jueves 07 2011

GOSPEL OF THE DAY APRIL 7 2011 / EVANGELIO DEL DÍA 7 DE ABRIL DE 2011

April 7, 2011

Thursday of the Fourth Week of Lent

Reading 1

The LORD said to Moses,
“Go down at once to your people
whom you brought out of the land of Egypt,
for they have become depraved.
They have soon turned aside from the way I pointed out to them,
making for themselves a molten calf and worshiping it,
sacrificing to it and crying out,
‘This is your God, O Israel,
who brought you out of the land of Egypt!’
The LORD said to Moses,
“I see how stiff-necked this people is.
Let me alone, then,
that my wrath may blaze up against them to consume them.
Then I will make of you a great nation.”
But Moses implored the LORD, his God, saying,
“Why, O LORD, should your wrath blaze up against your own people,
whom you brought out of the land of Egypt
with such great power and with so strong a hand?
Why should the Egyptians say,
‘With evil intent he brought them out,
that he might kill them in the mountains
and exterminate them from the face of the earth’?
Let your blazing wrath die down;
relent in punishing your people.
Remember your servants Abraham, Isaac and Israel,
and how you swore to them by your own self, saying,
‘I will make your descendants as numerous as the stars in the sky;
and all this land that I promised,
I will give your descendants as their perpetual heritage.’“
So the LORD relented in the punishment
he had threatened to inflict on his people.

Responsorial Psalm
R. (4a) Remember us, O Lord, as you favor your people.
Our fathers made a calf in Horeb
and adored a molten image;
They exchanged their glory
for the image of a grass-eating bullock.

R. Remember us, O Lord, as you favor your people.
 
They forgot the God who had saved them,
who had done great deeds in Egypt,
Wondrous deeds in the land of Ham,
terrible things at the Red Sea.

R. Remember us, O Lord, as you favor your people.
 
Then he spoke of exterminating them,
but Moses, his chosen one,
Withstood him in the breach
to turn back his destructive wrath.

R. Remember us, O Lord, as you favor your people.


Gospel

Jesus said to the Jews:
“If I testify on my own behalf, my testimony is not true.
But there is another who testifies on my behalf,
and I know that the testimony he gives on my behalf is true.
You sent emissaries to John, and he testified to the truth.
I do not accept human testimony,
but I say this so that you may be saved.
He was a burning and shining lamp,
and for a while you were content to rejoice in his light.
But I have testimony greater than John’s.
The works that the Father gave me to accomplish,
these works that I perform testify on my behalf
that the Father has sent me.
Moreover, the Father who sent me has testified on my behalf.
But you have never heard his voice nor seen his form,
and you do not have his word remaining in you,
because you do not believe in the one whom he has sent.
You search the Scriptures,
because you think you have eternal life through them;
even they testify on my behalf.
But you do not want to come to me to have life.
“I do not accept human praise;
moreover, I know that you do not have the love of God in you.
I came in the name of my Father,
but you do not accept me;
yet if another comes in his own name,
you will accept him.
How can you believe, when you accept praise from one another
and do not seek the praise that comes from the only God?
Do not think that I will accuse you before the Father:
the one who will accuse you is Moses,
in whom you have placed your hope.
For if you had believed Moses,
you would have believed me,
because he wrote about me.
But if you do not believe his writings,
how will you believe my words?”



Source:   www.usccb.org

''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''

Primera Lectura (Lectio Divina)
Exodo 32, 7-14


En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:  "Anda, baja del monte, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha pervertido.  No tardaron en desviarse del camino que yo les había señalado.  Se han hecho un becerro de metal, se han postrado ante él y le han ofrecido sacrificios y le han dicho:   ‘Este es tu Dios, Israel; es el que te sacó de Egipto‘".

El Señor le dijo también a Moisés:  "Veo que éste es un pueblo de cabeza dura. Deja que mi ira se encienda contra ellos hasta consumirlos.  De ti, en cambio, haré un gran pueblo".

Moisés trató de aplacar al Señor, su Dios, diciéndole:  "¿Por qué ha de encenderse tu ira, Señor, contra este pueblo que tú sacaste de Egipto con gran poder y vigorosa mano? ¿Vas a dejar que digan los egipcios:  ‘'Los sacó con malas intenciones, para hacerlos morir en las montañas y borrarlos de la superficie de la tierra?‘' Apaga el ardor de tu ira, renuncia al mal con que has amenazado a tu pueblo.  Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, diciendo:  ‘Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que les he prometido‘'".

Y el Señor renunció al castigo con que había amenazado a su pueblo.

+ Meditatio
De nuevo surge el tema y la importancia de la intercesión.  ¿Qué habría sido del pueblo de Israel y qué sería de nosotros sin personas como Moisés, que incesantemente oran a Dios para que derrame su amor y su misericordia sobre nosotros, sobre todo cuando nos encontramos lejos de él? Pecar no es algo que sea extraño para ninguno de nosotros, y sabemos bien por experiencia que no siempre es fácil salir del pecado, éste nos paraliza y nos ciega impidiéndonos regresar al amor de Dios.  Es precisamente aquí en donde necesitan nuestra oración aquellos que, sea porque no conocen aún a Dios o porque se han alejado de él pensando que lejos de su amor encontrarían felicidad, paz y gozo.  Por ello, dentro de tu oración personal acostúmbrate, como nos lo pedía la Santísima Virgen en Fátima, a orar por la conversión de los pecadores.  Si todos hacemos esto, dado que todos somos pecadores, estaremos orando unos por otros, sin embargo, no te olvides de decir:  Señor, en tu infinito amor, acuérdate sobre todo de los que hoy estarán más necesitados de tu misericordia.

+ Oratio
Señor, te pido por todos aquellos que no te conocen, por los que se están perdiendo entre los distractores del mundo y los apetitos de la carne; por los que tienen los ojos cegados y la cabeza dura a tu verdad; por los que tienen el entendimiento tan entenebrecido que no saben lo que es la fe.

Te pido por todos los que son incrédulos en el mundo, pero especialmente te pido por los incrédulos que están muy cerca de mí, y para ello me ofrezco yo mismo para que me uses como mejor convenga a tu santa voluntad, para que pueda iluminar su corazón y su mente y así te conozcan a ti que eres bondad infinita.

+ Operatio
Este día haré una oración especial por cinco personas a mi alrededor que necesitan desesperadamente conocer a Dios, y les haré llegar una nota, un mensaje o algo que les hable de Dios.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

El Evangelio de hoy
Juan 5, 31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:  "Si yo diera testimonio de mí, mi testimonio no tendría valor; otro es el que da testimonio de mí y yo bien sé que ese testimonio que da de mí es válido.

Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad.  No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre.  Si digo esto, es para que ustedes se salven.  Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz.  Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan:  las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre.

El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí.  Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes, porque no le creen al que él ha enviado.

Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues bien, ellas son las que dan testimonio de mí.  ¡Y ustedes no quieren venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los hombres; es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos.  Yo he venido en nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido.   Si otro viniera en nombre propio, a ése sí lo recibirían.  ¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de Dios?

No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa:  Moisés, en quien ustedes tienen su esperanza.  Si creyeran en Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí.  Pero, si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?"

+ Reflexión
De nuevo Jesús toca el punto álgido de la gente religiosa:  no basta conocer, hay que vivir; no basta la fe, hay que actuar.  Siempre que se lee la Sagrada Escritura debemos buscar en ella el mensaje que Dios tiene para nosotros en el "aquí y en el ahora".  Los fariseos habían leído la Escritura pero no fueron capaces de reconocer a Jesús; no lo reconocieron ni por sus palabras ni por sus obras ni por el testimonio que Juan dio de él; no lo reconocieron en el "aquí y ahora".  Al leer el Texto Sagrado debemos pensar que Dios nos habla para el momento preciso que estamos viviendo.  Que la gente que nos rodea y los acontecimientos diarios son parte de esta palabra que se hace profecía y vida en nosotros.  Tener fe, es creer que la palabra leída con atención y devoción, es viva y actual, que me interpela bajo las condiciones particulares en las que vivo cada día.  Al leer la Escritura debemos tener la actitud de Jesús cuando en la sinagoga, después de leer el texto sagrado dijo:  "Hoy se ha realizado esta palabra que acaban de oír".  Sólo inténtalo, verás que es verdad.


Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Traducir este sitio a tu idioma