María era humilde y pura; que era decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca
Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de
nuestra Esperanza, sepa defender su Fe
¿Quién es María?
María nació en Nazaret, Galilea, 15 ó 20 años antes del nacimiento de
Cristo. Sus padres, según la tradición, fueron Joaquín y Ana. María era judía.
Fue educada en la lectura de los libros santos y en la obediencia a la ley de
Dios. Hizo voto de virginidad. Se desposó con José estando ambos de acuerdo en
permanecer vírgenes por amor a Dios. Un ángel del Señor se le apareció y le
comunicó que el Espíritu Santo descendería sobre ella, y que de ella nacería el
Hijo de Dios (Lc. 1, 35). María aceptó tan maravilloso destino con estas
palabras: «Hágase en mí según tu Palabra», y en aquel instante Jesús fue
concebido en su seno. El nacimiento del Niño fue en Belén de Judea y fue
acompañado de diversas circunstancias, que refieren los Evangelios de Mateo y
de Lucas.
¿Qué se sabe acerca de María después del nacimiento de Jesús?
Al cabo de algún tiempo, vemos a María, a José y al Niño instalados en
Nazaret. Allí hay un solo episodio notorio: la pérdida y hallazgo del Niño, a
los 12 años, en Jerusalén. Fue el tiempo que llamamos de la «vida oculta» de
Jesús, su vida de hogar, de familia, de trabajo. Jesús empieza su vida
«pública», su vida apostólica y misionera, hacia los 30 años. María lo
acompaña, a veces de cerca, a veces más lejos. El Evangelio nos la muestra en
Cana asistiendo a un matrimonio, y al pie de la cruz en que Jesús está
muriendo. También en varias otras oportunidades. El libro de los Hechos la
menciona en el Cenáculo junto a los apóstoles, después de la Resurrección del
Señor. La Tradición sugiere que murió en Efeso -en el Asia Menor- en casa de
Juan el Evangelista.
¿Cómo era María?
Del Evangelio se desprende que María era humilde y pura; que era
decidida y valiente para enfrentar la vida; que era capaz de callar cuando no
entendía y de reflexionar y meditar; que se preocupaba de los demás y que era
servicial y caritativa; que tenía fortaleza moral; que era franca y sincera;
que era leal y fiel. María es, como mujer, un modelo para las mujeres. Es
también para los hombres el tipo ideal de mujer.
¿En qué consiste principalmente la grandeza de María?
En ser madre de Dios. Algunos han dicho que María es madre de Jesús «en
cuanto hombre», pero no de Jesús «en cuanto Dios». Esta distinción es
artificial y, de hecho, nunca la hacemos. Una madre es madre de su hijo tal
cual es o llega a ser. No decimos que la madre de un presidente, por ejemplo,
ha sido la madre de él como niño pero no como presidente o que nuestra mamá sea
madre de nuestro cuerpo solamente, pero no de nuestra alma que es infundida por
Dios. Nunca hacemos esta distinción; decimos simplemente que es nuestra madre.
María es Madre de Jesús. Jesús es Dios. Luego, podemos decir que María es Madre
de Dios y en eso consiste fundamentalmente su grandeza.
¿Tiene María alguna relación especial con la Santísima Trinidad?
Sin duda. Es la hija predilecta del Padre. Se lo dice el ángel el día de
la Anunciación: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc. 1, 28).
Tiene también con el Espíritu Santo una relación que se ha comparado a la de la
esposa con el esposo. Lo dice el ángel: «El Espíritu Santo te cubrirá con su
sombra. Por eso el niño que nacerá de ti será llamado Santo e Hijo de Dios»
(Lc. 1, 35). «No temas María porque has encontrado gracia delante de Dios» (Lc.
1, 30).
¿Qué dice la Biblia?
Vamos por parte: Es cierto que esos privilegios no están contenidos
«explícitamente» en la Biblia. La Biblia, por ejemplo, no habla de la
Inmaculada Concepción ni de la Asunción. Pero están contenidos implícitamente
en la Biblia. Por ejemplo, en una semilla de rosal no está la rosa. No se ve la
rosa, pero ahí está en germen y poco a poco con la savia que viene de la tierra
húmeda y con el calor del sol brotará el rosal y en él florecerá la rosa.
Así también todo lo que la Iglesia enseña de María ha brotado de la
semilla del Evangelio, al calor del Espíritu Santo, que sigue iluminando al
Pueblo de Dios y lo lleva a descubrir de a poco toda la riqueza que El mismo ha
colocado, como en un germen, en la Escritura inspirada por El.
Todo lo que la Iglesia enseña acerca de María es coherente con la imagen
de María que nos formamos al leer el Evangelio, con humildad y con espíritu de
fe.
¿Qué dicen los evangelios acerca de las hermanas y hermanos de Jesús?
El idioma que usaba Jesús y sus discípulos no tiene muchas palabras para
distinguir los distintos grados de parentesco. Para todo se usaba la palabra
«hermano» y así lo vemos en Génesis 13, 8 y en Mt. 13, 55. Las palabras
originales que traducimos en castellano por «hermanos» y «hermanas» significan
no sólo los hermanos carnales sino también los primos y otros parientes
cercanos. La Virgen María no tuvo otros hijos. Jesús es el «único hijo» de
María. Esto se muestra claramente por el hecho de que al morir, Jesús entregó
su madre a Juan (Jn. 19, 27).
San Pablo dice que Jesucristo es el único Redentor y ¿por qué dice la
Iglesia católica que María es corredentora?
Así es. Jesús es el único Redentor, pero San Pablo enseña también que
nosotros colaboramos a la redención uniendo nuestros sufrimientos a los de
Cristo. «Me alegro por lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy
completando en mi propio cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por
la Iglesia, que es su cuerpo» (Col. 1, 24). María sufrió durante la pasión de
su Hijo como nadie jamás ha sufrido, porque tenía, más que nadie, horror al pecado,
porque amaba a su Hijo más que nadie; porque amaba a los hombres por quienes su
Hijo sufría y moría. Por eso ha participado tan íntimamente en la redención. No
es ella la redentora; hay un solo Redentor, Jesucristo. Pero se la puede llamar
corredentora con toda propiedad explicando bien el alcance de este término.
Algunos dicen que los católicos adoran a María como si fuera Dios, o
creen en María más que en Dios ¿es cierto esto?
Adorar a María sería una idolatría, un pecado contra el primer mandamiento
de la Ley de Dios. «Sólo a Dios adorarás» (Lc. 4, 8). Jamás la Iglesia ha
enseñado cosa semejante. María es una mujer, una creatura, la más santa de
todas las creaturas, pero solamente una creatura.
A María la queremos, la veneramos, conversamos con ella en la oración,
le damos culto no de adoración que está reservado sólo a Dios, sino un culto de
veneración como se lo damos a los santos que, como ella, son seres humanos,
simples creaturas; y le pedimos que nos haga conocer, amar y seguir a Jesús
como ella lo conoció, lo amó y lo siguió.
¿No será que el culto a María distrae del culto a Cristo?
No distrae de él, sino que conduce a él. María presintió el culto que le
sería dado a lo largo de los siglos, cuando exclamó: «Desde ahora me proclamarán
bienaventurada todas las generaciones» (Lc. 1, 42). Ya Isabel, su prima, se lo
había anunciado: «Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre» (Lc. 1, 48). Los millares de iglesias dedicadas a María, las
multitudes de personas que acuden a sus santuarios, los millones de Avemarías
que se rezan diariamente en el mundo, han confirmado ese presentimiento y ese
anuncio. El que conoce a María la ama, y se esfuerza por darla a conocer y por
conocer y amar a Cristo. Se alimenta de su Palabra. Se integra en la vida de la
Iglesia, cumple los mandamientos y participa de los sacramentos, especialmente
de la Eucaristía.
¿Cuál será la relación de María con Cristo?
María es madre. Es también discípula, su más perfecta discípula, su
primera y fidelísima seguidora y su inseparable colaboradora. María es un
reflejo de la santidad de su Hijo Jesús. Se la ha comparado a la luna que nos
ilumina de noche con una luz más suave que la del día y que no es sino un
reflejo de la luz deslumbrante del sol.
11. ¿Cuál es la relación de María con la Iglesia?
Siendo madre «de Cristo» y, siendo nosotros por adopción, hermanos de
Cristo, María es también Madre «nuestra». Así lo dijo también expresamente
Cristo en la cruz cuando le dijo a Juan: «He ahí a tu madre» (Jn. 19, 27).
María, siendo discípula y seguidora de Cristo, es nuestro modelo, la que va
delante en nuestra peregrinación hacia Cristo, la que nos muestra el camino y
nos anima a seguirlo: modelo de fe, de esperanza y de amor. Estando María ahora
en el cielo, intercediendo por nosotros, nos encomendamos a ella para que nos
ayude a vivir aquí en la tierra como cristianos y alcanzar nuestro destino
final que es el cielo.
Los títulos de la Virgen
¿Por qué hablan algunos de la Virgen «del Carmen» y otros de la Virgen
«de la Tirana» o de «Lourdes»? ¿Por qué hay tantas imágenes y advocaciones
distintas de la Virgen? ¿Son acaso muchas las Vírgenes?
La Virgen María es una sola. La que conocemos en el Evangelio, con la fe
de la Iglesia, es María de Nazaret, la Madre de Jesús. Los diversos nombres y
las distintas imágenes aluden a las circunstancias o misterios de su vida. La
Mater Dolorosa al pie de la cruz es una mujer madura, traspasada de dolor. La
Virgen del Tránsito o de la Asunción es una mujer transfigurada, entrando en la
gloria.
Otros nombres se refieren a los distintos lugares en que se celebra su
culto: Virgen de Lourdes, de Guadalupe... Pero la Santísima Virgen es una sola.
Los miles de artistas que han querido pintarla y esculpirla se la han imaginado
cada cual a su manera, buscando, sin embargo, su inspiración en el Evangelio y
en la fe de la Iglesia.
¿Qué se debe entender por apariciones de la Virgen?
La Santísima Virgen puede, si quiere, intervenir desde el cielo en
asuntos humanos por amor a los hombres. Puede «aparecerse» a tal o cual
persona, habitualmente a niños o personas humildes, y entregarles un mensaje
para que los hombres se conviertan y vuelvan a Dios.
¿Cree la Iglesia, así no más, a cualquiera que dice que se le apareció
la Virgen?
La Iglesia tiene mucha prudencia y sabiduría y es muy lenta en reconocer
una aparición. Primero estudia, averigua y comprueba, a fin de no inducir a
nadie a engaño. Y hechas las averiguaciones y después de varios años se
pronuncia y reconoce con su autoridad si la aparición es real o ficticia. En
algún caso la Iglesia se ha convencido de la autenticidad de una aparición por
la santidad de vida del vidente, por la pureza del mensaje entregado o por los
hechos ocurridos en el lugar de la aparición: curaciones, conversiones, etc.
Esto es lo que ocurrió en Lourdes, Francia, en 1858 y en Fátima, Portugal, en
el año 1917. En otros casos la Iglesia ha rechazado las supuestas apariciones o
simplemente no se pronuncia esperando que el tiempo establezca la verdad.
¿Cuál es la mejor manera de orar a la Santísima Virgen?
La oración principal es la del Ave María que consta de dos partes: la
primera parte está tomada del Evangelio, del relato de la Anunciación y de la
Visitación: «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo»
(Lc. 1, 28). «Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre» (Lc. 1, 42).
La segunda parte ha sido agregada por la Iglesia: «Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén».
¿Qué es el santo rosario?
Es una manera de unirnos a la Santísima Virgen María rezando cinco veces
un Padre nuestro, diez Avemarías y un gloria, y recordando cada vez un misterio
de la vida del Señor. Hay 5 misterios gozosos, que se rezan los lunes y sábado,
5 misterios dolorosos, que se rezan los martes y viernes, 5 misterios luminosos
que se rezan los jueves y 5 misterios gloriosos que se rezan los miércoles y domingos.
Otras hermosas oraciones a la Virgen son la «Dios te salve Reina y Madre»; el
«Bendita sea tu pureza», etc.
Cuestionario
¿Qué sabemos de María? ¿Dónde radica su grandeza? ¿Podemos llamar a
María «Madre de Dios»? ¿Por qué? ¿De qué nos acusan algunas sectas? ¿Adoramos
los católicos a María? ¿Qué significa que le damos culto de veneración? ¿Qué
anunció María en lo referente a su memoria? ¿Cómo la recuerda la historia a
través de los siglos? ¿Se ha aparecido la Virgen María? ¿Dónde y cuándo? ¿Cuál
ha sido su mensaje. ¿Qué es el Santo Rosario? ¿Es bíblica?
Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel
Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe
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