domingo 19 2020

CÓMO VIVIR LA FIESTA DE LA MISERICORDIA 2020





La Iglesia honra a Jesús Misericordioso - LA GACETA Tucumán




Este año viviremos la Fiesta de la Divina Misericordia de manera diferente, debido a la pandemia y a la incapacidad de recibir la confesión sacramental y de participar en la Eucaristía. Esto plantea muchas preguntas: ¿cómo vivir fructíferamente este Domingo de la Misericordia? ¿Recibiremos las gracias prometidas por Jesús en esta Fiesta?

Las circunstancias externas de la celebración de esta Fiesta han cambiado, pero las condiciones para obtener las gracias asociadas a esta Fiesta no han cambiado, y eso es lo más importantes. No sabemos y no tenemos la certeza de que al recibir la Comunión espiritualmente recibiremos la gracia del perdón total de nuestras penas y culpas (al fin y al cabo, nunca tenemos esa certeza). Pero estamos seguros de que Dios quiere dar su misericordia y conoce perfectamente las limitaciones con las que vivimos. Su alegría es dar mucho, muchísimo – tal y como aseguró a Santa Faustina. La barrera que limita la generosidad en dar la misericordia de Dios está en el lado humano, y esta es la falta del recipiente de la confianza. Este es el único recipiente, como dijo Jesús, para extraer las gracias.

Entonces, ¿qué tenemos que hacer este año en la Fiesta de la Misericordia? Lo que siempre hacemos, es decir, luchar por tener la actitud de confianza en Dios, aceptar y hacer la voluntad de Dios en las circunstancias en que vivimos, en las limitaciones que experimentamos, en los desafíos que tenemos que enfrentar cada día. No se trata solo de la actitud de confianza en Dios, que se expresa en el cumplimiento de Su voluntad, sino también de la actitud de misericordia hacia nuestros semejantes, y ahora también tenemos muchas oportunidades, especialmente para brindar misericordia a los seres queridos, en el servicio profesional y social, en todos los campos de la existencia humana Si no hay posibilidad de confesión (y actualmente por lo general no hay), se debe despertar el arrepentimiento perfecto por los pecados y recibir a Jesús en la Comunión espiritual. Y dejar el resto a Dios. Él, como el mejor Padre, sabe lo que necesitamos y nos lo dará, si por nuestra parte tenemos la disposición de apertura a Su voluntad y a las gracias que Él es el primero que desea darnos.


Fuente :       www.faustyna.pl

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