domingo 17 2016

" MIS OVEJAS ESCUCHAN MI VOZ, Y YO LAS CONOZCO "

Día litúrgico: Domingo IV (C) de Pascua





















Texto del Evangelio (Jn 10,27-30): En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».


      «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco»


P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat 
(Montserrat, Barcelona, España)


Hoy, la mirada de Jesús sobre los hombres es la mirada del Buen Pastor, que toma bajo su responsabilidad a las ovejas que le son confiadas y se ocupa de cada una de ellas. Entre Él y ellas crea un vínculo, un instinto de conocimiento y de fidelidad: «Escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen» (Jn 10,27). La voz del Buen Pastor es siempre una llamada a seguirlo, a entrar en su círculo magnético de influencia. 

Cristo nos ha ganado no solamente con su ejemplo y con su doctrina, sino con el precio de su Sangre. Le hemos costado mucho, y por eso no quiere que nadie de los suyos se pierda. Y, con todo, la evidencia se impone: unos siguen la llamada del Buen Pastor y otros no. El anuncio del Evangelio a unos les produce rabia y a otros alegría. ¿Qué tienen unos que no tengan los otros? San Agustín, ante el misterio abismal de la elección divina, respondía: «Dios no te deja, si tú no le dejas»; no te abandonará, si tu no le abandonas. No des, por tanto, la culpa a Dios, ni a la Iglesia, ni a los otros, porque el problema de tu fidelidad es tuyo. Dios no niega a nadie su gracia, y ésta es nuestra fuerza: agarrarnos fuerte a la gracia de Dios. No es ningún mérito nuestro; simplemente, hemos sido “agraciados”.

La fe entra por el oído, por la audición de la Palabra del Señor, y el peligro más grande que tenemos es la sordera, no oír la voz del Buen Pastor, porque tenemos la cabeza llena de ruidos y de otras voces discordantes, o lo que todavía es más grave, aquello que los Ejercicios de san Ignacio dicen «hacerse el sordo», saber que Dios te llama y no darse por aludido. Aquel que se cierra a la llamada de Dios conscientemente, reiteradamente, pierde la sintonía con Jesús y perderá la alegría de ser cristiano para ir a pastar a otras pasturas que no sacian ni dan la vida eterna. Sin embargo, Él es el único que ha podido decir: «Yo les doy la vida eterna» (Jn 10,28).


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EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

CAPÍTULO 10



El buen Pastor

10:1 "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón y un asaltante.
10:2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
10:3 El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir.
10:4 Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
v5 Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz".
10:6 Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
10:7 Entonces Jesús prosiguió:
"Les aseguro
que yo soy la puerta de las ovejas.
10:8 Todos aquellos que han venido antes de mí
son ladrones y asaltantes,
pero las ovejas no los han escuchado.
10:9 Yo soy la puerta.
El que entra por mí se salvará;
podrá entrar y salir,
y encontrará su alimento.
10:10 El ladrón no viene
sino para robar, matar y destruir.
Pero yo he venido
para que las ovejas tengan Vida,
y la tengan en abundancia.
10:11 Yo soy el buen Pastor.
El buen Pastor da su vida por las ovejas.
10:12 El asalariado, en cambio, que no es el pastor
y al que no pertenecen las ovejas,
cuando ve venir al lobo
las abandona y huye,
y el lobo las arrebata y las dispersa.
10:13 Como es asalariado,
no se preocupa por las ovejas.
10:14 Yo soy el buen Pastor:
conozco a mis ovejas,
y mis ovejas me conocen a mí
10:15 —como el Padre me conoce a mí
y yo conozco al Padre— Mateo 11, 27 Lucas 10, 22
y doy mi vida por las ovejas.
10:16 Tengo, además, otras ovejas
que no son de este corral
y a las que debo también conducir:
ellas oirán mi voz,
y así habrá un solo Rebaño
y un solo Pastor.
10:17 El Padre me ama
porque yo doy mi vida
para recobrarla.
10:18 Nadie me la quita,
sino que la doy por mí mismo.
Tengo el poder de darla
y de recobrarla:
este es el mandato que recibí de mi Padre".
10:19 A causa de estas palabras, se produjo una nueva división entre los judíos.
10:20 Muchos de ellos decían: "Está poseído por un demonio y delira. ¿Por qué lo escuchan?"
10:21 Otros opinaban: "Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Acaso un demonio puede abrir los ojos a los ciegos?"

Jesús, Hijo de Dios
10:22 Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
10:23 y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
10:24 Los judíos lo rodearon y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente".
10:25 Jesús les respondió:
"Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen.
Las obras que hago en nombre de mi Padre
dan testimonio de mí,
10:26 pero ustedes no creen,
porque no son de mis ovejas.
10:27 Mis ovejas escuchan mi voz,
yo las conozco y ellas me siguen.
10:28 Yo les doy Vida eterna:
ellas no perecerán jamás
y nadie las arrebatará de mis manos.
10:29 Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos
y nadie puede arrebatar nada
de las manos de mi Padre.
10:30 El Padre y yo somos una sola cosa".
Jesús acusado de blasfemia
10:31 Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
10:32 Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?"
10:33 Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios".
10:34 Jesús les respondió:
"¿No está escrito en la Ley:
Yo dije: Ustedes son dioses? Salmo 82, 6
10:35 Si la Ley llama dioses
a los que Dios dirigió su Palabra
—y la Escritura no puede ser anulada—
10:36 ¿cómo dicen: "Tú blasfemas",
a quien el Padre santificó y envió al mundo,
porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?
10:37 Si no hago las obras de mi Padre,
no me crean;
10:38 pero si las hago,
crean en las obras,
aunque no me crean a mí.
Así reconocerán y sabrán
que el Padre está en mí
y yo en el Padre".
10:39 Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos.
10:40 Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí.
10:41 Muchos fueron a verlo, y la gente decía: "Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad".
10:42 Y en ese lugar muchos creyeron en él.


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