SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

IMPORTANCIA DE LA FESTIVIDAD

La fiesta de hoy es la fiesta mariana más antigua en el calendario romano y se encuentra bien situada en el ambiente navideño: María ha traído al Salvador al mundo. De tal modo miró la Virgen María al Señor que la paz del cielo se encarnó en su seno: Él es nuestra paz, y María nos la ofrece para empezar un nuevo año... para que le aceptemos… a Él y la Paz. Los textos bíblicos de hoy resaltan la ‘relación de María con su Hijo’: Cristo es el ‘nacido de mujer’ (Gál 4). El Evangelio nos presenta a la feliz Madre contemplando el misterio de su Hijo (Lc 2).

Santa María, Madre de Dios: ‘Fijada en el primero de enero, según una antigua sugerencia de la liturgia de Roma, está destinada a celebrar la parte que tuvo María en el misterio de la salvación y a exaltar la singular dignidad de que goza la Madre Santa, por la cual merecimos al autor de la vida’ (Marialis Cultus, 5).

Jornada de la Paz: ‘Es, asimismo, ocasión propicia para renovar la adoración al recién nacido Príncipe de la Paz, para escuchar de nuevo el jubiloso anuncio angélico (Lc 2,14), para implorar de Dios, por medio de la Reina de la Paz, el don supremo de la paz. Por eso, en la feliz coincidencia de la octava de navidad con el principio del nuevo año, hemos instituido la Jornada Mundial de la Paz, que goza de creciente adhesión y que está haciendo madurar frutos de paz en el corazón de tantos hombres’ (Marialis Cultus, 5).

HISTORIA DE LA FESTIVIDAD

46 aC: El emperador romano Julio César traslada el principio del año del 1 de marzo al 1 de enero. Serán las fiestas al dios Jano (de donde el término ‘enero’) con dos rostros; uno encarado hacia el pasado y el otro hacia el futuro.

431, octubre 11: Desde el Concilio de Éfeso se empezará a celebrar la estación solemne de Sancta Maria ad Martyres (llamada In octavas Domini), el 1 de enero, en honor a María “a quien la Iglesia venera como Madre de Dios, porque encarnó al Hijo del Padre Eterno’ (Papa Benedicto XVI).

Siglo IV: En Roma ya se celebra el 1 de enero y toma el nombre de Natale Sanctæ Mariæ. Se hace conjuntamente con la dedicación del templo de Santa María la Antigua en el Foro Romano (una de las primeras iglesias marianas de Roma). Probablemente por influencia de la liturgia bizantina, que el 26 de diciembre dedica a la Santísima Theotókos una sinapsis (celebración de un personaje secundario el día siguiente del personaje principal).

Siglo V: En Milán, la fiesta se celebra el domingo anterior al 25 de diciembre. En la Galia, en tiempo de San Gregorio de Tours, el 18 de enero; el rito copto, el 16 de enero; y la liturgia mozárabe, el 18 de diciembre. En fechas próximas encontramos celebraciones similares en las demás liturgias antiguas.

Siglo VI: La Galia celebra la fiesta de la Circuncisión del Señor.

656: En Hispania, el Concilio X de Toledo la establece en día 18 de enero.

Siglo VII: En Roma, el Papa Sergio (687-701) introduce las cuatro fiestas marianas: Natividad, Anunciación, Purificación y Asunción.

Siglos XIII-XIV: Por influencia de las Galias, la liturgia romana introduce la fiesta de la Circuncisión del Señor, que más adelante pasará al Misal del Papa Pío V (1570), a pesar del tono mariano de los formularios litúrgicos.

1721: Fiesta de la Imposición del Nombre de Jesús.

1931, diciembre 25: Con la encíclica Lux Veritatis, el Papa Pío XI restablece la fiesta para el día 11 de octubre para celebrar el 1500 aniversario del Concilio de Éfeso.

1969: Volviendo a la tradición más antigua, el Papa Pablo VI establece de nuevo la fiesta al final de la Octava de Navidad: el 1 de enero. El restablecimiento de la fecha, que se produce en el tiempo de Navidad y que recupera un elemento tradicional de valor ecuménico, coincide con otras solemnidades: la prolongación de la Navidad en su octavo día; la Circuncisión de Cristo (primer domingo de enero); la Imposición del Nombre de Jesús (en relación con el Evangelio del día: con un versículo más que en la II Misa del Día de Navidad).

1974: El Papa Pablo VI decreta que en esta fecha se celebre la Jornada Mundial de la Paz (de acuerdo con la primera lectura de la misa).

Fuente:      www.claret.cat