sábado 01 2025

DOMINGO 2 DE NOVIEMBRE DE 2025 -- Lc 23,33.39-43 -- «JESÚS, ACUÉRDATE DE MÍ CUANDO VENGAS CON TU REINO»







(Lc 23,33.39-43): Cuando los soldados llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».


El pasaje de Lucas 23,33.39-43 relata la crucifixión de Jesús entre dos criminales, centrándose en la interacción entre ellos y Jesús. 


1. El Escenario de la Crucifixión (v. 33)

Contexto Histórico/Social: La crucifixión era un método de ejecución romano brutal y humillante, reservado para esclavos, rebeldes políticos y criminales no romanos. El lugar, "la Calavera" (Gólgota), enfatiza la crudeza y la realidad de la muerte.


Significado Teológico: Jesús es tratado como un criminal común, lo que cumple las profecías del Antiguo Testamento (Isaías 53,12). Su posición central entre los dos malhechores subraya su solidaridad con la humanidad pecadora, no su culpabilidad.


2. La Burla del Primer Ladrón (v. 39)


Análisis del Lenguaje: El primer ladrón se une a las burlas de la multitud y los líderes religiosos (mencionadas en versículos anteriores no citados aquí). Su desafío ("¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!") es una manifestación de incredulidad y desesperación. Busca una salvación física e inmediata, no espiritual.


Significado Teológico: Representa la incredulidad humana que exige pruebas tangibles del poder de Dios, incluso en medio del sufrimiento. Su enfoque está en el "yo" ("sálvate a ti mismo y a nosotros"), sin arrepentimiento personal.


3. El Arrepentimiento del Segundo Ladrón (v. 40-41)


Análisis del Lenguaje: El segundo ladrón (tradicionalmente conocido como el "buen ladrón") muestra un notable contraste.


Temor de Dios: Reconoce la autoridad divina y el juicio de Dios ("¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena?").


Admisión de Culpabilidad: Acepta la justicia de su castigo ("Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecemos").


Reconocimiento de la Inocencia de Jesús: Declara públicamente que Jesús "ningún mal ha hecho".


Significado Teológico: Este ladrón es un modelo de arrepentimiento y fe. Su reconocimiento de su propio pecado y de la justicia de Jesús es la base para su salvación. No minimiza su culpa, sino que la confronta con humildad.


4. La Petición y la Promesa de Jesús (v. 42-43)


La Petición: "Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino". Es una petición de misericordia y un reconocimiento de la realeza de Jesús más allá de la muerte, a pesar de las apariencias. Utiliza el título "Señor" (Kyrios), que implica una confesión de fe.


La Respuesta de Jesús: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso".


Inmediatez: La palabra "hoy" enfatiza la seguridad y la inmediatez de la salvación, sin un período intermedio de espera o purificación.


Comunión: "Conmigo" resalta que la salvación es la comunión personal con Jesús.


Paraíso: El término, de origen persa que significa "jardín" o "huerto amurallado" (una alusión al Jardín del Edén), denota un lugar de bienaventuranza junto a Dios.


Significado Teológico Central: Este intercambio subraya la soberanía de la gracia de Dios. La salvación no se basa en obras (el ladrón no podía hacer ninguna obra buena en la cruz), sino en la fe y el arrepentimiento sincero. Es una demostración poderosa de la misericordia de Jesús, que ofrece perdón y el Reino incluso en sus momentos finales de extremo sufrimiento.


En resumen, el pasaje Lc 23,33.39-43 es una parábola viva de la salvación por gracia mediante la fe, mostrando dos respuestas humanas contrastantes al evangelio, y la promesa incondicional de Jesús a quien se vuelve a Él con un corazón arrepentido.



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