lunes 17 2014

YO OS ASEGURO: NO SE DARÁ A ESTA GENERACIÓN NINGUNA SEÑAL

Día litúrgico: Lunes VI del tiempo ordinario
 





Texto del Evangelio (Mc 8,11-13):
En aquel tiempo, salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dice: «¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal». Y, dejándolos, se embarcó de nuevo, y se fue a la orilla opuesta.

Comentario: Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant Jordi Desvalls, Girona, España)


Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal
 

Hoy, el Evangelio parece que no nos dice mucho ni de Jesús ni de nosotros mismos. «¿Por qué esta generación pide una señal?» (Mc 8,12). Juan Pablo II, comentando este episodio de la vida de Jesucristo, dice: «Jesús invita al discernimiento respecto a las palabras y las obras que testifican (son “señal de”) la llegada del reino del Padre». Parece que a los judíos que interrogan a Jesús les falta la capacidad o la voluntad de discernir aquella señal que —de hecho— es toda la actuación, obras y palabras del Señor.

También hoy día se piden señales a Jesús: que haga notar su presencia en el mundo o que nos diga de una manera evidente cómo hemos de actuar nosotros. El Papa nos hace ver que la negativa de Jesucristo a dar una señal a los judíos —y, por tanto, también a nosotros— se debe a que quiere «cambiar la lógica del mundo, orientada a buscar signos que confirmen el deseo de autoafirmación y de poder del hombre». Los judíos no querían un signo cualquiera, sino aquel que indicara que Jesús era el tipo de mesías que ellos esperaban. No aguardaban al que venía para salvarlos, sino el que venía a dar seguridad a su visión de cómo se tenían que hacer las cosas.

En definitiva, cuando los judíos del tiempo de Jesús como también los cristianos de ahora pedimos —de una manera u otra— una señal, lo que hacemos es pedir a Dios que actúe según nuestra manera, la que nosotros creemos más acertada y que de hecho apoya a nuestro modo de pensar. Y Dios, que sabe y puede más (y por eso pedimos en el Padrenuestro que se haga “su” voluntad), tiene sus caminos, aunque a nosotros no nos sea fácil comprenderlos. Pero Él, que se deja encontrar por todos los que le buscan, también, si le pedimos discernimiento, nos hará comprender cuál es su manera de obrar y cómo podemos distinguir hoy sus signos.



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EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS
CAPÍTULO 8

 

La segunda multiplicación de los panes
Mateo 15, 32-39

8:1 En esos días, volvió a reunirse una gran multitud, y como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
8:2 "Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer.
8:3 Si los mando en ayunas a sus casas, van a desfallecer en el camino, y algunos han venido de lejos".
8:4 Los discípulos le preguntaron: "¿Cómo se podría conseguir pan en este lugar desierto para darles de comer?"
8:5 Él les dijo: "¿Cuántos panes tienen ustedes?". Ellos respondieron: "Siete".
8:6 Entonces él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo, después tomó los siete panes, dio gracias, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. Ellos los repartieron entre la multitud.
8:7 Tenían, además, unos cuantos pescados pequeños, y después de pronunciar la bendición sobre ellos, mandó que también los repartieran.
8:8 Comieron hasta saciarse y todavía se recogieron siete canastas con lo que había sobrado.
8:9 Eran unas cuatro mil personas. Luego Jesús los despidió.
8:10 En seguida subió a la barca con sus discípulos y fue a la región de Dalmanuta.

El signo rehusado a los fariseos
Mateo 12, 38-42 / Mateo 16, 1-4 / Lucas 11, 29-32

8:11 Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Mateo 12, 38 Mateo 16, 1 Lucas 11, 16
8:12 Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Mateo 12, 39 Mateo 16, 4 Lucas 11, 29 Les aseguro que no se le dará ningún signo".
8:13 Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.

Advertencia contra la actitud de los fariseos y de Herodes
Mateo 16, 5-12

8:14 Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca.
8:15 Jesús les hacía esta recomendación: "Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos Mateo 16, 6 Lucas 12, 1 y de la levadura de Herodes".
8:16 Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.
8:17 Jesús se dio cuenta y les dijo: "¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida.
8:18 Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. Isaías 6, 9-10 Jeremías 5, 21 Ezequiel 12, 2 Marcos 9, 18-19 ¿No recuerdan
8:19 cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?". Ellos le respondieron: "Doce".
8:20 "Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?". Ellos le respondieron: "Siete".
8:21 Entonces Jesús les dijo: "¿Todavía no comprenden?"

Curación de un ciego
8:22 Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara.
8:23 Él tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: "¿Ves algo?"
8:24 El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: "Veo hombres, como si fueran árboles que caminan".
8:25 Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad.
8:26 Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Ni siquiera entres en el pueblo".

La profesión de fe de Pedro
Mateo 16, 13-20 / Lucas 9, 18-21 / Juan 6, 64-71

8:27 Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?"
8:28 Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas". Mateo 14, 1-2 Mateo 16, 14 Marcos 6, 14-15 Lucass 9, 7-8 Lucas 9, 19
8:29 "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". Mateo 16, 16 Lucas 9, 20 Juan 6, 68-69
8:30 Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él.

El primer anuncio de la Pasión
Mateo 16, 21-23 / Lucas 9, 22

8:31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; Mateo 16, 21 Mateo 17, 23 Mateo 20, 19 Mateo 27, 63 Marcos 9, 31 Marcos 10, 33-34 Lucas 9, 22 Lucas 18, 31-33
8:32 y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo.
8:33 Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".

Condiciones para seguir a Jesús
Mateo 16, 24-28 / Lucas 9, 23-27

8:34 Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mateo 10, 38 Mateo 16, 24 Lucas 9, 23 Lucas 14, 26-27
8:35 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. Mateo 10, 39 Mateo 16, 25 Lucas 9, 24 Lucas 17, 33 Juan 12, 25
8:36 ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?
8:37 ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
8:38 Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles". Mateo 10, 32 Lucas 9, 26 Lucas 12, 8 Apocalipsis 3, 5.



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