viernes 09 2015

" SI POR EL DEDO DE DIOS "

Día litúrgico: Viernes XXVII del tiempo ordinario






Texto del Evangelio (Lc 11,15-26): En aquel tiempo, después de que Jesús hubo expulsado un demonio, algunos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios». Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. 

Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.

»Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: ‘Me volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio».


«Algunos dijeron: 'Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios'»


Rev. D. Josep PAUSAS i Mas 
(Sant Feliu de Llobregat, España)


Hoy contemplamos asombrados cómo Jesús es ridículamente “acusado” de expulsar demonios «por Beelzebul, Príncipe de los demonios» (Lc 11,15). Es difícil imaginar un bien más grande —echar, alejar de las almas al diablo, el instigador del mal— y, al mismo tiempo, escuchar la acusación más grave —hacerlo, precisamente, por el poder del propio diablo—. Es realmente una acusación gratuita, que manifiesta mucha ceguera y envidia por parte de los acusadores del Señor. También hoy día, sin darnos cuenta, eliminamos de raíz el derecho que tienen los otros a discrepar, a ser diferentes y tener sus propias posiciones contrarias e, incluso, opuestas a las nuestras.

Quien lo vive cerrado en un dogmatismo político, cultural o ideológico, fácilmente menosprecia al que discrepa, descalificando todo su proyecto y negándole competencia e, incluso, honestidad. Entonces, el adversario político o ideológico se convierte en enemigo personal. La confrontación degenera en insulto y agresividad. El clima de intolerancia y mutua exclusión violenta puede, entonces, conducirnos a la tentación de eliminar de alguna manera a quien se nos presenta como enemigo.

En este clima es fácil justificar cualquier atentado contra las personas, incluso, los asesinatos, si el muerto no es de los nuestros. ¡Cuántas personas sufren hoy con este ambiente de intolerancia y rechazo mutuo que frecuentemente se respira en las instituciones públicas, en los lugares de trabajo, en asambleas y confrontaciones políticas!

Entre todos hemos de crear unas condiciones y un clima de tolerancia, respeto mutuo y confrontación leal en el que sea posible ir encontrando caminos de diálogo. Y los cristianos, lejos de endurecer y sacralizar falsamente nuestras posiciones manipulando a Dios e identificándolo con nuestras propias posturas, hemos de seguir a este Jesús que —cuando sus discípulos pretendían que impidiera que otros expulsaran demonios en nombre de Él— los corrigió diciéndoles: «No se lo impidáis. Quien no está contra vosotros, está con vosotros» (Lc 9,50). Pues, «todo el coro innumerable de pastores se reduce al cuerpo de un solo Pastor» (San Agustín).



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EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

CAPÍTULO 11



El Padre nuestro
Mateo 6, 9-13

11:1 Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
11:2 Él les dijo entonces: "Cuando oren, digan:
Padre, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino;
11:3 danos cada día nuestro pan cotidiano;
11:4 perdona nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a aquellos que nos ofenden;
y no nos dejes caer en la tentación".

La parábola del amigo insistente
11:5 Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes,
11:6 porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle",
11:7 y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos".
11:8 Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.

La eficacia de la oración
Mateo 7, 7-11

11:9 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
11:10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
11:11 ¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado?
11:12 ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
11:13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!"

El Reino de Dios y Belzebul
Mateo 9, 32-34 / Mateo 12, 22-24 / Marcos 3, 22-27

11:14 Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada,
11:15 pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Mateo 9, 34 Mateo 10, 25 Mateo 12, 24 Marcos 3, 22
11:16 Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Mateo 12, 38 Mateo 16, 1 Marcos 8, 11
11:17 Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.
11:18 Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque —como ustedes dicen— yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
11:19 Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
11:20 Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
11:21 Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
11:22 pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
11:23 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Mateo 12, 30 Marcos 9, 40

La ofensiva de Satanás
Mateo 12, 43-45

11:24 Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí".
11:25 Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada.
11:26 Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".

El valor de la fe
11:27 Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!"
11:28 Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".

El signo de Jonás
Mateo 12, 38-42 / Mateo 16, 1-4 / Marcos 8, 11-12

11:29 Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo Mateo 12, 39 Mateo 16, 4 Marcos 8, 12 y no le será dado otro que el de Jonás.
11:30 Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, Jonás 3, 4-5 Mateo 16, 4 también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
11:31 El día del Juicio, la Reina del Sur 1 Reyes 10, 1 2 Crónicas 9, 1 2 Crónicas 9, 9 Mateo 12, 42 se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
11:32 El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás Jonás 3, 5 Mateo 12, 41 y aquí hay alguien que es más que Jonás.

La parábola de la lámpara
Marcos 4, 21-23 / Lucas 8, 16-18

11:33 Cuando uno enciende una lámpara, no la esconde ni la cubre, sino que la pone sobre el candelero, Mateo 5, 15 Marcos 4, 21 Lucas 8, 16 para que los que entran vean la claridad.
11:34 La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está iluminado; pero si tu ojo está enfermo, también tu cuerpo estará en tinieblas.
11:35 Ten cuidado de que la luz que hay en ti no se oscurezca.
11:36 Si todo tu cuerpo está iluminado, sin nada de sombra, tendrá tanta luz como cuando la lámpara te ilumina con sus rayos". Mateo 6, 22-23

Invectivas contra los fariseos y los doctores de la Ley
Mateo 23, 13-36

11:37 Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
11:38 El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
11:39 Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
11:40 ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
11:41 Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
11:42 Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, Levítico 27, 30 Mateo 23, 23 Lucas 21, 14-15 y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
11:43 ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
11:44 ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros Mateo 23, 27-28 Hechos 23, 3 que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!"
11:45 Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros".
11:46 Él le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo! Mateo 23, 4
11:47 ¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado!
11:48 Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros.
11:49 Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos.
11:50 Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo:
11:51 desde la sangre de Abel Génesis 4, 8 Mateo 23, 35 1 Juan 3, 12 hasta la sangre de Zacarías, 2 Crónicas 24, 21 Mateo 23, 35 que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.
11:52 ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden".
11:53 Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas
11:54 y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.



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