martes 12 2016

" JESÚS ENSEÑABA COMO QUIEN TIENE AUTORIDAD "

Día litúrgico: Martes I del tiempo ordinario












Texto del Evangelio (Mc 1,21-28): Llegó Jesús a Cafarnaum y el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. 

Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.


«Quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas»


+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret 
(Vic, Barcelona, España)


Hoy, primer martes del tiempo ordinario, san Marcos nos presenta a Jesús enseñando en la sinagoga y, acto seguido, comenta: «Quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Mc 1,21). Esta observación inicial es impresionante. En efecto, la razón de la admiración de los oyentes, por un lado, no es la doctrina, sino el maestro; no aquello que se explica, sino Aquél que lo explica; y, por otro lado, no ya el predicador visto globalmente, sino remarcado específicamente: Jesús enseñaba «con autoridad», es decir, con poder legítimo e irrecusable. Esta particularidad queda ulteriormente confirmada por medio de una nítida contraposición: «No lo hacía como los escribas».

Pero, en un segundo momento, la escena de la curación del hombre poseído por un espíritu maligno incorpora a la motivación admirativa personal el dato doctrinal: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!» (Mc 1,27). Sin embargo, notemos que el calificativo no es tanto de contenido como de singularidad: la doctrina es «nueva». He aquí otra razón de contraste: Jesús comunica algo inaudito (nunca como aquí este calificativo tiene sentido).

Añadimos una tercera advertencia. La autoridad proviene, además, del hecho que a Jesús «hasta los espíritus inmundos le obedecen». Nos encontramos ante una contraposición tan intensa como las dos anteriores. A la autoridad del maestro y a la novedad de la doctrina hay que sumar la fuerza contra los espíritus del mal.

¡Hermanos! Por la fe sabemos que esta liturgia de la palabra nos hace contemporáneos de lo que acabamos de escuchar y que estamos comentando. Preguntémonos con humilde agradecimiento: ¿Tengo conciencia de que ningún otro hombre ha hablado jamás como Jesús, la Palabra de Dios Padre? ¿Me siento rico de un mensaje que tampoco tiene parangón? ¿Me doy cuenta de la fuerza liberadora que Jesús y su enseñanza tienen en la vida humana y, más concretamente, en mi vida? Movidos por el Espíritu Santo, digamos a nuestro Redentor: Jesús-vida, Jesús-doctrina, Jesús-victoria, haz que, como le complacía decir al gran Ramon Llull, ¡vivamos en la continua “maravilla” de Ti!


www.evangeli.net























PREPARACIÓN DEL MINISTERIO DE JESÚS

EVANGELIO DE SAN MARCOS 

CAPÍTULO 1



La predicación de Juan el Bautista
Mateo 3, 1-12 / Lucas 3, 1-9.15-17 / Juan 1, 19-28

1:1 Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
1:2 Como está escrito en el libro del profeta Isaías:
Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti
para prepararte el camino. Éxodo 23, 20 Malaquías 3, 1 Mateo 11, 10 Lucas 1, 76 Lucas 7, 27
1:3 Una voz grita en el desierto:
Preparen el camino del Señor,
allanen sus senderos, Isaías 40, 3 Mateo 3, 3 Lucas 3, 4 Juan 1, 23
1:4 así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
1:5 Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
1:6 Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, 2 Reyes 1, 8 Mateo 3, 4 y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:
1:7 "Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
1:8 Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".

El bautismo de Jesús
Mateo 3, 13-17 / Lucas 3, 21-22

1:9 En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
1:10 Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma;
1:11 y una voz desde el cielo dijo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección". Isaías 42, 1 Mateo 3, 17 Mateo 12, 18 Mateo 17, 5 Marcos 9, 7 Lucas 3, 22 Lucas 9, 35 2 Pedro 1, 17

La tentación de Jesús en el desierto
Mateo 4, 1-11 / Lucas 4, 1-13

1:12 En seguida el Espíritu lo llevó al desierto,
1:13 donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.

LA ACTIVIDAD DE JESÚS EN GALILEA

El comienzo de la predicación de Jesús
Mateo 4, 12-17 / Lucas 4, 14-15

1:14 Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
1:15 "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios Daniel 2, 44 Mateo 3, 2 está cerca. Mateo 3, 2 Mateo 4, 17 Conviértanse y crean en la Buena Noticia".

Los primeros discípulos
Mateo 4, 18-22 / Lucas 5, 1-11

1:16 Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
1:17 Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
1:18 Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
1:19 Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,
1:20 y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Enseñanza de Jesús en la sinagoga de Cafarnaún
Mateo 7, 28-29 / Lucas 4, 31-32

1:21 Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
1:22 Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Mateo 7, 29 Lucas 4, 32

Curación de un endemoniado
Lucas 4, 33-37

1:23 Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
1:24 "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
1:25 Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
1:26 El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
1:27 Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!"
1:28 Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

Curación de la suegra de Pedro
Mateo 8, 14-15 / Lucas 4, 38-39

1:29 Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
1:30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
1:31 Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.

Diversas curaciones
Mateo 8, 16 / Lucas 4, 40-41

1:32 Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados,
1:33 y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
1:34 Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.

La misión de Jesús
Mateo 4, 23-25 / Lucas 4, 42-44

1:35 Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
1:36 Simón salió a buscarlo con sus compañeros,
1:37 y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
1:38 Él les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".
1:39 Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios. Mateo 4, 23 Mateo 9, 35 Lucas 4, 44

Curación de un leproso
Mateo 8, 2-4 / Lucas 5, 12-16

1:40 Entonces se le acercó un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme".
1:41 Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado".
1:42 En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
1:43 Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente:
1:44 "No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, Levítico 14, 1-32 Mateo 8, 4 Lucas 5, 14 para que les sirva de testimonio".
1:45 Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.


www.vicariadepastoral.org.mx


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Traducir este sitio a tu idioma