martes 30 2012

CRECIÓ LA SEMILLA Y SE CONVIRTIÓ EN UN ARBUSTO.


Efesios 5, 21-33


Hermanos:

Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano.

Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.

Él se entregó a si mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. As! deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a si mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

«Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.»

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido.




Salmo 127


Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu trabajo, / serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda, / en medio de tu casa; / tus hijos, como renuevos de olivo, / alrededor de tu mesa. R.

Esta es la bendición del hombre / que teme al Señor. / Que el Señor te bendiga desde Sión, / que veas la prosperidad de Jerusalén / todos los días de tu vida. R.




Lucas 13, 18-21

En aquel tiempo, decía Jesús:
- ¿ A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas. »

Y añadió:
-¿ A qué compararé el reino de Dios?
Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»



COMENTARIO


1. Como Cristo es Cabeza de la Iglesia



1.1 El texto de la primera lectura de hoy es bien conocido por las parejas que se casaron hace algunos años. Corresponde a la epístola que se leía de manera habitual en el sacramento del matrimonio. También hoy se lee, pero el ritual actual permite escoger entre un surtido amplio de textos, de modo que ya se le oye con menos frecuencia en tales ceremonias.

1.2 Mucha gente siente repulsión por lo que dice san Pablo y lo toma sólo como ejemplo emblemático del supuesto machismo de este apóstol y aun de la Biblia entera. ¿Cómo así que el marido es "cabeza" de la mujer? ¿Cómo así que ella debe "someterse" a él? ¿Se necesitarán más pruebas de que la Biblia es patriarcal y machista, y que necesita ser "revisada"?

1.3 Tales críticas tendrían fundamento para quien no conociera la obra de Cristo. Yo creo que si no se sabe nada de Cristo es posible hablar en el tono de las preguntas retóricas que he presentado y que son de lo más común hoy. Si, en cambio, uno sabe quién es Jesucristo y si entiende un poco de lo que ha hecho Cristo, entonces comprende que pocos pasajes exigen tanto del hombre en cuanto pareja como este pasaje de la Carta a los Efesios.

1.4 Ser "cabeza" es aquí ser fuente de luz y de guía, ser principio de unidad y sobre todo permanecer digno de ser admirado y seguido. Todo eso hizo Cristo. Si uno piensa en ser cabeza para ser un tirano o un egoísta autosuficiente eso es simplemente retorcer y negar el pensamiento de san Pablo. De modo que si hay un texto en la Biblia que vaya en contra del machismo es el que hemos oído hoy.

2. Como un grano de mostaza

2.1 Aquel canto carismático, tan difundido, seguramente viene a nuestra memoria. Y es bueno que una canción pueble nuestra mente, si ello nos ayuda a enamorarnos del precioso mensaje de Cristo Jesús.

2.2 El mensaje es sencillo: lo más pequeño puede llegar a ser lo más grande. Sin duda a Cristo le llamaban la atención y quería que nos atrajeran los contrastes: hay primeros que serán últimos; el que se ensalza será humillado; lo pequeño quizá será lo más grande; lo oculto quedará de manifiesto... En todos estos casos el Señor parece exhortarnos a no fiarnos de las apariencias, o quizá más aún: a desconfiar de lo que aparece y buscar el estilo y el plan de Dios en aquello que no aparece, en lo que no se impone por sí mismo ni se hace propaganda a sí mismo.

2.3 Asumir la "lógica del grano de mostaza", entonces, es todo un programa de vida: es pensar que Dios puede decir sus mejores discursos por boca de los que juzgamos torpes, inútiles o poco listos; es amar lo sencillo, lo sobrio y lo discreto, y desconfiar de lo ampuloso, lo prepotente o lo deslumbrante; es cuidar la vida frágil: la del embrión, la del agonizante, la del emigrante; es adorar con las cosas elementales y con la gente que no cuenta; es creer con fe viva que en la Eucaristía está Él.



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SAN LUCAS, CAPÍTULO 13



Exhortación a la conversión

13:1 En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios.
13:2 Él les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás?
13:3 Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.
13:4 ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?
13:5 Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera".

La parábola de la higuera estéril
13:6 Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró.
13:7 Dijo entonces al viñador: "Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?"
13:8 Pero él respondió: "Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré.
13:9 Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás"".

Curación de una mujer en sábado
13:10 Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga.
13:11 Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera.
13:12 Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás curada de tu enfermedad",
13:13 y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios.
13:14 Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado".
13:15 El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber?
13:16 Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?"
13:17 Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.

La parábola del grano de mostaza
Mateo 13, 31-32 / Marcos 4, 30-32

13:18 Jesús dijo entonces: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo?
13:19 Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas".

La parábola de la levadura
Mateo 13, 33

13:20 Dijo también: "¿Con qué podré comparar el Reino de Dios?
13:21 Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa".

Los nuevos elegidos del Reino
13:22 Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.
13:23 Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?" Él respondió:
13:24 "Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. Mateo 7, 13
13:25 En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos". Y él les responderá: "No sé de dónde son ustedes". Mateo 25, 12
13:26 Entonces comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas".
13:27 Pero él les dirá: "No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!" Salmo 6, 9 Mateo 7, 23 Lucas 6, 46
13:28 Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Mateo 8, 12 Mateo 22, 13 Mateo 25, 30
13:29 Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Mateo 8, 11
13:30 Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos". Mateo 19, 30 Mateo 20, 16 Marcos 10, 31

Actitud de Jesús ante la amenaza de Herodes
13:31 En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte".
13:32 Él les respondió: "Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.
13:33 Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Reproche de Jesús a Jerusalén
Mateo 23, 37-39

13:34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!
13:35 Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan:
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!" Salmo 118, 26 Mateo 21, 9 Mateo 23, 39 Marcos 11, 9 Lucas 19, 38 Juan 12, 13



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