jueves 15 2015

" ¡ (...) EDIFICÁIS LOS SEPULCROS DE LOS PROFETAS QUE VUESTROS PADRES MATARON ! "

Día litúrgico: Jueves XXVIII del tiempo ordinario

Santoral 15 de Octubre: Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia







Texto del Evangelio (Lc 11,47-54): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido».

Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.


«¡(...) edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron!»


Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz 
(El Montanyà, Barcelona, España)


Hoy, se nos plantea el sentido, aceptación y trato dado a los profetas: «Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán» (Lc 11,49). Son personas de cualquier condición social o religiosa, que han recibido el mensaje divino y se han impregnado de él; impulsados por el Espíritu, lo expresan con signos o palabras comprensibles para su tiempo. Es un mensaje transmitido mediante discursos, nunca halagadores, o acciones, casi siempre difíciles de aceptar. Una característica de la profecía es su incomodidad. El don resulta molesto para quien lo recibe, pues le escuece internamente, y es incómodo para su entorno, que hoy, gracias a Internet o los satélites, puede extenderse a todo el mundo.

Los contemporáneos del profeta pretenden condenarlo al silencio, lo calumnian, lo desacreditan, así hasta que muere. Llega entonces el momento de erigirle el sepulcro y de organizarle homenajes, cuando ya no molesta. No faltan actualmente profetas que gozan de fama universal. La Madre Teresa, Juan XXIII, Monseñor Romero... ¿Nos acordamos de lo que reclamaban y nos exigían?, ¿ponemos en práctica lo que nos hicieron ver? A nuestra generación se le pedirá cuentas de la capa de ozono que ha destruido, de la desertización que nuestro despilfarro de agua ha causado, pero también del ostracismo al que hemos reducido a nuestros profetas.

Todavía hay personas que se reservan para ellas el “derecho de saber en exclusiva”, que lo comparten —en el mejor de los casos— con los suyos, con aquellos que les permiten continuar aupados en sus éxitos y su fama. Personas que cierran el paso a los que intentan entrar en los ámbitos del conocimiento, no sea que tal vez sepan tanto como ellos y los adelanten: «¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido» (Lc 11,52).

Ahora, como en tiempos de Jesús, muchos analizan frases y estudian textos para desacreditar a los que incomodan con sus palabras: ¿es éste nuestro proceder? «No hay cosa más peligrosa que juzgar las cosas de Dios con los discursos humanos» (San Juan Crisóstomo).



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EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

CAPÍTULO 11


El Padre nuestro
Mateo 6, 9-13

11:1 Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
11:2 Él les dijo entonces: "Cuando oren, digan:
Padre, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino;
11:3 danos cada día nuestro pan cotidiano;
11:4 perdona nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a aquellos que nos ofenden;
y no nos dejes caer en la tentación".

La parábola del amigo insistente
11:5 Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes,
11:6 porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle",
11:7 y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos".
11:8 Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.

La eficacia de la oración
Mateo 7, 7-11

11:9 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
11:10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
11:11 ¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado?
11:12 ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
11:13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!"

El Reino de Dios y Belzebul
Mateo 9, 32-34 / Mateo 12, 22-24 / Marcos 3, 22-27

11:14 Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada,
11:15 pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Mateo 9, 34 Mateo 10, 25 Mateo 12, 24 Marcos 3, 22
11:16 Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Mateo 12, 38 Mateo 16, 1 Marcos 8, 11
11:17 Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.
11:18 Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque —como ustedes dicen— yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
11:19 Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
11:20 Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
11:21 Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
11:22 pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
11:23 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Mateo 12, 30 Marcos 9, 40

La ofensiva de Satanás
Mateo 12, 43-45

11:24 Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí".
11:25 Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada.
11:26 Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".

El valor de la fe
11:27 Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!"
11:28 Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".

El signo de Jonás
Mateo 12, 38-42 / Mateo 16, 1-4 / Marcos 8, 11-12

11:29 Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo Mateo 12, 39 Mateo 16, 4 Marcos 8, 12 y no le será dado otro que el de Jonás.
11:30 Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, Jonás 3, 4-5 Mateo 16, 4 también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
11:31 El día del Juicio, la Reina del Sur 1 Reyes 10, 1 2 Crónicas 9, 1 2 Crónicas 9, 9 Mateo 12, 42 se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
11:32 El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás Jonás 3, 5 Mateo 12, 41 y aquí hay alguien que es más que Jonás.

La parábola de la lámpara
Marcos 4, 21-23 / Lucas 8, 16-18

11:33 Cuando uno enciende una lámpara, no la esconde ni la cubre, sino que la pone sobre el candelero, Mateo 5, 15 Marcos 4, 21 Lucas 8, 16 para que los que entran vean la claridad.
11:34 La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está iluminado; pero si tu ojo está enfermo, también tu cuerpo estará en tinieblas.
11:35 Ten cuidado de que la luz que hay en ti no se oscurezca.
11:36 Si todo tu cuerpo está iluminado, sin nada de sombra, tendrá tanta luz como cuando la lámpara te ilumina con sus rayos". Mateo 6, 22-23

Invectivas contra los fariseos y los doctores de la Ley
Mateo 23, 13-36

11:37 Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
11:38 El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
11:39 Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
11:40 ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
11:41 Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
11:42 Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, Levítico 27, 30 Mateo 23, 23 Lucas 21, 14-15 y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
11:43 ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
11:44 ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros Mateo 23, 27-28 Hechos 23, 3 que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!"
11:45 Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros".
11:46 Él le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo! Mateo 23, 4
11:47 ¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado!
11:48 Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.
11:49 Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos.
11:50 Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo:
11:51 desde la sangre de Abel Génesis 4, 8 Mateo 23, 35 1 Juan 3, 12 hasta la sangre de Zacarías, 2 Crónicas 24, 21 Mateo 23, 35 que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.
11:52 ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden".
11:53 Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas
11:54 y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.



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