El pasaje de Mateo 7:1-5, conocido como "No juzguéis, para que no seáis juzgados", enseña sobre la importancia de la autocrítica y la humildad antes de juzgar a otros. Jesús advierte que la manera en que juzgamos a los demás será la forma en que seremos juzgados, y que debemos primero examinar nuestros propios errores antes de criticar los de los demás.
Explicación:
No juzguéis:
Jesús no prohíbe el discernimiento, sino la condenación y el juicio severo. La palabra griega "krino" puede significar tanto discernir como condenar. La advertencia es contra la actitud de juzgar con dureza y sin misericordia.
Para que no seáis juzgados:
La medida con la que juzgamos a otros será la medida con la que seremos juzgados. Esto implica que si somos severos con los demás, también seremos tratados con severidad.
La viga y la paja:
La imagen de la viga en el propio ojo y la paja en el ojo del otro es una exageración para mostrar lo fácil que es ver los errores de los demás mientras ignoramos los nuestros.
Hipócrita:
Jesús llama hipócrita a quien intenta quitar la paja del ojo ajeno sin quitar primero la viga del propio. La hipocresía radica en la falta de autocrítica y la pretensión de superioridad moral.
Importancia de la humildad:
El pasaje nos llama a ser humildes y reconocer nuestras propias faltas antes de juzgar a otros. La humildad nos permite ver nuestros propios errores y nos hace más comprensivos con los demás.
Aplicación:
Este pasaje nos invita a la reflexión personal y a la práctica de la misericordia. Deberíamos enfocarnos en corregir nuestros propios errores antes de señalar los de los demás, y tratar a los demás con la misma compasión que esperamos para nosotros.
En resumen, Mateo 7:1-5 nos enseña que la autocrítica y la humildad son esenciales antes de juzgar a otros, y que la forma en que juzgamos a los demás afectará la forma en que seremos juzgados.
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