El pasaje de Lucas 12:35-38 describe a Jesús instruyendo a sus discípulos a estar preparados y vigilantes, como siervos que esperan el regreso de su amo de una boda. La preparación se visualiza con la cintura ceñida y las lámparas encendidas. La recompensa para los que están listos es una gran bendición: el amo mismo los recibirá, los hará sentar a la mesa y les servirá.
Lucas 12, 35-38, también conocida como la parábola de los siervos vigilantes, es una enseñanza de Jesús sobre la importancia de la preparación, la vigilancia y el servicio fiel en espera de su regreso.
Texto bíblico (Lucas 12, 35-38):
La parábola de Lucas 12:35-38, también llamada de los siervos vigilantes, llama a los creyentes a estar preparados y vigilantes. Jesús utiliza la imagen de siervos esperando el regreso de su amo para ilustrar la espera de su propia segunda venida. La preparación se describe con expresiones como "ceñidos" y "lámparas encendidas", simbolizando disposición para el servicio y perseverancia en la fe. El pasaje destaca que el amo, al regresar, servirá a los siervos encontrados fieles, lo que representa la recompensa para quienes permanezcan vigilantes. Se anima a los creyentes a vivir en constante preparación y servicio, ya que el momento del regreso de Cristo es incierto.

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