sábado 17 2015

" EL ESPÍRITU SANTO OS ENSEÑARÁ EN AQUEL MISMO MOMENTO LO QUE CONVIENE DECIR "

Día litúrgico: Sábado XXVIII del tiempo ordinario







Texto del Evangelio (Lc 12,8-12): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.

»Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir».


«El que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él»


Fr. Alexis MANIRAGABA 
(Ruhengeri, Ruanda)


Hoy, el Señor despierta nuestra fe y esperanza en El. Jesús nos anticipa que tendremos que comparecer ante el ejército celestial para ser examinados. Y aquel que se haya pronunciado a favor de Jesús adhiriéndose a su misión «también el Hijo del hombre se declarará por él» (Lc 12,8). Dicha confesión pública se realiza en palabras, en actos y durante toda la vida.

Esta interpelación a la confesión es todavía más necesaria y urgente en nuestros tiempos, en los que hay gente que no quiere escuchar la voz de Dios ni seguir su camino de vida. Sin embargo, la confesión de nuestra fe tendrá un fuerte seguimiento. Por tanto, no seamos confesores ni por miedo de un castigo —que será más severo para los apóstatas— ni por la abundante recompensa reservada a los fieles. Nuestro testimonio es necesario y urgente para la vida del mundo, y Dios mismo nos lo pide, tal como dijo san Juan Crisóstomo: «Dios no se contenta con la fe interior; Él pide la confesión exterior y pública, y nos mueve así a una confianza y a un amor más grandes». 

Nuestra confesión es sostenida por la fuerza y la garantía de su Espíritu que está activo dentro de nosotros y que nos defiende. El reconocimiento de Jesucristo ante sus ángeles es de vital importancia ya que este hecho nos permitirá verle cara a cara, vivir con Él y ser inundados de su luz. A la vez, lo contrario no será otra cosa que sufrir y perder la vida, quedar privado de la luz y desposeído de todos los bienes. Pidamos, pues, la gracia de evitar toda negación ni que sea por miedo al suplicio o por ignorancia; por las herejías, por la fe estéril y por la falta de responsabilidad; o porque queramos evitar el martirio. Seamos fuertes; ¡el Espíritu Santo está con nosotros! Y «con el Espíritu Santo está siempre María (…) y Ella ha hecho posible la explosión misionera producida en Pentecostés» (Papa Francisco).


«El Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir»


+ Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas 
(Barcelona, España)


Hoy resuenan otra vez las palabras de Jesús invitándonos a reconocerlo ante los hombres. «Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios» (Lc 12,8). Estamos en un tiempo en que en la vida pública se reivindica la laicidad, obligando a los creyentes a manifestar su fe únicamente en el ámbito privado. Cuando un cristiano, un presbítero, un obispo, el Papa..., dice alguna cosa públicamente, aunque sea llena de sentido común, molesta, únicamente porque viene de quien viene, como si nosotros no tuviésemos derecho —¡como todo el mundo!— a decir lo que pensamos. Por más que les incomode, no podemos dejar de anunciar el Evangelio. En todo caso, «el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir» (Lc 12,12). Al respecto, san Cirilo de Jerusalén lo remataba afirmando que «el Espíritu Santo, que habita en los que están bien dispuestos, les inspira como doctor aquello que han de decir».

Los ataques que nos hacen tienen una gravedad distinta, porque no es lo mismo decir mal de un miembro de la Iglesia (a veces con razón, por nuestras deficiencias), que atacar a Jesucristo (si lo ven únicamente en su dimensión humana), o injuriar al Espíritu Santo, ya sea blasfemando, ya sea negando la existencia y los atributos de Dios.

Por lo que se refiere al perdón de la injuria, incluso cuando el pecado es leve, es necesaria una actitud previa que es el arrepentimiento. Si no hay arrepentimiento, el perdón es inviable, el puente está roto por un lado. Por esto, Jesús dice que hay pecados que ni Dios perdonará, si no hay por parte del pecador la actitud humilde de reconocer su pecado (cf. Lc 12,10).



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SAN LUCAS,  CAPÍTULO 12




Advertencia contra la hipocresía
12:1 Mientras tanto se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, Mateo 16, 5 Marcos 8, 15 que es la hipocresía.
12:2 No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Mateo 10, 26-33 Marcos 4, 22 Lucas 8, 17
12:3 Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.

El verdadero y el falso temor
12:4 A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más.
12:5 Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.
12:6 ¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos.
12:7 Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros.

La valentía para reconocer al Hijo del hombre
12:8 Les aseguro que a aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Mateo 10, 32 Marcos 8, 38 Lucas 9, 26 Apocalipsis 3, 5
12:9 Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios. Mateo 10, 33 2 Timoteo 2, 12
12:10 Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Mateo 12, 30-32 Marcos 3, 28-30
12:11 Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, Mateo 10, 21 Marcos 13, 9-12 Lucas 21, 12-16
12:12 porque el Espíritu Santo Mateo 10, 17-20 Marcos 13, 11 Lucas 21, 14-15 les enseñará en ese momento lo que deban decir".

El desprendimiento cristiano
12:13 Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia".
12:14 Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?"
12:15 Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas".

La parábola del rico insensato
12:16 Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho,
12:17 y se preguntaba a sí mismo: "¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha".
12:18 Después pensó: "Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes,
12:19 y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida".
12:20 Pero Dios le dijo: "Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?"
12:21 Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".

La confianza en la Providencia
Mateo 6, 25-33

12:22 Después dijo a sus discípulos: "Por eso les digo: No se inquieten por la vida, pensando qué van a comer, ni por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir.
12:23 Porque la vida vale más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
12:24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que los pájaros!
12:25 ¿Y quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un instante al tiempo de su vida?
12:26 Si aun las cosas más pequeñas superan sus fuerzas, ¿por qué se inquietan por las otras?
12:27 Fíjense en los lirios: no hilan ni tejen; sin embargo, les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, 1 Reyes 10, 4-7 2 Crónicas 9, 3-6 se vistió como uno de ellos.
12:28 Si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
12:29 Tampoco teienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se inquieten,
12:30 porque son los paganos de este mundo los que van detrás de esas cosas. El Padre sabe que ustedes las necesitan.
12:31 Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura.
12:32 No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino.

El verdadero tesoro
Mateo 6, 19-21

12:33 Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla.
12:34 Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.

Exhortación a la vigilancia y a la fidelidad
Mateo 24 37-42 / Marcos 13, 33-37

12:35 Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Mateo 25, 1-13
12:36 Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. Marcos 13, 34-36
12:37 ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos.
12:38 ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
12:39 Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
12:40 Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada". Mateo 24, 43-44 1 Tesalonicenses 5, 2 2 Pedro 3, 10 Apocalipsis 3, 3 Apocalipsis 16, 15

La parábola del servidor fiel
Mateo 24, 45-51

12:41 Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?"
12:42 El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
12:43 ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
12:44 Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
12:45 Pero si este servidor piensa: "Mi señor tardará en llegar", y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse,
12:46 su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
12:47 El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
12:48 Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.

Jesús ante su Pasión
12:49 Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!
12:50 Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! Marcos 10, 38

Jesús, signo de contradicción
Mateo 10, 34-39

12:51 ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.
12:52 De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres:
12:53 el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra". Miqueas 7, 6 Mateo 10, 35-36

La interpretación de los signos de los tiempos
12:54 Dijo también a la multitud: "Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede.
12:55 Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
12:56 ¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?
12:57 ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?

Reconciliación
Mateo 5, 21-26

12:58 Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.
12:59 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".



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