Día litúrgico:
Miércoles XV del tiempo ordinario
Santoral 15 de Julio:
San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
Texto del Evangelio
(Mt 11,25-27): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes,
y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el
Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo
se lo quiera revelar».
«Has ocultado estas
cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños»
P. Raimondo M. SORGIA
Mannai OP
(San Domenico di
Fiesole, Florencia, Italia)
Hoy, el Evangelio nos
ofrece la oportunidad de penetrar, por así decir, en la estructura de la misma
divina sabiduría. ¿A quien entre nosotros no le apetece conocer desvelados los
misterios de esta vida? Pero hay enigmas que ni el mejor equipo de investigadores
del mundo nunca llegará siquiera a detectar. Sin embargo, hay Uno ante el cual
«nada hay oculto (...); nada ha sucedido en secreto» (Mc 4,22). Éste es el que
se da a sí mismo el nombre de “Hijo del hombre”, pues afirma de sí mismo: «Todo
me ha sido entregado por mi Padre» (Mt 11,27). Su naturaleza humana —por medio
de la unión hipostática— ha sido asumida por la Persona del Verbo de Dios: es,
en una palabra, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, delante la cual no
hay tinieblas y por la cual la noche es más luminosa que el pleno día.
Un proverbio árabe
reza así: «Si en una noche negra una hormiga negra sube por una negra pared,
Dios la está viendo». Para Dios no hay secretos ni misterios. Hay misterios
para nosotros, pero no para Dios, ante el cual el pasado, el presente y el
futuro están abiertos y escudriñados hasta la última coma.
Dice, complacido, hoy
el Señor: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños»
(Mt 11,25). Sí, porque nadie puede pretender conocer esos o parecidos secretos
escondidos ni sacándolos de la obscuridad con el estudio más intenso, ni como
debido por parte de la sabiduría. De los secretos profundos de la vida sabrá
siempre más la ancianita sin experiencia escolar que el pretencioso científico
que ha gastado años en prestigiosas universidades. Hay ciencia que se gana con
fe, simplicidad y pobreza interiores. Ha dicho muy bien Clemente Alejandrino:
«La noche es propicia para los misterios; es entonces cuando el alma —atenta y
humilde— se vuelve hacia sí misma reflexionando sobre su condición; es entonces
cuando encuentra a Dios».
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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
EL MISTERIO DEL REINO DE LOS CIELOS
CAPÍTULO 11
Los signos mesiánicos
Lucas 7, 18-35
11:1 Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos,
partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.
11:2 Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y
mandó a dos de sus discípulos para preguntarle:
11:3 "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?"
11:4 Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y
ven:
11:5 los ciegos ven y los paralíticos caminan; Isaías 35, 6 Lucas 7, 22 los
leprosos son purificados y los sordos oyen; Isaías 35, 5 los muertos resucitan
y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. Isaías 61, 1 Lucas 7, 22
11:6 ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!"
Testimonio de Jesús sobre Juan el Bautista
Lucas 7, 24-30
11:7 Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de
él a la multitud, diciendo: "¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña
agitada por el viento?
11:8 ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se
visten de esa manera viven en los palacios de los reyes.
11:9 ¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que
un profeta.
11:10 Él es aquel de quien está escrito:
Yo envío a mi mensajero delante de ti,
para prepararte el camino. Éxodo 23, 20 Malaquías 3, 1 Marcos 1, 2 Lucas 1,
76 Lucas 7, 27
11:11 Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el
Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande
que él.
11:12 Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los
Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo.
11:13 Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta
Juan. Lucas 16, 16
11:14 Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
Malaquías 3, 22 Mateo 17, 10-13 Marcos 9, 11-13 Lucas 1, 17 Juan 1, 21
11:15 ¡El que tenga oídos, que oiga!
Reproche de Jesús a sus compatriotas
Lucas 7, 31-35
11:16 ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos
muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros:
11:17 "¡Les tocamos la flauta,
y ustedes no bailaron!
¡Entonamos cantos fúnebres,
y no lloraron!"
11:18 Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: "¡Ha
perdido la cabeza!"
11:19 Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Es un
glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores". Pero la Sabiduría
ha quedado justificada por sus obras".
Lamentación por las ciudades de Galilea
Lucas 10, 13-16
11:20 Entonces Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había
realizado más milagros, porque no se habían convertido.
11:21 "¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los
milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro Isaías 23, 1 Ezequiel
26, 1--28, 19 Joel 4, 4-8 Amós 1, 9-10 Zacarías 9, 1-4 Lucas 10, 13-14 y en
Sidón, Ezequiel 28, 21 Joel 4, 4-8 Zacarías 9, 1-2 Lucas 10, 13-14 hace tiempo
que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza.
11:22 Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas
menos rigurosamente que ustedes.
11:23 Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No,
serás precipitada hasta el infierno. Isaías 14, 15 Lucas 10, 15 Porque si los
milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, Génesis 19, 25 Mateo 10,
15 Lucas 10, 12 Lucas 17, 29 2 Pedro 2, 6 Judas 7 esa ciudad aún existiría.
Mateo 10, 15
11:24 Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será
tratada menos rigurosamente que tú".
La revelación del Evangelio a los humildes
Lucas 10, 21-24
11:25 En aquel tiempo, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y
de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y
haberlas revelado a los pequeños.
11:26 Sí, Padre, porque así lo has querido.
11:27 Todo me ha sido dado por mi Padre, Lucas 10, 22 Juan 3, 35 y nadie
conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo Lucas
10, 22 Juan 10, 15 y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
11:28 Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los
aliviaré.
11:29 Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y
humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Jeremías 6, 16
11:30 Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".
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