pedro 1, 17
Derramaré mi Espíritu sobre él
y anunciará la justicia a las naciones.
12:19 No discutirá ni gritará,
y nadie oirá su voz en las plazas.
12:20 No quebrará la caña doblada
y no apagará la mecha humeante,
hasta que haga triunfar la justicia;
12:21 y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre. Isaías 42, 4

Discusión sobre el poder de Jesús
Mateo 9, 32-34 / Marcos 3, 22-27 / Lucas 11, 14-15

12:22 Entonces, le llevaron a un endemoniado ciego y mudo, y Jesús lo curó, devolviéndole el habla y la vista.
12:23 La multitud, asombrada, decía: "¿No será este el Hijo de David?"
12:24 Los fariseos, oyendo esto, dijeron: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Mateo 9, 34 Mateo 10, 25 Marcos 3, 22 Lucas 11, 15
12:25 Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina; y una ciudad o una familia dividida no puede subsistir.
12:26 Ahora bien, si Satanás expulsa a Satanás, lucha contra sí mismo; entonces, ¿cómo podrá subsistir su reino?
12:27 Y si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
12:28 Pero si expulso a los demonios con el poder del Espíritu de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
12:29 ¿Acaso alguien puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robar sus cosas, si primero no lo ata? Sólo así podrá saquear la casa.

La blasfemia contra el Espíritu Santo
Marcos 3, 28-30 / Lucas 12, 10

12:30 El que no está conmigo, está contra mí; Marcos 9, 40 Lucas 11, 23 y el que no recoge conmigo, desparrama.
12:31 Por eso les digo que todo pecado o blasfemia se les perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
12:32 Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el futuro. Lucas 12, 10

La raíz de las buenas y de las malas obras
Mateo 7, 16-20 / Lucas 6, 43-45

12:33 Supongan que el árbol es bueno: el fruto también será bueno. Supongan que el árbol es malo: el fruto también será malo. Porque el árbol se conoce por su fruto. Mateo 7, 20 Lucas 6, 44
12:34 Raza de víboras, Mateo 3, 7 Mateo 23, 33 Lucas 3, 7 ¿cómo pueden ustedes decir cosas buenas, siendo malos? Porque la boca habla de la abundancia del corazón. Mateo 15, 18 Lucas 6, 45
12:35 El hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro de bondad; y el hombre malo saca cosas malas de su tesoro de maldad.
12:36 Pero les aseguro que en el día del Juicio, los hombres rendirán cuenta de toda palabra vana que hayan pronunciado.
12:37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado".

El signo de Jonás
Mateo 16, 1-4 / Marcos 8, 11-12 / Lucas 11, 29-32

12:38 Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo". Mateo 16, 1 Marcos 8, 11 Lucas 11, 16
12:39 Él les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, Mateo 16, 4 Marcos 8, 12 Lucas 11, 29 pero no se le dará otro que el del profeta Jonás.
12:40 Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, Jonás 2, 1 así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.
12:41 El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, Jonás 3, 5 Lucas 11, 32 y aquí hay alguien que es más que Jonás.
12:42 El día del Juicio, la Reina del Sur 1 Reyes 10, 1 2 Crónicas 9, 1 2 Crónicas 9, 9 Lucas 11, 31 se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.

La ofensiva de Satanás
Lucas 11, 24-26

12:43 Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo,
12:44 piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí". Cuando llega, la encuentra vacía, barrida y ordenada.
12:45 Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; vienen y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio. Así sucederá con esta generación malvada".

La verdadera familia de Jesús
Marcos 3, 31-35 / Lucas 8, 19-21

12:46 Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
12:47 Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte".
12:48 Jesús le respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?"
12:49 Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos.
12:50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".


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