En Mateo 10:24-33, Jesús advierte a sus discípulos que no teman a aquellos que pueden matar el cuerpo, sino a aquel que puede destruir tanto el cuerpo como el alma en el infierno. Les anima a confesarle abiertamente, ya que él también los confesará ante su Padre celestial. Además, les recuerda que no son superiores a su maestro y que su Padre celestial cuida de ellos, incluso de los detalles más pequeños.
Resumen de los versículos:
No temer a los enemigos:
Jesús les dice a sus discípulos que no teman a quienes pueden matar el cuerpo, sino a Dios, quien tiene poder sobre el alma y el cuerpo.
Confesar a Cristo:
Deben reconocer a Jesús abiertamente ante los hombres, ya que él los reconocerá ante su Padre.
Superioridad del maestro:
Un discípulo no es más que su maestro, ni un siervo más que su amo. La vida del discípulo debe reflejar la del maestro.
Cuidado de Dios:
Jesús asegura que su Padre celestial tiene cuidado de ellos, incluso de cosas pequeñas como los cabellos de su cabeza.
No negar a Cristo:
Si niegan a Jesús ante los hombres, él también los negará ante su Padre.
Análisis:
Estos versículos son una llamada a la valentía y la fidelidad en el discipulado. Jesús reconoce que sus seguidores enfrentarán persecución, pero los anima a no temer, confiando en el cuidado de Dios y en la recompensa eterna. La comparación con el maestro y el siervo enfatiza la importancia de seguir el ejemplo de Jesús y de vivir de acuerdo con sus enseñanzas. La confianza en el cuidado de Dios, incluso en los momentos más difíciles, es un tema central de este pasaje.
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