domingo 01 2013

'' HA LLEGADO LA HORA, NUNCA PENSADA EN QUE VENDRÁ EL HIJO DEL HOMBRE ''

Primero Domingo de Adviento

Libro de Isaías 2,1-5.


Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén:
Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella
y acudirán pueblos numerosos, que dirán; ¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob! El nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas". Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén, la palabra del Señor.
El será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra.
¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!







Salmo 122(121),1-2.4-5.6-7.8-9.
 

Me puse alegre cuando me dijeron:
«¡Vamos a la casa del Señor!»
Ahora nuestros pasos se detienen
delante de tus puertas, Jerusalén.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor, la asamblea de Israel,
para alabar el Nombre del Señor.
Pues allí están las cortes de justicia,
los ministerios de la casa de David.

Para Jerusalén pidan la paz:
«¡Que vivan tranquilos los que te aman!
¡Que la paz guarde tus muros
y haya seguridad en tus palacios!»

Por mis hermanos y por mis amigos
quiero decir: «¡La paz esté contigo!»
Por la casa del Señor nuestro Dios,
pido para ti la felicidad.






Carta de San Pablo a los Romanos 13,11-14a.


Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.
La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz.
Como en pleno día, procedamos dignamente: basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y libertinaje, no más peleas ni envidias.
Por el contrario, revístanse del Señor Jesucristo.







Evangelio según San Mateo 24,37-44.
 






En aquél tiempo Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.
En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca;
y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.
De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.





Leer el comentario del Evangelio por : San Bernardo
“Ha llegado la hora, nunca pensada en que vendrá el Hijo del hombre”



Justo es, hermanos, que celebréis con toda devoción el Adviento del Señor, deleitados por tanta consolación, asombrados por tanta dignación, inflamados con tanta dilección. Pero no penséis únicamente en la primera venida, cuando el Señor viene a buscar y a salvar lo que estaba perdido (Lc 19,10), sino también en la segunda, cuando volverá y nos llevará consigo. ¡Ojalá hagáis objeto de vuestras continuas meditaciones estas dos venidas, rumiando en vuestros corazones cuánto nos dio en la primera y cuánto nos ha prometido en la segunda!

    Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Aquéllas son visibles, pero ésta no. En la primera, el Señor se manifestó en la tierra y convivió con los hombres (Ba 3,38)…; En la última, “todos verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron” (Lc 3,6; Is 40,5)… La intermedia, en cambio, es oculta, y en ella sólo los elegidos ven al Señor en lo más íntimo de sí mismos, y así sus almas se salvan.

    De manera que, en la primera venida, el Señor vino en carne y debilidad; en esta segunda, en espíritu y poder; y en la última, en gloria y majestad.
Esta venida intermedia es como una senda por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo.



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DISCURSO SOBRE EL FINAL DE LOS TIEMPOS
SAN MATEO,  CAPÍTULO 24

 

Anuncio de la destrucción del Templo
Marcos 13, 1-4 / Lucas 21, 5-7

24:1 Jesús salió del Templo y, mientras iba caminando, sus discípulos se acercaron a él para hacerle notar las construcciones del Templo.
24:2 Pero él les dijo: "¿Ven todo esto? Les aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra: todo será destruido".
24:3 Cuando llegó al monte de los Olivos, Jesús se sentó y sus discípulos le preguntaron en privado: "¿Cuándo sucederá esto y cuál será la señal de tu Venida y del fin del mundo?"

El comienzo de las tribulaciones
Marcos 13, 5-13 / Lucas 21, 8-19

24:4 Él les respondió: "Tengan cuidado de que no los engañen,
24:5 porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Yo soy el Mesías", y engañarán a mucha gente.
24:6 Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerras; no se alarmen: todo esto debe suceder, pero todavía no será el fin.
24:7 En efecto, se levantará nación contra nación y reino contra reino. En muchas partes habrá hambre y terremotos.
24:8 Todo esto no será más que el comienzo de los dolores del parto.
24:9 Ustedes serán entregados a la tribulación y a la muerte, y serán odiados por todas las naciones a causa de mi Nombre. Mateo 10, 22 Marcos 13, 13 Lucas 21, 17
24:10 Entonces muchos sucumbirán; se traicionarán y se odiarán los unos a los otros.
24:11 Aparecerá una multitud de falsos profetas, que engañarán a mucha gente.
24:12 Al aumentar la maldad se enfriará el amor de muchos,
24:13 pero el que persevere hasta el fin, se salvará. Mateo 10, 22 Marcos 13, 13
24:14 Esta Buena Noticia del Reino será proclamada en el mundo entero como testimonio delante de todos los pueblos, y entonces llegará el fin.

La gran tribulación de Jerusalén
Marcos 13, 14-23 / Lucas 21, 20-24

24:15 Cuando vean en el Lugar santo la Abominación de la desolación, Daniel 9, 27 Daniel 11, 31 Daniel 12, 11 Marcos 13, 14 de la que habló el profeta Daniel —el que lea esto, entiéndalo bien—
24:16 los que estén en Judea, que se refugien en las montañas;
24:17 el que esté en la azotea de su casa, no baje a buscar sus cosas;
24:18 y el que esté en el campo, que no vuelva a buscar su manto. Lucas 17, 31
24:19 ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días!
24:20 Rueguen para que no tengan que huir en invierno o en día sábado.
24:21 Porque habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, Daniel 12, 1 Marcos 13, 19 Apocalipsis 7, 14 Apocalipsis 12, 7 ni la habrá jamás.
24:22 Y si no fuera abreviado ese tiempo, nadie se salvaría; pero será abreviado, a causa de los elegidos.
24:23 Si alguien les dice entonces: "El Mesías está aquí o está allí", no lo crean.
24:24 Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios asombrosos, capaces de engañar, 2 Tesalonicenses 2, 9 si fuera posible, a los mismos elegidos.
24:25 Por eso los prevengo.

La manifestación gloriosa del Hijo del hombre
Marcos 13, 24-27 / Lucas 21, 25-28

24:26 Si les dicen: "El Mesías está en el desierto", no vayan; o bien: "Está escondido en tal lugar", no lo crean.
24:27 Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre. Lucas 17, 23-24
24:28 Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres. Lucas 17, 37
24:29 Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Isaías 13, 10 Ezequiel 32, 7 Joel 3, 4 Marcos 13, 24-25 Lucas 21, 25 Apocalipsis 6, 12-13 Apocalipsis 8, 12
24:30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre. Daniel 7, 13 Mateo 26, 64 Marcos 13, 26 Marcos 14, 62 Lucas 21, 27 Apocalipsis 1, 7 Apocalipsis 1, 13 Apocalipsis 14, 14 Todas las razas de la tierra se golpearán el pecho Zacarías 12, 10-14 Apocalipsis 1, 7 y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, lleno de poder y de gloria.
24:31 Y él enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.

La parábola de la higuera
Marcos 13, 28-32 / Lucas 21, 29-33

24:32 Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
24:33 Así también, cuando vean todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta.
24:34 Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto.
24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
24:36 En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Marcos 13, 32

Exhortación a la vigilancia y a la fidelidad
Marcos 13, 33-37 / Lucas 12, 35-40

24:37 Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. Génesis 6, 8 Lucas 17, 26
24:38 En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; Génesis 7, 7-24 Lucas 17, 27
24:39 y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Los mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
24:40 De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.
24:41 De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
24:42 Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
24:43 Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
24:44 Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. Lucas 12, 39-40 1 Tesalonicenses 5, 2 2 Pedro 3, 10 Apocalipsis 3, 3 Apocalipsis 16, 15

La parábola del servidor fiel
Lucas 12, 41-48

24:45 ¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?
24:46 Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo.
24:47 Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
24:48 Pero si es un mal servidor, que piensa: "Mi señor tardará",
24:49 y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos,
24:50 su señor llegará el día y la hora menos pensada,
24:51 y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.



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