sábado 31 2013

'' MUCHO DESPUÉS, LLEGÓ SU AMO. ''

Sábado de la vigésima primera semana del tiempo ordinario

Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 4,9-12.
 

Acerca del amor fraterno, no es necesario que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse los unos a los otros,
y así lo están haciendo con todos los hermanos de Macedonia. Pero yo los exhorto, hermanos, a hacer mayores progresos todavía.
Que sea cuestión de honor para ustedes vivir en paz, cumpliendo cada uno sus obligaciones y trabajando con sus manos, de acuerdo con mis directivas.
Así llevarán una vida digna a la vista de los paganos y no les faltará nada.





Salmo 98(97),1.7-8.9.


Entonen al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas,
la salvación provino de su diestra,
de su brazo de santidad.

¡Rujan el mar y todo lo que contiene,
el mundo y todos los que lo habitan!

Aplaudan los ríos y los montes
griten de alegría delante del Señor,
porque ya viene, porque ya viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos según su derecho.





Evangelio según San Mateo 25,14-30.








El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes.
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida,
el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.
De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos,
pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.
El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. 'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado'.
'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'.
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado'.
'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'.
Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido.
Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!'.
Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido,
tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez,
porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes'.




Leer el comentario del Evangelio por : San [Padre] Pio de Pietrelcina
“Mucho después, llegó su amo.” (cf Mt 24,50)
 


 “Hermanos míos, hasta ahora no hemos hecho nada todavía. ¡Empecemos hoy!” San Francisco se hizo a sí mismo esta exhortación. ¡Hagamos nosotros lo mismo! Es verdad, todavía no hemos hecho nada, o casi nada. Los años se han seguido uno tras otro sin que nos hubiéramos preguntado qué hemos hecho con el tiempo. ¿No hay nada en nuestra conducta que necesite modificarse, nada que añadir, nada que quitar? Hemos vividos despreocupados, como si nunca tuviera que llegar aquel día en que el juez eterno nos llame para dar cuenta de nuestras acciones y de cómo hemos aprovechado nuestro tiempo.

¡No perdamos el tiempo! No hay que dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. ¡Las tumbas rebosan de buenas intenciones! Y desde luego ¿quién nos asegura que mañana viviremos? ¡Escuchemos la voz de nuestra conciencia. Es la voz del profeta: “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor, no endurezcáis el corazón!” (Sal 94,7.8)

        No poseemos más que el momento presente. Vigilemos, pues, y vivámoslo como un tesoro que nos ha sido confiado. El tiempo no nos pertenece. No lo malgastemos.



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SAN MATEO,  CAPÍTULO 25

 

La parábola de las diez jóvenes del cortejo

25:1 Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas Lucas 12, 35 al encuentro del esposo.
25:2 Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
25:3 Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
25:4 mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
25:5 Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
25:6 Pero a medianoche se oyó un grito: "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro".
25:7 Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
25:8 Las necias dijeron a las prudentes: "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?"
25:9 Pero estas les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado".
25:10 Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
25:11 Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos",
25:12 pero él respondió: "Les aseguro que no las conozco". Lucas 13, 25
25:13 Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

La parábola de los talentos
Lucas 19, 11-28

25:14 El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes.
25:15 A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida,
25:16 el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.
25:17 De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos,
25:18 pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
25:19 Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.
25:20 El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado".
25:21 "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".
25:22 Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado".
25:23 "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".
25:24 Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido.
25:25 Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!"
25:26 Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido,
25:27 tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
25:28 Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez,
25:29 porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Mateo 13, 12 Marcos 4, 25 Lucas 8, 18
25:30 Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes". Mateo 8, 12 Mateo 22, 13 Lucas 13, 28

El Juicio final
25:31 Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, Mateo 16, 27 se sentará en su trono glorioso. Mateo 19, 28
25:32 Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
25:33 y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda.
25:34 Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
25:35 porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
25:36 desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
25:37 Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
25:38 ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
25:39 ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?"
25:40 Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
25:41 Luego dirá a los de la izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
25:42 porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;
25:43 estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".
25:44 Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?"
25:45 Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo".
25:46 Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna". Daniel 12, 2 Juan 5, 29



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