lunes 25 2016

" ID POR TODO EL MUNDO Y PROCLAMAD LA BUENA NUEVA A TODA LA CREACIÓN "

Día litúrgico: 25 de Abril: San Marcos, evangelista















Texto del Evangelio (Mc 16,15-20): En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien». 

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.


«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»


Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat 
(Barcelona, España)


Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”. Cada uno hará su propio análisis y apuntará su particular interpretación.

Pero en la fiesta de san Marcos, escuchando el Evangelio y mirando al evangelizador, no podemos sino proclamar con seguridad y agradecimiento dónde está la fuente y en qué consiste la fuerza de nuestra palabra.

El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente. 

Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.

¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20).


www.evangeli.net






















SAN MARCOS,  CAPÍTULO 16



El anuncio de la resurrección de Jesús
Mateo 28, 1-8 / Lucas 24, 1-12 / Juan 20, 1-18

16:1 Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús.
16:2 A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro.
16:3 Y decían entre ellas: "¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?"
16:4 Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande.
16:5 Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas,
16:6 pero él les dijo: "No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto.
16:7 Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; Mateo 26, 32 Mateo 28, 10 Mateo 28, 16 Marcos 14, 28 allí lo verán, como él se lo había dicho".
16:8 Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

APÉNDICE

La aparición de Jesús a María Magdalena
Juan 20, 11-18

16:9 Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios.
16:10 Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban.
16:11 Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.

La aparición de Jesús a dos discípulos
Lucas 24, 13-35

16:12 Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado.
16:13 Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.

La misión universal de los Apóstoles
Mateo 28, 16-20 / Lucas 24, 36-49 / Juan 20, 19-23 / Hechos 1, 6-8

16:14 En seguida, se apareció a los Once, Mateo 28, 16-17 Lucas 24, 36 Juan 20, 19 1 Corintios 15, 5 mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado.
16:15 Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. Mateo 28, 16-20 Juan 20, 19-23 Hechos 1, 8
16:16 El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
16:17 Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas;
16:18 podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".
16:19 Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo Lucas 24, 50-53 Hechos 1, 9-11 y está sentado a la derecha de Dios.
16:20 Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.


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