viernes 21 2015

" AMARÁS AL SEÑOR, TU DIOS....AMARÁS A TU PRÓJIMO "

Día litúrgico: Viernes XX del tiempo ordinario






Texto del Evangelio (Mt 22,34-40): En aquel tiempo, cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».


«Amarás al Señor, tu Dios... Amarás a tu prójimo»


Rev. D. Pere CALMELL i Turet 
(Barcelona, España)


Hoy, el maestro de la Ley le pregunta a Jesús: «¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» (Mt 22,36), el más importante, el primero. La respuesta, en cambio, habla de un primer mandamiento y de un segundo, que le «es semejante» (Mt 22,39). Dos anillas inseparables que son una sola cosa. Inseparables, pero una primera y una segunda, una de oro y la otra de plata. El Señor nos lleva hasta la profundidad de la catequesis cristiana, porque «de estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22,40).

He aquí la razón de ser del comentario clásico de los dos palos de la Cruz del Señor: el que está cavado en tierra es la verticalidad, que mira hacia el cielo a Dios. El travesero representa la horizontalidad, el trato con nuestros iguales. También en esta imagen hay un primero y un segundo. La horizontalidad estaría a nivel de tierra si antes no poseyésemos un palo derecho, y cuanto más queramos elevar el nivel de nuestro servicio a los otros —la horizontalidad— más elevado deberá ser nuestro amor a Dios. Si no, fácilmente viene el desánimo, la inconstancia, la exigencia de compensaciones del orden que sea. Dice san Juan de la Cruz: «Cuanto más ama un alma, tanto más perfecta es en aquello que ama; de aquí que esta alma, que ya es perfecta, toda ella es amor y todas sus acciones son amor».

Efectivamente, en los santos que conocemos vemos cómo el amor a Dios, que saben manifestarle de muchas maneras, les otorga una gran iniciativa a la hora de ayudar al prójimo. Pidámosle hoy a la Virgen Santísima que nos llene del deseo de sorprender a Nuestro Señor con obras y palabras de afecto. Así, nuestro corazón será capaz de descubrir cómo sorprender con algún detalle simpático a los que viven y trabajan a nuestro lado, y no solamente en los días señalados, que eso lo sabe hacer cualquiera. ¡Sorprender!: forma práctica de pensar menos en nosotros mismos.


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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

CAPÍTULO 22




La parábola del banquete nupcial
Lucas 14, 15-24

22:1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: 
22:2 "El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Apocalipsis 19, 9
22:3 Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. 
22:4 De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas". 
22:5 Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; 
22:6 y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
22:7 Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. 
22:8 Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. 
22:9 Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren". 
22:10 Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. 
22:11 Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. 
22:12 "Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?" El otro permaneció en silencio. 
22:13 Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes". Mateo 8, 12 Mateo 25, 30 Lucas 13, 28
22:14 Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos".

El impuesto debido a la autoridad
Marcos 12, 13-17 / Lucas 20, 20-26

22:15 Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. 
22:16 Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. 
22:17 Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?"
22:18 Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? 
22:19 Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto". Ellos le presentaron un denario. 
22:20 Y él les preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?"
22:21 Le respondieron: "Del César". Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Marcos 12, 17 Lucas 20, 25 Romanos 13, 7
22:22 Al oír esto, quedaron admirados y, dejando a Jesús, se fueron.

Discusión sobre la resurrección de los muertos
Marcos 12, 18-27 / Lucas 20, 27-40

22:23 Aquel mismo día se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, Marcos 12, 18 Hechos 23, 8 y le propusieron este caso: 
22:24 "Maestro, Moisés dijo: "Si alguien muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda". Génesis 38, 8 Deuteronomio 25, 6 Marcos 12, 19 Lucas 20, 28
22:25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y como murió sin tener hijos, dejó su esposa al hermano. 
22:26 Lo mismo ocurrió con el segundo, después con el tercero, y así sucesivamente hasta el séptimo.
22:27 Finalmente, murió la mujer. 
22:28 Respóndenos: cuando resuciten los muertos, ¿de cuál de los siete será esposa, ya que lo fue de todos?"
22:29 Jesús les dijo: "Están equivocados, porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios. 
22:30 En la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que todos serán como ángeles en el cielo. 
22:31 Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído la palabra de Dios, que dice: 
22:32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Éxodo 3, 6.15.16 Marcos 12, 26 Hechos 3, 13 Hechos 7 ,32 ¡Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes!"
22:33 La multitud, que había oído esto, quedó asombrada de su enseñanza.

El mandamiento principal
Marcos 12, 28-34 / Lucas 10, 25-28

22:34 Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, 
22:35 y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: Marcos 12, 28-34 Lucas 10, 25-28
22:36 "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?"
22:37 Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Deuteronomio 6, 5 Marcos 12, 30 Lucas 10, 27 
22:38 Este es el más grande y el primer mandamiento. 
22:39 El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Levítico 19, 18 Mateo 5, 43 Mateo 19, 19 Marcos 12, 31 Lucas 10, 27 Romanos 13, 9 Gálatas 5, 14 Santiago 2, 8
22:40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".

El Mesías, hijo y Señor de David
Marcos 12, 35-37 / Lucas 20, 41-44

22:41 Mientras los fariseos estaban reunidos, Jesús les hizo esta pregunta: 
22:42 "¿Qué piensan acerca del Mesías? ¿De quién es hijo?" Ellos le respondieron: "De David". 
22:43 Jesús les dijo: "¿Por qué entonces, David, movido por el Espíritu, lo llama "Señor", cuando dice:
22:44 Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies? Salmo 8, 7 Salmo 110, 1 Marcos 12, 36 Lucas 20, 42-43 Hechos 2, 34-35 1 Corintios 15, 25 1 Corintios 15, 27 Efesios 1, 20-22 Colosenses 3, 1 Hebreos 1, 13 Hebreos 2, 8 Hebreos 8, 1 Hebreos 10, 12-13
22:45 Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?"
22:46 Ninguno fue capaz de responderle una sola palabra, y desde aquel día nadie se atrevió a hacerle más preguntas.



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