Sagrada Familia
HUIDA A EGIPTO
Luego que partieron, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto, donde permanecerás, hasta que yo te avise. Porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
Y él se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, y salió para Egipto,
y se quedó allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por el profeta: "De Egipto llamé a mi hijo".
REGRESO DE LA SAGRADA FAMILIA
Muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo:
"Levántate, toma contigo al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que buscaban la vida del niño".
Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre y entró en tierra de Israel.. Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en el lugar de su padre Herodes, temió ir allí; y, advertido en sueños, fuése a la región de Galilea.
Y llegado allí se estableció en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese la palabra de los profetas: "Él será llamado Nazareno".
COMENTARIO
Unas ocho o diez jornadas de camino a través del desierto separan Egipto de Palestina. San José es modelo de la virtud de la obediencia. Sin proferir excusas, tan obvias en tal trance, abandona al instante el país natal y acata en todo la santa voluntad de Dios, que para él había reservado las tareas más penosas. A su obediencia y humildad corresponde su gloria y poder en el cielo.
Véase Oseas 11 , 1 y nota explicativa.
El Patriarca José es un envidiable prototipo de las almas interiores, habiéndose formado él mismo en la escuela de Jesús y de María. Su vida fue una vida de silencio y trabajo manual. En el taller de Nazaret, este varón justo, como lo llama el Espíritu Santo (Nos da ejemplo de una santa laboriosidad, en unión con el divino Modelo, en cuyo nombre S. Pablo nos recomienda a todos sin excepción el trabajo manual (I Tes. 4, 11).
Nazaret: pequeña población de Galilea, donde nadie buscaba al Mesías. Véase v. 15; Luc. 1, 26; 2, 39; Juan 1, 46; 8, 52; Nazareno, esto es, Nazareo o consagrado a Dios (Deut. 23, 16 y nota) y también (Is. 11, 1; 53, 2).
· Evangelio para todos los días
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